Así es el frasco que revolucionará la cosmética masculina
Llega IGO, un revolucionario rediseño de la botella de su clásica fragancia L’Eau d’Issey, donde el tapón también es un dispensador para llevar a cualquier lugar del mundo
Cuando una fragancia gusta, la inercia llama a querer sentirla sobre la piel más a menudo. Pulverizarla más veces: después de comer, al salir del gimnasio, para el afterwork, antes de esa cita especial, en ese fin de semana de escapada improvisada… Los humanos del siglo XXI no se mantienen quietos y las fragancias deben adaptarse a ese afán aventurero.
El problema es que al meterla en el bolso, bolsa de deporte o llevarla en la maleta de viaje, implica cargar con un frasco de formato normalmente grande que, o pesa y puede romperse, o bien ocupa espacio. Además puede dar quebraderos de cabeza en el equipaje de cabina si supera los 100 ml o, por qué no, si uno necesita introducir otros líquidos para el aseo personal. IGO de Issey Miyake es la ingeniosa respuesta a esa necesidad nómada tan contemporánea.
Un revolucionario rediseño del tapón para la mítica L’Eau d'Issey en el que los equipos de diseño de Shiseido han invertido nada menos que cuatro años. El resultado marca un antes y un después en la perfumería: una única fragancia presentada simultáneamente en dos frascos de tamaños distintos. Aparentemente respeta la arquitectura de la clásica botella Istay, pero el secreto está en el tapón.
Irrompible, ligero y estéticamente bello, se convierte, a su vez, un pulverizador ‘on the go’. La botella permanece como el básico para dejar en casa (80 ml para él y 60 ml para ella) y el tapón de 20 ml cobra nueva vida y se convierte en el cómplice perfecto para ese usuario inquieto que quiere llevar su fragancia a cualquier parte. Sin complicaciones: se preserva la esencia del formato y, a la vez, se le da nueva vida.
Espíritu viajero e inquieto
IGO es un juego de palabras que se convierte en la metáfora perfecta para este singular formato. En inglés significa ‘voy’. En japonés, quiere decir ‘después’, un concepto similar a ‘futuro’ y que entronca con todo el universo creativo de Issey Miyake. El diseñador japonés revolucionó la moda aportando una visión arquitectónica, con cortes, pliegues y siluetas insólitas que redefinían el cuerpo humano. Un enfoque personal, atemporal, pero, sobre todo, funcional y práctico. La estética al servicio del objeto y el objeto para enaltecer la estética. IGO retoma y enaltece esa funcionalidad sin menoscabar la estética y la capacidad de sorprender de Miyake.
Para presentar en sociedad un formato tan innovador en tiempos donde lo audiovisual domina el mensaje, se ha confiado en el estudio creativo Akatre. Apenas 32 segundos bastan para que los frascos cobren vida en una mini película de animación, exultante de ingenuidad e imaginación. Las fragancias se convierten en una especie de mini robots danzarines que vuelan, juguetean y se intercambian los tapones en una hipnótica coreografía.
Y mientras el formato se actualiza, el jugo permanece inalterable. Tanto en su versión masculina como en las dos femeninas. La edición masculina, L’Eau d’Issey pour Homme, mantiene su frescor ligeramente especiado con fondo amaderado, con acordes de yuzu y mandarina, sobre un corazón de nenúfar azul y geranio mentolado. De fondo, sándalo y vetiver.
Para mujer, el nuevo tapón IGO se encuentra tanto en el frasco cónico de L’Eau d’Issey, con su legendario jugo con acordes de loto acuático, rosa, ciclamen y peonía, como en su versión opulenta L’Eau d’Issey Pure Nectar de Parfum, con notas de pera y sándalo cremoso. Un encuentro insólito entre el futuro y lo clásico como solo Miyake podría imaginar.
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