¿El mejor chino chino de España?
Comer en restaurantes finolis está muy bien. Pero seguramente nada iguala el placer de descubrir un lugar barato, sin ninguna pretensión y completamente fuera de circuito en el que cenas como un emperador. Por desgracia, no quedan muchos ejemplares de esa especie, y cuando te topas con uno te entran ganas de ofrecer a los dioses a tus hijos o a tu madre en sacrificio para agradecérselo. Esto es, en líneas generales y con la inevitable salsa de la exageración, lo que sentí al visitar por primera vez el Royal Cantonés.
Este restaurante chino, pero chino chino, está en Usera, un barrio popular del sur de Madrid que yo siempre había tenido mitificado por una canción de Almodóvar&McNamara, y que en los últimos años se ha beneficiado gastronómicamente de una fuerte inmigración venida del país de la Muralla. Abrió en verano de 2009, y desde entonces se ha mantenido fiel a una consigna: dar a conocer la auténtica cocina cantonesa y lograr que los paladares españoles, anestestiados por décadas de sucedáneos de comida china, aprendan a apreciarla.
El aspecto del Royal Cantonés no difiere demasiado de los otros tropecientos mil chinos que hay en España. Sin embargo, su carta encierra maravillosas sorpresas: una espectacular barbacoa cantonesa con panceta crujiente, cerdo rojo y pato; un milagroso pollo cocido a baja temperatura con salsa de jengibre que no puede estar más jugoso; un fantástico guiso de berenjena con carne picada y dim sums como los bollitos bao rellenos de cerdo al vapor y los hojaldres de carne. A los atrevidos, allí les espera también una peculiar medusa y un guiso de tendones de vaca que para mí fue como una iluminación: nunca habría pensado que una pieza tan poco atractiva a priori pudiera transformarse en semejante manjar. Hasta tienen un buen postre: pasteis de nata, llevado a Cantón por los portugueses hace siglos.
Barbacoa cantonesa, berenjenas y manitas crujientes. / ROSA ARDÁ
El dueño del establecimiento, cuyo nombre español es Luis, llegó a Madrid con su familia procedente de esa ciudad china hace dos décadas, buscando una nueva vida en el extranjero. El jefe de cocina también proviene de allí, así como los otros cuatro cocineros que tiene a su cargo. "La cocina de de la región de Cantón es uno de los cuatro pilares de la gastronomía china junto con la de Sichuán, la de Shandong y la de Jiangsu", explica Luis traducido por su hijo David, que habla y escribe castellano como cualquier madrileño. "En España, la mayoria de chinos que abren restaurantes provienen de las zonas del norte, donde predomina la cocina de Sichuan, de ahí su famosa sopa picante. La cocina cantonesa es muy distinta, muy rara vez se emplea el sabor picante en los platos, se tira más a buscar el equilibrio en otros sabores".
Según Luis, la comida cantonesa se caracteriza por el uso de especias como el jengibre, cebolleta, salsa de ostras, vino de arroz o alubias negras. Otra gran virtud es la fusión de los alimentos frescos con los secos, de sabor más intenso y aromático, para crear contrastes de textura y sabor. Pero la estrella de su cocina es el dim sum. "Traduciendo literalmente del chino, significa algo así como 'tocar al corazón, satisfacerlo'. Y esa es la idea, platos delicados, ligeros y variados, con combinaciones de carnes, vegetales o mariscos. Se sirven en pequeñas cestas o platos dependiendo del tipo. La tradición siempre ha sido tomárselos en el desayuno acompañados de un buen té, pero con el tiempo se han empezado a consumir a todas horas".
Íñigo Aguirre, autor del blog Umami Madrid y buen conocedor de la comida oriental, coincide en destacar su sutileza. "Normalmente la cocina china para no chinos es una adaptación barata de algunos de sus platos, más otros inventados con muy poca gracia. Por otro lado, los restaurantes chinos para chinos suelen servir comida típica otras regiones con menor tradición culinaria y sabores más pronunciados, algo grasienta y con grandes cantidades de azúcar. Sin embargo, la comida cantonesa se considera -con razón- la alta cocina china: busca que los ingredientes principales sean los que tengan el protagonismo, intenta cocinarlos poco y evita el uso de especias fuertes, ajo y mucho picante".
Bollitos bao, el local y los dumplings. / ROSA ARDÁ
Luis trata de hacer pedagogía entre sus clientes, y los camareros invitan siempre a sustituir los rutinarios rollitos primavera, pollo con almendras o arroz tres delicias por dim sum, cazuela de berenjenas o "si son mas atrevidos, la medusa o las tripas de oca". "Más de una vez se han llevado una sorpresa y han pasado de pedirlo a regañadientes a disfrutarlo saboreando cada bocado. En estos cuatro años hemos ido aprendiendo y evolucionando siempre mirando la reacción tanto de españoles como de chinos a nuestros platos. Ofrecemos algo distinto, muy exótico y arriesgado para muchos, pero que merece la pena probar".
Uno de los fanses más acérrimos del Royal Cantonés es el actor y gourmet Juan Echanove. De hecho, en las paredes del local no hay una foto suya, ni dos, sino tres. Y bastante grandes. Lo descubrió celebrando un cumpleaños y recuerda la comida como "inolvidable". "Me pareció distinta y exquisita, y lo que más me gustó ademas de los dumplings y el dim sum fueron las patitas de pollo, los tendones, y las medusas en salmuera".
Otra ilustre comensal de este insólito lugar ha sido la infanta Elena. Y sí, también hay una foto suya colgada. "No se nos pasaba por la cabeza que aparecería alguien famoso en nuestro pequeño restaurante, y menos un miembro de la familia real", recuerda Luis. "No hubo reservas ni nada, nos pillo de sorpresa. Lo que más nos alegró es el hecho de pensar de que se hubiera enterado de la existencia de nuestro local. Nosotros manejamos las redes sociales básicas para tener contacto con la gente, saber sus críticas y opiniones. No hemos hecho nunca nada de publicidad, o sea que todo el que venía era por el boca en boca. La verdad es que le gustó bastante la comida, pidieron de todo un poco, pato, pescado, dim sum... Me acuerdo que le encantaron las empanadillas al vapor. ¡Repitió y todo!".
¿Es el Royal Cantonés el mejor chino chino de España? Para mí es, sin duda, uno de los mejores que he probado, y lo pondría en el puesto número 1 si hablamos de cantoneses. "Hay chinos buenísimos a otro nivel, como el Tse Yang del Hotel Villamagna. Pero probablemente éste sea el mejor en la categoría de chino barato", señala Íñigo Aguirre. "Para mí es el más divertido", concluye Echanove. "Ya tienen algún vino nuevo, y son muy buenas personas. Cada tres meses vuelvo con [el periodista gastronómico] Ignacio Medina, y sigue pareciéndonos un buen restaurante. ¡Viva Useratown!".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.