Menú semanal de El Comidista (4 a 10 de julio)

Este aperitivo típico de Mediterráneo árabe mejora su sabor cuando lo preparamos directamente a la llama, tiene infinitas aplicaciones y está tan bueno que lo adoptarás como fondo de nevera.

Ahí va un spoiler: la salsa que resulta del jugo del pollo, los ajos tiernos y el moscatel es de esas que te puedes comer una hogaza de pan mojándola en ella.

Rescatamos otro refresco veraniego para hacer frente al calor. La tradicional –y un poco olvidada– leche merengada debería triunfar por su sabor a arroz con leche y su textura de espuma helada.

La sopa fría de pepino y yogur es un clásico de la comida veraniega de Oriente Próximo y los países balcánicos. Plato de tradición judía, como es lógico se toma en múltiples versiones: esta es medio clásica, medio inventada.

Una versión con mínimo esfuerzo de los "spaghetti alle vongole" que no desmerece en nada a la original si usamos unos berberechos dignos. Con su jugo y un sofrito de ajo ligamos una sabrosa salsa.

El melón es tu amigo durante el verano y se supone que, si huele, pesa y la base cede un poco al apretarla, estará bueno. Pero no es una ciencia exacta.

El gazpacho es una de las sopas frías más típicas del verano. Si le añadimos una fruta tan de esta época como el melocotón, el resultado es más veraniego que un balón de Nivea.

Combinar las legumbres, tan ricas como sanas y baratas, con verduras es un triunfo asegurado. En la receta de hoy hacemos las alubias habonas al horno y las mezclamos con judías verdes.

Le damos una vuelta de tuerca a una de las frutas más refrescantes del verano. Estas bolitas dulzonas son el bocado perfecto incluso para melonfóbicos.

Cambiamos el tomate de la ensalada más popular de la gastronomía italiana por una deliciosa fruta de temporada, y añadimos un toque cítrico al aliño que le viene de perlas.

Estamos en temporada de bonito, y eso en el País Vasco se celebra de la mejor forma posible: con un buen marmitako.

Son suaves, tiernos, jugosos y muy aromáticos cuando están en su punto óptimo. Si te aburres de comerlos solos siempre puedes hacer clic en el enlace y probar alguna de las recetas.

Esta receta es muy fácil de hacer, está riquísima y lo mismo te soluciona un pícnic, que una comida o una cena a la fresca. Todo lo que se le puede pedir a un plato veraniego, vamos.

Los frutos del mar gratinados con mayonesa o salsa holandesa son una auténtica delicia: el único truco para que queden perfectos y no se sequen es cocinarlos muy poco antes de pasar por el horno o soplete.

Hay postres lujuriosos, guarros, porno y después está la marquise. Una maravilla de tarta semifría que se puede acompañar con lo que te dé la gana.

La caponata es uno de los aperitivos y entrantes más versátiles de cocina italiana, pero además de un acompañamiento puede ser el relleno perfecto para platos principales. Ejemplo: esta sabrosa lasaña.

Debe tener una mancha amarillenta en la zona que ha estado en contacto con la tierra, y al darle golpecitos con los dedos se debe "sentir hueca".

Si eres de los que no le gustan los pimientos de piquillo, estás de enhorabuena, porque esta receta suaviza su sabor. Si te gustan, los vas a disfrutar igual, así que bien para todos.

El verano y los fogones no se llevan demasiado bien, pero el poco tiempo que pierdas en ellos para saltear estos melocotones especiados estará muy bien empleado. Te lo garantizamos.

Es imposible no sentirte redivivo después de tomarte una michelada en un día de calor, suponemos que por el efecto subidón del líquido, el chile y la sal.

Pincha en el enlace y descárgate la plantilla de menú semanal de El Comidista. Podrás organizarte los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas de toda la semana.