Pink Monkey: cuando te da el mono de dumplings
Pink Monkey es un restaurante asiático con influencias peruanas, mexicanas y mediterráneas en el que preparan unos dumplings excepcionalmente buenos.
¿Pero tú no te chotabas de los restaurantes de fusión asiática?
Un poco, sí. Pero en ocasiones la cosa funciona y esta es una de ellas.
¡Qué jeta tienes!
No, en serio. Probablemente, la experiencia adquirida en Asiana hace que el cocinero Jaime Renedo y François Poplawsky claven este tipo de oferta.
O sea, que Pink Monkey te hizo feliz.
O sea, sí.
Estuvo muy rica la ensalada thai de mango verde con pollo al fuego. La cocina tailandesa es una explosión de sabores y esta ensalada resume muy bien esa idea gracias a combinación de lima, hierbabuena, galanga, cacahuete y guindilla.
Muy sabroso el ceviche de corvina con pomelo y leche de tigre de chile habanero, ¡por fin un ceviche alegre de picante!
Me gustó el pollo con salsa satay y espuma de coco y lima, pero no tiene mérito: si quieres convencerme de que salte por una ventana sólo tienes que poner un bote de salsa satay al otro lado.
Ah, y merecen mención aparte los dumplings, son tremendos.
¿Tremendos de bien o tremendos de fatal?
De muy bien. Entraron directos a mi top 5 de dumplings.
Maravilloso el de gamba y tuétano, un mar y montaña en toda regla por el que merece la pena ir al restaurante. Y cuando creía que había tocado el cielo, llegó el de carabineros y crema de coco. ¡Madre del amor hermoso! Dejando de lado el dumpling, que insisto, está de muerte, esa crema de coco merecía un tazón y mojar unos churros. ¡Qué rica!
Caramba. ¿Y el lado oscuro? Porque siempre hay un lado oscuro.
Sí, siempre. O casi siempre.
No me alucinó el aperitivo de mejillón picante. Iba bañado en esa salsa de chile agridulce que está hasta en la sopa, creo que le iría mejor una salsa casera o una leche de tigre.
El atún con huevos rotos, bien, pero facilón: cualquier plato mejora con una yema de huevo aún líquida.
El bao taiwanés contaba con un bollo excepcional, pero el pato estuvo algo seco y sobrado de salsa hoisin.
Para mi gusto, los sorbetes variados que sirvieron de postre eran demasiado dulces.
Pijadas de las tuyas. ¿Cómo andan de bebercio?
Tienen una carta de cócteles a base de pisco, vodkas macerados y ron blanco de lo más interesante. La oferta de vinos es correcta, pero acompañar este tipo de cocina con vino… no sé yo.
Y de precio, ¿qué?
La cuenta puede salir por unos cuarenta euros. Un poco más si te pones en plan mono loco.
Pues nada, habrá que probar esos dumplings.
Hazlo. Demostrarás ser un simio evolucionado.
Pink Monkey: Calle Monte Esquinza, 15. Madrid. Tel. 913 10 52 72. Mapa.
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