Ni cereales, ni galletas ni zumos: anuncios para niños que la OMS prohibiría
¿Qué pasaría si se siguieran las recomendaciones de la OMS sobre publicidad? Que la mayoría de los anuncios de comestibles dirigidos a los niños estarían prohibidos por exceso de azúcar, sal y grasa.
La publicidad de productos malsanos debería estar prohibida o al menos mejor regulada, sobre todo cuando su objeto es un colectivo que precisa de una especial protección, como los niños. No creo que pueda haber mucha discrepancia al respecto, pero si aún hay alguien que necesita un ejemplo de los estragos que pueden causar en ellos estos anuncios –y lo que publicitan–, solo hay que dedicar un rato al escalofriante documental Más allá del peso. Aunque está grabado en Brasil, las situaciones que se muestran son habituales y comunes en todos los países de nuestro entorno. Y sí, también en el nuestro.
Los productos cuya publicidad es urgente regular serían aquellos que aportan un exceso de azúcar, grasas y sal, o la combinación de los tres elementos que caracteriza los productos procesados con peor perfil nutricional.
Con esta idea en mente, la OMS publicó hace un año un documento que marcaba los niveles máximos de estos ingredientes aceptables para anunciar un producto destinado a los niños. Lo hicieron estableciendo una serie de restricciones en 17 categorías de alimentos: si la composición de cualquiera de estos productos excedía la cantidad de azúcar, sal o grasa marcada por ellos por cada 100g de producto, no tendrían permitido anunciarse.
En el planteamiento inicial de este artículo pensábamos encontrar seis muestras de anuncios que fueran en contra de esas recomendaciones, pero tardamos poco en darnos cuenta de que la verdadera dificultad estaba en encontrar algunos que sí las cumplieran. Veamos algunos ejemplos de anuncios desaprobados por la Organización Mundial de la Salud que, a pesar de eso, se emiten a diario.
Cereales ‘de desayuno’
Protagonistas de la categoría número 6, sobre estos cereales la OMS advierte que solo podrían publicitarse aquellos que aporten menos de 10 g de grasas totales; 15 g de azúcares totales y 1,6 g de sal. Sin embargo, los cereales Cuétara Choko Flakes superan las cantidades de grasas recomendadas y casi duplican el de azúcares, tal y como se puede contrastar en este enlace: un ejemplo que se puede extender a casi toda la gama del fabricante en esta categoría.
¿Se trata de un caso aislado? Desgraciadamente no: buena parte de su competencia tiene similares o peores valores, y sus anuncios también van dirigidos a niños y adolescentes. Como ejemplos, el caso de Kellogg’s (fabricante que ha decidido obviar la información nutricional de sus productos en su web en español) o el de Nestlé, también en casi toda su gama.
Comidas y platos precocinados o listos para comer
En su categoría, la 9, las condiciones solo permiten anunciarse aquellos alimentos que aporten menos de 10 g de grasas totales; 4 de grasas saturadas; 10 de azúcares totales y 1 de sal, además de aportar menos de 225 kcal/100g. No hay que esforzarse mucho en contrastar los valores nutricionales del catálogo de pizzas de Casa Tarradellas para descubrir que ni una sola cumple estos requisitos. Todas superan la cantidad de sal sugerida entre un 20 y un 70%, mientras el 42% supera la cantidad límite de grasa y el 75% la de calorías. Con cadenas como McDonald’s, Burger King o Telepizza sucede lo mismo, pero ahí están sus anuncios.
Helados
Los helados también tienen su propia categoría particular, la 5. En este caso la recomendación es más expeditiva: según las recomendaciones de la OMS, no deberían permitirse sus anuncios dirigidos a los niños. Sin disquisiciones: ninguno. La cantidad de anuncios que deberían desaparecer de nuestras televisiones es innumerable: solo hay que ver el que encabeza esta sección o este otro también de Nestlé, además de otras marcas como Kalise. Ninguno de ellos deberían anunciarse, en beneficio de la Salud Pública.
Zumos
Aquí la cosa se complica, ya que los zumos de "fruta 100%" están encuadrados en la categoría 4 destinada a las bebidas, que se desglosa en cuatro: 1º bebidas lácteas, 2º bebidas energéticas, 3º otras bebidas —colas, limonadas, naranjadas, refrescos, bebidas azucaradas, aguas minerales saborizadas, ya sean con azúcares añadidos o con edulcorantes– y 4º, los zumos. Como en el caso de los helados, los zumos tampoco deberían poder anunciarse, independientemente de su contenido en los ítems señalados.
La razón es que los zumos –aunque sean "100%"– representan una importante cantidad de azúcares libres en la dieta de un niño, de acuerdo con el documento de posicionamiento de la OMS Guidelines on Sugars Intake for Children and Adults. Así pues, ni los de Juver, ni los de Zumosol, ni los de Don Simón: nada de anuncios de zumo, así que imagina los requisitos para el resto de bebidas.
Quesos y similares
En la categoría destinada a los quesos –la 8– las condiciones para poderse anunciar pasan por aportar menos de 20 g de grasas totales y menos de 1,3 g de sal. El ejemplo del vídeo, La Vaca Que Ríe, cumple con las grasas pero no con el contenido en sal, igual que el resto de su gama, que en el 100% de los casos supera la cantidad de sal y en muchos el de grasas. La única excepción, los quesitos light con queso azul, que contienen 9 g de grasa y 0,8 de sal). No lo hacen mejor otras marcas como El Caserío, Babybel (cuya variante sabor cheddar es una bomba con 31 g de grasa/100 g y 1,8 g de sal) o muchas otras.
Galletas, bollería y pasteles
En la 2 nos encontramos con otra de esas categorías en la que la OMS se torna expeditiva: no hay porcentajes salvables ni opción para anunciar productos de esta categoría. Ni los de Artiach, ni los de Cuétara, ni los de Panrico, ni los de Bimbo, ni los de Lu, ni Bollycaos, Panteras Rosas, Tigretones, Phoskitos, Q’caña o Donuts. Si alguien se pregunta el porqué de este veredicto radical, que se asome a la lista de ingredientes de cualquiera de ellos: cuenta la leyenda que, si lo haces tres veces, directamente te suben el colesterol y el azúcar.
Entonces, ¿qué se puede anunciar para los niños?
Hay categorías completamente libres para dirigir su publicidad a los niños. Lo difícil, curiosamente, ha sido encontrar anuncios de estos productos. Nos referimos por ejemplo a la categoría 13, que incluye carne fresca y congelada, aves, pescados y similares o huevos. Junto a la 15 –que alude a fruta, verduras y hortalizas frescas o congelada– son las únicas que gozan de total libertad para hacer anuncios dirigidos a los niños. Esos se pueden contar con los dedos de una mano: sirva como ejemplo el del plátano de Canarias.
Una aclaración necesaria
La limitación en la publicidad de estos productos alimenticios trata solo de su enfoque hacia los niños –por su condición de indefensión, además de ser especialmente influenciables–, y no quiere decir que no puedan existir o anunciarse. Pero fácilmente podríamos ampliar el patrón a todos los consumidores, simplemente para tomar conciencia de lo negativos que son los procesados que no cumplen esos requisitos mínimos. Si los alimentos no recomendados son los que son, y los que se libran tienen esas limitaciones en los niveles de grasa, azúcar y sal –salvo los frescos, donde hay barra libre– ve tomando nota, porque lo que no es bueno para tus hijos tampoco lo es para ti, ni para nadie. Si quieres obtener un análisis de todas las categorías del informe de la OMS, además de la fuente original puedes consultar esta reflexión que publiqué hace algún tiempo y trata el tema en profundidad.
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