Pierna de cordero para torpes
Con Navidad en el horizonte, es hora de que aprendas a asar cordero. Sal de la ignorancia con una receta para seres sin manos ni cerebro.

¿No notáis una cierta inquietud? ¿Unos negros nubarrones mentales que se atisban en el horizonte? ¿Un come-come y un regomello? Ya os digo yo a que se debe: la Navidad se acerca. Y con ella, el mayor mogollón culinario del año. Reíd, reíd, pero ya veréis como en dos días estamos con las lucecitas y los regalos y el Ay del chiquirritín sonando en bucle en los centros comerciales y disolviendo poco a poco las neuronas de sus pobres empleados. Más vale que os pille preparados con las ideas claras en cuanto a qué guisar, porque si no seréis víctimas del mayor estresazo de 2015.
Con el noble objetivo de que vayáis entrenando, hoy os presento un producto típico de esa época, el cordero, cocinado de la manera más sencilla y efectiva posible. El asado no tiene mucho más misterio que poner el horno a toda castaña, meter la pierna del bicho convenientemente aderezada, esperar 20 minutos, y apagarlo. Tres horas después tendrás una pieza de carne tierna y jugosa habiendo currado lo mínimo.
La idea está adaptada de una vieja receta del crítico gastronómico del New York Times Craig Clairborne, que a su vez la copió de una lectora del diario, Dorothy Moore, que a su vez se inspiró en otra de una escritora de libros de cocina estadounidense llamada Ann Seranne. Como siempre, yo la he toqueteado a placer añadiéndole unas patatas, metiendo agua en el horno al estilo segoviano, cambiando el vermut por vino blanco y modificando ligeramente los tiempos de cocción.
Dificultad: Para espíritus.
Ingredientes
Para 4 personas
- 1 pierna de cordero de 1,5 kg aproximadamente, a poder ser con su grasa
- 150 ml de vino blanco
- 800 g de patatas
- 3 dientes de ajo
- 1 cucharadita rasa de romero seco en polvo
- 1 cucharadita rasa de tomillo seco
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta negra recién molida
Instrucciones
Nota de la Defensora: a pesar de algunas quejas recibidas sobre la ejecución de esta receta, la autoridad defensora no ha detectado problema alguno, procediendo a zamparse el resultado con gran placer. Pero para evitar el aspecto lamido y poco churruscado con el que la pata sale del horno, es recomendable darle un golpe final de grill para que la fiesta de la piel crujiente no tenga fin.
¿Has intentado hacer esta receta u otras de El Comidista, y no te han salido bien? Quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com.