Diez recetas que no necesitan calor
1. Aceitunas rellenas de queso con tomate
Un divertimento estival bien sencillo: hacerse con una manga pastelera o un biberón de cocina y rellenar aceitunas gordal con una fastuosa mezcla de queso rallado, tomate, hierbeciglias y vino dulce. ¿Que no te gustan estos ingredientes? Pues prueba con otras aceitunas tuneadas con limón, ajo e hinojo; con romesco y almendras o con naranja, jengibre y cilantro.
Almogrotadas perdidas. / EL COMIDISTA
Sí, es una receta más simple que una alpargata y más previsible que un culo en un vídeo de Nicki Minaj, pero el hummus continúa siendo un favorito que nunca defrauda. Si está bien hecho, claro. Para prepararlo a baja temperatura no tienes más que comprar los garbanzos ya cocidos y seguir esta superreceta de Mònica Escudero. Recuerda que puedes manipularlo a tu antojo sustituyendo garbanzos por judías blancas, añadiendo un toquecillo de cebolla caramelizada o alegrándolo con un poco de picante con cayena en polvo.
3. Paté de tomates secos y aceitunas
Una crema para untar con la que triunfas sí o sí, y que no requiere el mínimo esfuerzo si compras los tomates secos ya hidratados en aceite. Ideal para bocadillos playeros o montañeros.
4. Sardinas marinadas con tomate y aceitunas
Todo un hit de este verano, por el que tengo que dar las gracias una vez más a su inspirador, Joan Roca. No hay mejor manera de comer este fantástico pescado veraniego sin atufar la cocina que marinándolo según las instrucciones del maestro, y luego aliñándolo a nuestro antojo. ¿Que las sardinas a tí ni fú ni fá? Pues dale con estos pluscuamperfectos boquerones en vinagre.
No son de Santurce, pero las traigo yo. / EL COMIDISTA
No hay mejor momento en el año para abrir tu cebichería casera que el verano, cuando más apetecen estos pescados frescos, ácidos y, si te apetece, picantes. Uno de mis favoritos -y de los menos ortodoxos y más orientalizados- es éste de bonito con soja, pero en nuestra carta hay otros igual de excitantes, como el de gambas con manzana y plátano o el de lubina, pulpo y aguacate.
Vaaaaaaale, la pasta hay que cocerla, y por eso esta receta no cumple al 100% la premisa de esta lista. Pero piensa que las placas de lasaña se ablandan en un pispás, y que si te pones muy integrista anticalor, también las puedes hidratar dejándolas unas horas en agua tibia.
7. Tartar de salmón y aguacate
Una receta que tiene ya unos añitos pero que no ha perdido ni un gramo de frescura. Su genialidad, que no es mía sino del cocinero y divulgador Pep Nogué, es incorporar salmón ahumado a la mezcla de este pescado fresco con aguacate, lo que multiplica el sabor por tres.
Supertartar. / AINHOA GOMÀ
8. Canelones de verano sin leche, ni aceite, ni pasta
Vamos, que es como si no fueran canelones por lo ligeros, refrescantes y veraniegos que son. El milagro se obra con unos buenos calabacines, tomate, manzana, rúcula, anacardos y otros ingredientes que te convencerán para siempre jamás de que la cocina vegana no tiene por qué ser macrobióticamente aburrida.
No siendo yo goloso ni nada de eso, este pastel consigue sacar el Falete que llevo dentro gracias a su maravillosa mezcla de sobaos empapados en zumo, leche condensada y fruta. Como las fresas no están en temporada, recomiendo encarecidamente sustituirlas por otra fruta que sí lo esté, como el melocotón o la nectarina.
10. Agua de mango, melón y lima
Las aguas mexicanas son una bendición para todos aquellos que quieren beber algo fresco más sabroso que el agua a secas pero menos empapuzante que un zumo o un batido. Ésta combinación de frutas gana siempre, pero si no te gusta o no consigues pillar un mango bien madurito ni aunque te disfraces de Paulina Rubio, siempre puedes optar por el agua de piña y menta.
Mírame a mí, tengo colorcito. / EL COMIDISTA
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