Revuelto de trastos: especial verano
En la edición más refrescante del año encontrarás colchonetas de playa en forma de porción de pizza, barbacoas flotantes, pinzas para dedos, surtidores para sandías y un molde para hacer esferas de hielo.
El verano es mal momento para relajarse con la tarjeta de crédito porque se acercan las vacaciones, es el momento de comprar billetes y tanto desfalco junto como que no puede ser. Pero en El Comidista somos inmunes a este tipo de dramas, y hemos decidido currarnos un revuelta de trastos especial verano con todas esas cosas que, como siempre, necesitabas (aunque todavía no lo sabías).
La colchoneta pizza
Parece que las colchonetas de playa han pasado de ser un juguete para niños a un accesorio de moda, vista la cantidad de donuts rosas–cisnes gigantes–flamencos hipertrofiados y demás parafernalia que aparecen constantemente como contenido publicitario en Instagram. Pero cuando vi una que tenía forma de porción de pizza de pepperoni, champiñones y aceitunas cambió mi percepción sobre esta tendencia playera, y desde entonces solo pienso en lo que debe molar pegarse un siestón tumbado en una cuatro estaciones. El lujo en cuestión cuesta 39,99 libras en Floatie Kings.
Los helados preparados en ‘cold stone’ –que hemos traducido libérrimamente como ‘piedra helada’, por sus funciones– hacen furor allende los mares y, cada vez más, también por aquí. Esta técnica que nos permite conseguir helados maravillosos trabajando crema o yogur y los aderezos escogidos –frutas, frutos secos, salsas y demás– en cremosos helados, manipulándolos con unas espátulas sobre una piedra a muy baja temperatura había estado hasta ahora reservada a los profesionales, pero ya puedes imitarles en casa con el Chef´n Sweet Spot Ice Cream Maker.
Escoge tu base favorita, añádele lo que prefieras, ponlas sobre la base congelada durante 24 horas, manipula con las palas y en pocos minutos tendrás un heladazo casero con el que refrescarte. Cuesta 49,95 dólares en Williams-Sonoma, y también te servirá para preparar granizados, margaritas helados y otras bebidas chuzantes.
Los polos de pescaditos de Zoku
Aunque estos moldes de Zoku no son como los que te permiten hacer polos o granizados en poquísimo tiempo, sino que se acercan más a la polera convencional –hecha de silicona fácil de desmoldar y a prueba de olores, en este caso– también tienen sus ventajas. La novedad es que ahora podemos prepararlos de seis en seis y con forma de pececillos, tiburones y otros animales marinos (buzo incluído) con palitos a juego. Con algo de imaginación, fruta y 19,90 euros bien invertidos en Gadgets Cuina puedes tener los veranos más fresquitos y sabrosos de la historia.
Pinzas de dedo para carne a la brasa
Si te gustan las barbacoas porque comer carne, pescado o verduras a la brasa te pone palote, pero también tienes un espíritu finolis y no te gusta ensuciarte las manos, se acabaron tus problemas. Estas sencillas pero muy efectivas pinzas de plástico te permitirán consumir costillas, alitas, mazorcas o cualquier comida guarripé sin mancillar tus dedos. También puedes usarlas para comer sushi sin ser maestro palillero tercer dan, para rebozar sin pringarte o para untar comida en tus salsas favoritas. Mantener seis pares de zarpas inmaculadas cuesta algo menos de 20 dólares en Amazon.
Moldes para hacer esferas de hielo perfectas
Hay una especie de obsesión ahí fuera con los cubitos de hielo en forma de esfera perfecta, traslúcida y brillante, una suerte de Estrella de la Muerte con la que enfriar el wisky, la limonada o el pacharán. De hecho, a raíz de este post entré en un loop de páginas donde te explican qué agua usar, el mejor molde y hasta la parte del congelador en la que enfriarlo del que me costó más salir que de IKEA. A falta de comprobarlo empíricamente y volverme definitivamente majareta con el tema, este de polivinilo apto para uso alimentario en forma de guisante o vaina de soja me pareció muy chulo, fácil de usar y limpiar y muy divertido. Cuesta 14 libras en Suck.uk (así se llama la web, lo prometo).
La mochila-nevera
Una buena nevera portátil puede marcar la diferencia tanto en una jornada de playa y piscina como en un fin de semana de aventura en la alta montaña. Como en el caso anterior, sus devotos son legión y hay varias páginas comparativas y mochilas con precios bastante locos y funciones incomprensibles para el común de los mortales. Cualquier fans de comer y beber al fresco valorará la capacidad de nuestra elegida para conservar el hielo durante 24 horas, flotar en el agua y aislar su contenido gracias a los 1000 hilos con los que está hecho su tejido. Vale 99.95 dólares en Rei.com.
Surtidor de bebida para sandías
El gadget definitivo para convertir una sandía o un melón de buen tamaño en el dispensador de bebidas definitivo. Solo tienes que vaciarla con cuidado, procesar su contenido, mezclarlo con lo que quieras –vodka, menta picada, zumo de limón o lima, cubitos de hielo para enfriar– y acoplarle este grifo. Con un simple giro de muñeca –y por 19,99 dólares en Amazon– podrás servirte tu bebida favorita directa del barril más molón.
Plataforma para queso y vino
¿Conoces a algún fanático del vino y el queso? Hazle feliz con esta elegante plataforma de bambú reciclado y barnizado que puedes clavar en el césped o la arena, con dos agujeros para disponer en ella una copa y algo de picoteo y evitar que sus viandas tengan que tocar el suelo. Solo hay que buscar un rinconcito a la sombra donde el bebercio se conserve frío el máximo tiempo posible y disfrutar del picnic más fino del mundo. La felicidad cuesta muy poco más de 20 euros en UncommonGoods.
Barbacoa portátil
Irte al campo con el periódico bajo un brazo y una barbacoa bajo el otro ya es posible, gracias a las versiones plegables como esta. Fabricada en metal, solo hay que abrirla y ponerla sobre una superfície plana para montarse una comida de campeonato (para dos o tres personas, la superfície útil de 48X27 cm tampoco da para grandes despliegues). Tienes la independencia barbacoística a un solo click y 22,05 euros en TiendaGarden.
Bonus track: la lancha barbacoa
Por alguna extraña razón –¿tal vez el aspecto del hombre que sale en la foto haciendo chin-chín?– no puedo parar de pensar en la familia Soprano disfrutando de este nada ostentoso y muy necesario gadget veraniego. Porque, ¿quién no tiene una lancha-barbacoa para disfrutar de una buena comida o cena en el lago o el mar? Incluye un set para 10 personas, una sombrilla de nylon que se abre y cierra, un motor con batería recargable y una autonomía de 10 horas, seis contenedores para comida y está hecha de polietileno (lo que se conoce como “plástico del bueno”). Este bien de primera necesidad puede ser vuestro por solo 50.000 dólares del ala en Hammacher Schlemmer, pero sale a cuenta porque la pinta de mafioso o nuevo rico que cualquiera adquiere al instante con su compra viene por cuenta de la casa.
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