Creatividad, negocio y circularidad para celebrar las 30 ediciones de la pasarela 080 Barcelona Fashion

La pasarela 080 Barcelona Fashion vuelve a la presencialidad mientras reflexiona sobre cuál debería ser su seña de identidad y cómo mejorar sus perspectivas de futuro. La convocatoria, que comienza el martes y prevé cuatro días de desfiles, celebra su edición número 30. La primera que tendrá lugar físicamente, en el Recinte Modernista de Sant Pau, tras dos años de pandemia en los que se impuso lo digital. Atrás quedan cuatro ediciones de colecciones presentadas mediante fotografías y vídeos concebidos desde un primer momento como contenido para alcanzar a un público amplio en web y redes sociales. De ese formato, impuesto por la situación sanitaria, se han extraído enseñanzas valiosas. “Hasta la llegada de la covid hacíamos poca cosa a nivel de estrategia digital”, reconoce Agnès Russiñol Amat, directora del Consorci de Comerç, Artesania i Moda de Catalunya, “pero nos volcamos en ello en esos meses en los que no nos podíamos reunir, y ahora cogemos todo lo aprendido y lo mezclamos con lo físico. Esto nos ayudará a comparar formatos, ver qué es más efectivo y qué objetivos podemos conseguir con cada uno”. Un aprendizaje que servirá para dar forma a un futuro que pinta híbrido, exprimiendo lo mejor de cada universo.

El desfile presencial, que estaba en entredicho antes del estallido de la crisis del coronavirus, ha demostrado ser imbatible a la hora de crear una narración. “Una presentación no es solo la ropa, las modelos o la historia que hay detrás, o al menos no para nosotros, que nos gusta apelar a todos los sentidos”, explica la diseñadora Tíscar Espadas, que será una de las primeras firmas en presentar su colección en la primera jornada. “Hay cosas que a través de la pantalla no se pueden trasmitir o comunicar, como tampoco se puede lograr que el público se adentre en nuestro universo y en nuestra forma de pensar”, añade. Pero también es innegable que nada puede competir con el poder amplificador de las redes sociales, defiende Russiñol Amat: “En este sentido, tanto en moda como en retail, está cada vez más en boca de todos esa palabreja de la omnicanalidad. Después de todo lo que ha pasado nos hemos dado cuenta de que es importante apostar por el formato digital, pero también tener un apoyo en el físico”.

El objetivo es claro: maximizar cada euro invertido, porque, con un presupuesto total de dos millones de euros, la pasarela se financia en su mayor parte con dinero público. Este discurso está presente a la hora de hablar de formatos, pero sobre todo al pintar el cartel de la temporada, un total de 23 desfiles entre los que se mezclan enseñas de autor con marcas consolidadas. “Es un proyecto que funciona por concurrencia competitiva. Hay un comité de selección que escoge las propuestas en función de nuestras bases, según la calidad o la creatividad, pero también se tiene en cuenta el potencial de generar volumen de negocio. Las firmas se presentan para visibilizarse y para hacer marca, pero sin olvidar que el objetivo final es aumentar las ventas”, cuenta la directora del Consorci de Comerç, Artesania i Moda. La moda es un importante motor de la economía catalana que, según el consorcio de comercio, emplea a 90.000 personas en toda Cataluña. Según los últimos datos de la Generalitat, actualizados el pasado mes de abril, las 800 compañías más grandes del sector generan un volumen de negocio anual de 14.500 millones de euros.

En un panorama internacional saturado de pasarelas, 080 Barcelona pretende mantener su carácter vanguardista abriendo el calendario a firmas como Dominnico, Eñaut o la de la propia Tíscar Espadas, pero también buscando innovaciones en línea con las demandas del mercado y con la conversación global de la industria. En este sentido la sostenibilidad cobra protagonismo entre muchas de las propuestas, pero también en una innovadora apuesta de la organización, 080 Reborn, un desfile que tendrá lugar el jueves con ropa de segunda mano procedente de tiendas como Humana, Pink Flamingo, Le Swing o Las Pepitas.

“Al ser un proyecto con dinero público”, añade Russiñol Amat, “tenemos la responsabilidad de concienciar a la ciudadanía en distintos aspectos. Este desfile va en esa línea, la de aprovechar la 080 para hacer entender a todo el mundo la necesidad de hacer un uso más responsable del textil”. Una cultura de la moda concebida como justo equilibrio entre creación y empresa, sin olvidar la circularidad, que de nuevo invadirá el centro de Barcelona durante cuatro días.