Muere el diseñador japonés Issey Miyake a los 84 años
El creador fue artífice de una concepción radical del diseño basada en la innovación de tejidos
El diseñador japonés Issey Miyake ha fallecido a causa de un cáncer de hígado a los 84 años, según informa la agencia de noticias Kyodo. Conocido por su aproximación escultural al diseño y por su innovación con los tejidos, el creador, que falleció este 5 de agosto, estaba retirado desde el año 1997 y centrado en la investigación de los materiales desde su estudio en Tokio.
Tras cursar Diseño Gráfico en Tokio y de moda en la Chambre Syndicale parisina, Miyake (Hiroshima, 1938) trabajo a las órdenes de Guy Laroche y Hubert de Givenchy, aprendiendo las técnicas artesanales de la alta costura parisina. Tras un breve paso por Nueva York, en 1970 abriría su estudio en la capital nipona. Inspirado por los vestidos cortados al bies de Madeleine Vionnet y por la escultura de Brancusi, el diseñador buscó desde sus inicios crear una moda capaz de integrarse e interactuar con el cuerpo y el movimiento. A principios de los años setenta del pasado siglo debutaba en la Semana de la Moda de París. Sus propuestas radicales, en las que el tejido y sus características marcaban el resto de atributos de la prenda, le hicieron ganar una sólida base de seguidores en Europa y Estados Unidos.
En su obsesión por buscar una especie de uniforme visualmente simple pero técnicamente innovador, Miyake experimentó durante las siguientes décadas con las prendas en movimiento, a través del estudio del ballet contemporáneo. Fue así como llegó, a principios de los noventa, a crear Pleats Please, una exitosa línea de básicos de poliéster plisado que se expanden y contraen con el movimiento y que no necesitan cuidados especiales; o el bolso Bao Bao, capaz de adquirir distintas formas a partir de distintos triángulos de plástico unidos por una tela.
En 1997 decidió centrar sus esfuerzos en la investigación textil y cedería la dirección creativa de sus líneas de moda a su mano derecha, Naoki Takizawa. Es durante esos años cuando crea A-POC (siglas de A Piece of Clothing), una revolucionaria técnica de confección con una única pieza de tela que va tomando forma a partir de un telar unido a una computadora. Mientras tanto, comercializó a través del grupo Shiseido L’Eau d’Issey, una fragancia ligera inspirada en el agua que a día de hoy sigue siendo un éxito. Las fragancias fueron, de hecho, las responsables de que Miyake empezara a ser conocido para el gran público, junto a los jerséis negros de poliéster que confeccionaba para su amigo Steve Jobs, llegó a enviar al creador de Apple más de un centenar, y que el magnate de la tecnología utilizaba según dictaba la filosofía del diseñador, como un uniforme que llevar a diario.
Curiosamente, la aparente simplicidad de las propuestas que ideaba el japonés se combinaban con un modo de comunicarlas cercano a la obra de arte. Miyake colaboraba habitualmente con la ceramista austriaca Lucie Rie realizando botones y fornituras y trabajó durante años junto a su admirado Irving Penn, creando uno de los diálogos creativos entre moda y fotografía más fructíferos de finales del siglo XX.
Protagonista de distintas exposiciones retrospectivas en todo el mundo, en 2010 recibió la medalla de la orden de cultura japonesa, una de las mayores distinciones del país. “Veo esta condecoración como una forma de apoyo a la gente con la que trabajo. No solo hablo de los diseñadores, también de los tejedores, costureros y todos los involucrados en innovar y crear piezas bellas a pesar de las dificultades económicas del país” , contaba entonces a la revista Women’s wear Daily. Desde 2020, Satoshi Kondo es el director artístico de sus líneas de moda, que siguen presentándose en París, la mayoría de las veces a través de bailarines.
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