Verdades y mentiras del jamón ibérico
¿Siempre es mejor el jamón ibérico más caro? ¿Sirven para algo las etiquetas? ¿Hay que cortarlo a mano? ¿Y comerlo rápido? Un experto desmonta los mitos y confirma las realidades del producto español más emblemático.
Pasa con el aceite de oliva. Pasa con el vino. Y pasa, por supuesto, con el que probablemente sea el comestible español más querido en todo el planeta: el jamón ibérico. A pesar de ser productos tan apreciados como archipopulares, a veces nos falla el conocimiento sobre ellos, y confundimos mitos con realidades. Lo que nos hace más vulnerables a la hora de comprarlos: cuanto menores sean tus conocimientos básicos sobre jamón, mayores serán las probabilidades de que te equivoques al comprarlo.
Tampoco es necesario convertirse en la Wikipedia andante del jamón ibérico: basta con distinguir unas pocas verdades y mentiras alrededor de esta maravilla. Para hacerlo, contamos con la inestimable ayuda de un experto, el director gerente de la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (ASICI). En el vídeo, Andrés Paredes nos explica cómo funciona el sistema de etiquetas de colores del ibérico, si es cierto que el más caro o el de bellota son los mejores, si hay que cubrirlo con su propia grasa una vez abierto y otros detalles de gran importancia jamonera. ¿Quieres comprar buen ibérico y conservarlo decentemente esta Navidad? Pues gasta dos minutos de tu vida en ver el vídeo de arriba.