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Otra joven princesa pide ayuda para escapar de Dubái

Desde la fallida huida de la jequesa Latifa, unas 40 mujeres han contactado con los activistas que la apoyaron en busca de asistencia

El emir de Dubái junto a su entonces esposa, la princesa Haya, en 2017 en Epsom, Inglaterra.
El emir de Dubái junto a su entonces esposa, la princesa Haya, en 2017 en Epsom, Inglaterra.Mark Cuthbert (UK Press via Getty Images)
El País

Otra joven princesa ha grabado un vídeo pidiendo ayuda para escapar de sus padres y de Dubái. La mujer, identificada como jequesa Maitha al Maktum, asegura que no aguanta más y que tiene planeado irse esa misma noche. Al igual que hace dos años hiciera Latifa, una de las hijas del emir de Dubái, su prima Maitha intenta que ese mensaje la proteja del olvido. “Si me pillan, estoy muerta”, advierte al otro lado de la pantalla. El abogado al que se lo envió a finales del año pasado no ha vuelto a tener noticias suyas.

De ahí que el letrado, el británico David Haigh, haya compartido la grabación con el programa 60 Minutes de la televisión australiana, que lo ha difundido. Sentada frente a la cámara, la muchacha, vestida con una camiseta azul y unos discretos pendientes por todo adorno, muestra su carné emiratí para probar su identidad, aunque en las imágenes difundidas aparece borroso. Se disculpa por la música de fondo con la que, explica, intenta evitar que alguien pueda oír lo que graba.

“Estoy planeando irme esta noche. ¿Por qué? Ya no aguanto más. Estoy… Simplemente, no aguanto más”, afirma Maitha angustiada. “Estoy harta de mis padres, siento que… Me iré dentro de unas horas (…) Si me pillan, estoy muerta”, añade entre sollozos antes de explicar que desea que se difunda el vídeo en caso de que algo le suceda.

En los cortes mostrados en el programa televisivo, Maitha no dice su edad ni explica el motivo concreto de su decisión. Haigh, el abogado a quien envió la grabación, asegura que la jequesa, de 26 años, quiere irse de Dubái debido al trato que reciben las mujeres en el emirato. No obstante, se muestra renuente a facilitar a EL PAÍS el vídeo completo por temor a perjudicar los intereses de la joven. A pesar de la imagen de modernidad que proyecta, Emiratos Árabes Unidos (la federación a la que pertenece Dubái) mantiene el sistema de tutela masculina sobre las mujeres (wilaya), que limita su libertad y existe en distinto grado en las seis monarquías de la península Arábiga.

Haigh, que es también uno de los activistas detrás de la campaña internacional por la liberación de Latifa, cuenta que perdió el contacto con Maitha después de que fracasara el intento de fuga del que habla en el vídeo, “a finales del año pasado”; desde entonces desconoce su paradero. De hecho, explica, fue el intento de Latifa lo que inspiró a Maitha. En marzo de 2018, aquella logró huir en un yate, pero fue capturada poco después frente a las costas de India por un grupo de hombres armados y devuelta al emirato.

A diferencia de Latifa, Maitha no es hija del emir de Dubái, el jeque Mohamed Bin Rashid al Maktum sino sobrina por el lado materno de su familia. El gobernante tiene una hija del mismo nombre, la karateka Maitha Bint Mohamed al Maktum, de 31 años, que fue la abanderada de Emiratos Árabes Unidos en los Juegos Olímpicos de Pekín (2008).

“No se trata solo de Maitha, desde la fallida huida de Latifa se han puesto en contacto con nosotros alrededor de 40 mujeres del Golfo”, señala el abogado que lo atribuye a las restricciones que impone la tutela. Su alcance varía según el país, pero en esencia subordina a las mujeres, sin importar su edad o estado civil, a su guardián, sea el padre, el marido o, en algunos casos, otro varón de la familia. Aunque incluso en Arabia Saudí se ha suavizado en los últimos años, en las seis monarquías necesitan el permiso del guardián para casarse y el cabeza de familia tiene autoridad para limitar sus movimientos.

Maitha es la tercera mujer de la familia gobernante de Dubái que intenta escapar de lo que se revela como una jaula de oro en los dos últimos años. Solo la princesa Haya, la más joven de las esposas del emir, ha tenido éxito hasta ahora y lucha en los tribunales británicos por obtener la custodia de los dos hijos en común, que se llevó con ella.

El pasado marzo, el juez que lleva el caso, Andrew McFarlane, aceptó como probadas sus acusaciones de secuestro, tortura e intimidación a mujeres de la familia. El magistrado concluyó que el jeque Mohamed, que es vicepresidente y primer ministro de Emiratos, “ordenó y orquestó” el secuestro de Latifa, igual que hizo con otra de sus hijas, Shamsa, durante una estancia en Cambridge (Reino Unido) en el año 2000. Esos precedentes le hicieron dar por buenos los temores de Haya de que su vida corría peligro y no tuvo más remedio que huir de Dubái.

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