Aló comidista: "¿Cuál es la mejor forma de limpiar los tápers?"
El consultorio de octubre atiende a personas a las que les huele la tartera, gays que no saben cómo comer los higos y enfermos de reflujo "gastroencefálico".
Aló, Comidista es un consultorio en el que vale todo: dudas culinarias, enigmas gastronómicos, problemas psicológicos, cuestiones metafísicas y dramas de la vida contemporánea. Sólo tenéis que enviarme un mail a elcomidista[arroba]gmail.com. Responderé a vuestras chorradas preocupaciones el primer viernes de cada mes, salvo festivos, puentes, enfermedad grave o fallecimiento.
Cristina: No sé qué hago, pero todos mis tápers (los de vidrio también) huelen a jabón de limón rancio y acaban pasando este hedor a los alimentos que almacenan. He probado ya varias cosas, pero nada funciona... ¿Es porque no se deben meter en lavavajillas? ¿Hay que almacenarlos sin cerrar la tapa? He llegado a hacer "cata" con compañeros, pero no me pasa con los tápers de los demás. ¿Tengo el sentido del gusto/olfato ultradesarrollado, una mala higiene tupperwaresca o me voy directamente al psiquiatra?
Querida Cristina, ir al psiquiatra sería mi primera opción, no tanto por tu drama fiambrero, sino porque si estás escribiendo a este consultorio es que algo no te funciona bien en el bolondrio. Ingresos en la López Ibor aparte, te diré que tu caso es un tanto extraño, y que no he oído jamás a nadie que le pase algo similar. Hemos contactado con una marca de referencia en el mundo de la tartera, Tatay, y nos explican esto: "El material plástico es poroso, y puede absorber olores, por lo que siempre es aconsejable que al terminar el lavado, se deje airear el táper antes de introducir los alimentos, y si se guardan vacios, no hacerlo nunca con la tapa cerrada. En el caso de los lavavajillas, a veces no es el jabón lo que penetra más, sino ciertos ambientadores o abrillantadores".
Mònica Escudero, que además de escribir en El Comidista publicó in illo tempore el clásico A vueltas con la tartera, añade un par de notas: "Recomiendo a la lectora que busque un lavavajillas con un olor menos agresivo, y le aviso de que algunos tápers tienen un revestimiento que puede perderse con el tiempo y el frotifroti de los lavados. Pero eso es imposible en el caso del cristal, así que su caso es bastante misterioso". Así que ya sabes, con los de vidrio te vas a Cuarto Milenio y les preguntas a ver qué.
Yolanda: Me gustaría saber que opinas del agua con gas. No sé si es igual de sana que la normal.
Querida Yolanda, existen ciertas leyendas que demonizan el agua con gas como un líquido capaz de agujerar tu estómago, debilitar tus huesos, destruir tus glóbulos rojos o corroer tus dientes. Ninguna tiene base científica: como bien se explica en este artículo de la BBC, los estudios existentes apuntan a que el agua con gas es tan inocua como la otra. Salvo que seas pedorrera y padezcas aerofagias o flatulencias, claro: entonces es de sentido común preferir el agua sin gas.
Mónica: últimamente vengo oyendo las maldades del agua hirviendo: que si quema el té, que si cuidado al cocer el huevo... ¿Me puedes aclarar un poco este asunto? Nunca pensé que el agua pudiera ser taaaan mala.
Querida Mónica, el agua hirviendo no es ETA, pero es verdad que ciertos procesos que tradicionalmente se han hecho con ella quedan mejor si reduces la temperatura un pelín y te quedas en los 80-90 grados. Los dos que mencionas son un buen ejemplo: los sabios del té dicen que, en ciertos tipos (verdes, blancos) es mejor no abrasarlo para respetar su aroma. Y lo de que el huevo cocido queda mejor si no lo achicharras ya lo explicó Su Majestad Marta Miranda en este excelso artículo. Sin embargo, para otras elaboraciones conviene darle caña al agua y que hierva a borbotones, como en el caso de la pasta o de las verduras cocidas.
Ana: [Sobre el artículo Cómo superar el drama de comer solo]. Creo que no existiria ningún problema. PERO, el caso es de que EXISTE INUMEROS restaurantes que te tratan súper mal porque estas solo, ESTO seria una materia sensacional. Yo mismo he encontrado unos cuantos. El ultimo Juves he estado en Begur y el mal educado del hombre no lo fue peor por falta de espacio. El restaurante es Es Furio de Fito. Tendría que tener una información en la puerta no atendemos personal solas. Creo que seria una materia incleible. Bueno Gracias por la atención. Y sinceramente me gustaría que puderás contestarme. Cordiales Saludos.
Querida Ana, lamento muchísimo que te haya ocurrido algo así. Venir desde el Imperio Klingon a pasar las vacaciones a la Costa Brava y que te traten mal en un restaurante debe de ser una faena. Por si te consuela, parece que no estás sola y hay más seres en el Universo quejosos del servicio en este local, a tenor de lo que se lee en su página de TripAdvisor. En fin, antes de desencadenar una guerra contra la raza humana de incalculables consecuencias, piensa que no todos los terrícolas somos así, y que a algunos nos parece fenomenal que la gente coma sola.
Koala Monique: El otro día decidí dejar de comprar manzanas –que es lo único que compro en la frutería cuando se acaba la temporada de sandías– y me atreví a probar otros productos. Vi que vendían higos y compré un kilo, pero al llegar a casa me entró la duda: ¿el higo se come con piel o hay que chuperretear lo de dentro? Porque claro, yo de pequeño los cogía directamente de una higuera que tenía un vecino y como eran gratis, pues chupaba y tiraba. Pero claro, ahora a casi 5 euros el kilo como que paso de desperdiciar comida. ¿Qué me recomiendas?
Querida Koala Monique, por el guiño a Kylie Minogue de tu apodo imagino que detrás de él se esconde un manflorita de primera división. Si quieres aprovechar bien el higo, te lo puedes comer tranquilamente con piel. El problema es que ésta suele ser un poco bastorra, por lo que una chica fina como tú quizá debería quitarla. Para ello, recomiendo una práctica mucho más eficiente que el chuperreteo: pelarlos con un cuchillo afilado.
Marta: Estando de vacaciones vi esto y sentí la necesidad de hacerle una foto. Espero que sea digno para tu colección de engendros gastronómicos. No sé, a mi como reclamo no me parece la mejor idea.
Querida Marta, ni a tí ni a nadie en su sano juicio le puede parecer un buen reclamo semejante fistro. A ver si nos enteramos de una vez: la comida con ojos y nariz y boca no es graciosa, simplemente DA MIEDO.
Germán: Desde hace un año para aquí, me he aficionado mucho al café. He descubierto que hacer un café espresso es una ciencia en toda regla y me gustaría encontrar un libro en el que digan qué granos son los idóneos para el hacerlo, temperatura, tiempo de extracción, miligramos de café por taza…Vamos, que me dijérais quién sería el homónimo a vuestro dios del pan Ibán Yarza, pero en café.
Querido Germán, nuestro dios ahora mismo es Kim Ossenblok, no sólo porque sabe un montón sobre el tema, sino porque se prestó amablemente a hacer esta cata a ciegas en la que determinó cuáles son las capsulas de café más potables. Él mismo tiene un libro al que puedes acudir, titulado ¡Al grano!, pero como nos gusta darle la caca, le hemos pedido que nos recomiende otro y de paso conteste a tus preguntas. "Lo ideal sería que los granos, de Centroamérica, Brasil o Asia, estuvieran recién tostados", asegura. "Invertir en un buen molinillo siempre es una gran opción. La temperatura idónea es de 90 a 94ªC, pero como no es fácil controlarlo en casa, un buen consejo es precalentar el portafiltro. El tiempo de extracción es de 20 a 30 segundos, y lo ideal sería utilizar entre 8 y 10 gramos de café por taza. En cuanto al libro, recomiendo Café Obsession, de Anette Moldavaer. Es muy interesante, porque no se centra solo en aspectos muy técnicos, sino que va dirigido a un público general".
Paloma y Tomás: Me vinieron ayer a casa dos armarios, muy guapos eso si, pero armarios de dos metros de los que se comen a Lázaro por las patas, son de la república checa, cuando los comparo con la fauna nacional, me pregunto, pero que han comido estos chavales de pequeños ? Se me ocurrió ofrecerles esta mañana un desayuno continental de cortesía, bueno pues ni continental ni de cortesía, se han ventilado un paquete entero de pan Bimbo o similar marca aqui. Sin contar los huntes de mantequilla, queso Filadelfia y Mermelada. Siempre suelo comprar lo más barato para los huéspedes como reza la tradicción de las pensiones. Pero hoy me voy a ir a un establecimiento que aqui se llama 99 céntimos y voy a disfrutar, les voy a comprar lo más grasiento y borriquero que encuentre, se trata de llenar panzas, mi hermano me ha dado la idea de hacer papilla de engrudo y metérsela con un embudo directamente al buche. Mi hermano y yo solemos escribir todos los dias sobre distintos temas por si arrancamos una sonrisa. Diganme si alguien estaría interesado en escuchar nuestras tertulias, los dos somos sexagenarios y jubilados.
Queridos Paloma y Tomás, ahora mismo no se me ocurre quién puede estar interesado en escuchar vuestras tertulias. Y a mí, más que arrancarme una sonrisa, me habéis generado una cierta inquietud, primero porque me ha costado unas cuantas lecturas entender de qué hablábais, y segundo porque me da que esta historia acaba con los dos chavales checos descuartizados o algo peor. De hecho, he llamado a la policía para que haga lo posible por cerrar vuestra pensión del terror antes de que caigan más mozalbetes en vuestras garras.
Luis: El finde pasado tuvimos una divertida reyerta con navajas entre los amiguetes de la cuadrilla, ya que unos defendían que el chopped y la mortadela no tienen nada que ver, y otros pensamos que es la misma basura repugnanticiosa, pero una lleva aceitunas y la otra, no.
Querido Luis, la mortadela no es ninguna basura, y el chopped... podríamos decir que es a los embutidos lo que Gran Hermano a la cultura universal. La buena mortadela boloñesa es deliciosa, y se hace con carne de cerdo cocida y ahumada y trozos de grasa del mismo animal. Otra cosa son las versiones cutrongas con aceitunas, pimientos y demás parientes, que se parecen al original como Loles León a Sophia Loren. El chopped, por el contrario, puede llevar de todo: cerdo, ternera, pavo, verduras o incluso trozos de la abuela recién fallecida del fabricante. Esto último es mentira, claro, pero es lo que viene a mi fantasiosa cabeza cuando veo el producto en la charcutería.
Paul: Me gustaría proponerle una idea. Es sobre recetas para gente que padece reflujo gastroencefálico: vamos, que tienen ardor y acidez en el estómago.
Querido Paul, ¿qué es exactamente el reflujo “gastroencefálico”? ¿Tienes conectado el estómago con el encéfalo y sufres de acidez en el cerebelo? Si padeces tan rara enfermedad, quizá lo mejor es dejarte de recetas e ir al médico para que te diga qué te conviene comer, ¿no?
I.: Llevo un tiempo dándole vueltas a un tema, las espumas que se generan a veces con determinados alimentos. Me asquean en un caso las que que se forman sobre todo en dos momentos, porque no hacen mas que recordarme a una película de serie Z mala y cutre como ninguna en la que algún tipo de ser infectado suelta ese espumarajo cargado de lo mejor de si mismo. ¿Por qué sale ese espumarajo cuando se cuece la pasta y, sobre todo y mas intrigante y asqueroso aun, cuando descongelas o dejas unos filetes de pollo en unrecipiente con rejilla y al meterlo bajo el grifo y mojarlo un poco antes de lavarlo parece que esté bañado en fairy antes?
Querido I., ya estamos otra vez con la manía de las espumas y los espumos. ¿Qué os pasa con ellas? Cualquiera diría que tenéis un trauma por haber sido sodomizados en alguna fiesta de la ídem. En fin, dejo que hable el doctor en Biología Molecular Felipe Vilella, que siempre atiende amablemente a vuestras neurosis y tonterías. "La pasta está formada principalmente por sémola de trigo, y cuando se calienta desprende almidón y distintas proteínas al agua de cocción. Éstas partículas suben a la superficie del agua de la olla. Entonces se genera una combinación entre las moléculas del agua y las proteínas que, en ebullición, forma la espuma. El tema del pollo también es simple: al descongelarlo se rompen parcialmente los acumulos de grasa desprendiéndose del filete, y esos lípidos al juntarse con agua producen espuma. Los mayores del lugar recordarán como antiguamente en las matanzas se usaba el exceso de grasa del cerdo para hacer jabones".
Dámaso: Si bien ya nos quitó Gael el apetito con los zumos ecologicohipsters belgas de Pajottenland, os propongo como complemento esta deliciosa galette magrebí, que si os fijáis pone claramente en la esquina “lista en 2 minutos”. Foto tomada en un Alcampo (Auchan) en Nantes, Francia.
Querido Dámaso, muchas gracias por tu aportación. Ciertamente, un zumito de Pajottenland maridaría estupendamente con las tortitas de M’semen. Para completar la experiencia, yo sugeriría sintonizar el canal finlandés MTV Leffa.
JVM: Quería hacerte una pregunta sobre utensilios de cocina como espumaderas, cucharones, etc. Aparte de los tradicionales de madera y acero inoxidable, ¿cuáles son mejores, los de nailon o los de silicona?
Querida JVM, por mi experiencia, los de nailon tienen un lado bueno -su rigidez- y otro malo -se queman con cierta facilidad. Los de silicona, al revés: son más resistentes al calor, pero más blandos, lo que puede ser una ventaja para ciertas cosas (desglasar una sartén) y una desventaja para otras (sacar alimentos grandes de un recipiente, por ejemplo). Pero como yo no soy nadie, te dejo también la opinión de una profesional que se dedica a vender estos cacharros en Madrid: Eva González, de Cooking the Kitchen Company. "La silicona aguanta altas temperaturas (que no sean de calor directo, como el grill), y como es tan flexible, se utiliza sobre todo en lenguas de repostería. Además, es muy respetuosa con el material antiadherente. El nylon es un material rígido, no aguanta tan bien las altas temperaturas, y se utiliza sobre todo para espumaderas, cazos y cucharas".
Rubén: A mí es que me gusta ser muy verde, en todos los sentidos, no sólo de comer ensaladas sino también de ser cuidadoso con el medio ambiente. Por eso cuando hago ensalada de pasta, para ahorrar recursos, en el agua de hervir la pasta echo un par de huevos, para que se cuezan al mismo tiempo. La pregunta es: cuando echo de esos huevos que tienen marcado con tinta fecha de caducidad y código, al sacarlos, esa tinta se ha borrado y se ha -imagino- incrustado en la pasta. Mi pregunta era si podría ser algo tóxico. Gracias. Y si envías saludos para el mamarracho del Drani, que te adora, mejor que mejor.
Querido Rubén, tu correo me ha dejado con el culo tan torcido que me ha dado la vuelta entera. Vamos a ver: te preocupa la tinta del huevo, pero las potenciales microcascarrias de caca de gallina pegadas a la cáscara ni te las planteas. Porque sabes que los huevos no se hacen en China ni los trae la cigüeña, ¿verdad? Lo que tienes que hacer es cocer los huevos APARTE y no mezclarlos con ningún otro alimento. Si quieres ahorrar energía, cuece primero la pasta, sácala con un escurridor, y pon los huevos después en el agua. Saludos para el mamarracho del Drani, que espero no haga las mismas marranadas que tú en la cocina.
Ana: Recuerdo una niñez de tortillas de patata, gazpacho, vino con casera y torrijas. Ahora cocino para mis hijos y me digo que quizás en el futuro ellos recuerden una infancia de rollitos primaveras, curries, cuscús, crepes... Francamente me apetece cocinar todo eso más que muchos de los platos que mi madre hacía. ¿Cosas de la globalización? No puedo evitar sentir un poco de pena. Si la dieta mediterránea es patrimonio de la humanidad quizás deberíamos hacer algo para trasmitirla a las siguientes generaciones. ¿Quién recordará las migas de su padre/madre, los andrajos, etcétera?
Querida Ana, empatizo con tu tristeza porque más de una vez yo también me pregunto si toda esa herencia culinaria acabará siendo arrasada por la globalización. Quizá sea ley de vida que algunos platos desaparezcan, y quizá haya pasado siempre a través de la historia… pero da penica. Aun así, tampoco creo que debamos ser tremendistas: todas las comidas que mencionas se siguen consumiendo, y muchas de ellas en cantidades industriales. Si te da bajona que tus hijos no recuerden sopas, tortillas o postres que para ti fueron gloriosos, déjate de tanto rollito primavera y empieza a introducir platos tradicionales españoles que son igual de excitantes (o más) que esos exotismos.
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