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Lubricante, minijuguetes... qué meter en la maleta para disfrutar del sexo en vacaciones

El apartado erótico no debería faltar en el equipaje para permitir un sexo seguro y con los complementos necesarios. Desde los básicos, como preservativos, hasta juguetes que no molesten en el control de seguridad, sin olvidar un botiquín centrado en la zona íntima

Tanto si uno se desplaza solo, con amigos o en pareja, no está de más incluir algún que otro accesorio erótico en la maleta.
Tanto si uno se desplaza solo, con amigos o en pareja, no está de más incluir algún que otro accesorio erótico en la maleta.Helin Loik-Tomson (Getty Images/iStockphoto)

El viaje empieza cuando comenzamos a hacer las maletas y acaba cuando las deshacemos. Aunque viajar ligero es la nueva consigna para reducir la huella de carbono y para que las aerolíneas no cobren demasiado, en las vacaciones hay que planificar con detalle lo que uno se lleva o no se lleva. Especialmente, si se va a países lejanos, en desarrollo o con una cultura muy distinta, ya que es previsible que muchos artículos de primera o segunda necesidad no estén siempre disponibles.

Tanto si uno se desplaza solo, con amigos o en pareja, no está de más añadir algún que otro accesorio erótico para el sexo seguro y placentero en la lista de cosas a llevar. Al fin y al cabo, el verano, las vacaciones y el tiempo libre despiertan hasta la libido más anestesiada y, cuando no hay que madrugar para ir al trabajo, las noches son largas y prometedoras.

Los básicos: preservativos y lubricante

Hay algo innegociable para las relaciones esporádicas, las noches locas, los affaires veraniegos y el sex on the beach. Se trata del preservativo, por eso es recomendable incluir algunas unidades en la maleta, incluso si se han hecho los votos de castidad; porque las vacaciones, los destinos exóticos y los cuerpos bronceados los carga el diablo. Más vale traer los condones de vuelta, intactos y sin abrir que tener relaciones sin protección o con marcas poco fiables, compradas en países donde el control de calidad y las condiciones adecuadas de almacenamiento brillan por su ausencia.

Algo similar ocurre con el lubricante. Por muy joven que se sea y mucho que se lubrique, nunca está de más considerar esta opción, sobre todo si se prevé utilizar algún juguete erótico. Se desconoce si las mucosas y microbiotas vaginales responderán bien a los lubricantes de otras latitudes, con formulaciones desconocidas o imposibles de chequear. Así pues, lo mejor es viajar con ellos. Una marca a tener en cuenta es Lubets, que ofrece cajas con sobres de monodosis, listos para pasar los más férreos controles de líquidos de aeropuertos. Los lubricantes de esta marca son ecológicos y con base de agua (compatibles con preservativos) y hay para todos los gustos: potenciadores de sensaciones del orgasmo, con efecto frío o calor, prolongador del placer o con CBD. Hay también sobres monodosis de aceite de masaje, con aceite de almendras dulces, aceite de baobab, higo chumbo, vitamina E y aceite de camelia.

Minijuguetes para viajar

Seguro que más de uno no viaja con sus juguetes eróticos para evitar que el detector del aeropuerto registre algo raro y haya que aclarar malentendidos frente a una cola de turistas. Pero el personal del filtro de seguridad ya está curado de espanto, y los fabricantes de juguetes sexuales cuentan con una gama de productos en pequeño formato, discretos y casi invisibles.

Uno de los últimos lanzamientos es Lelo Dot Travel, un estimulador de clítoris con un tamaño diminuto, aunque con ocho modelos de vibración con distintas intensidades. Esta maquinita también puede bloquearse para que no se encienda sola en medio del viaje. Durante un año, Lelo y Rusticae (marca y portal de reservas que aglutina una cuidada selección de hoteles con encanto en España, Portugal y Francia) se han aliado para potenciar el placer en los viajes. Con el código de descuento LeloxRusticae, se obtiene un 10% de rebaja en juguetes de viaje Lelo y un 5% en alojamientos Rusticae.

Siguiendo con el clítoris, Womanizer Liberty 2 es otro succionador pequeño, aunque con la misma potencia que el grande, y con un estuche donde se puede guardar de forma higiénica y sutil. We-Vibe Moxie+ es un manos libres. Se coloca en la ropa interior y se controla a través de su aplicación o mando a distancia. Y Sona 2 Travel, de Lelo, estimula el órgano femenino del placer pero no con vibraciones, sino con la tecnología SenSonic, pulsos sónicos que resuenan y que proporcionan nuevos estímulos.

Iroha, la marca japonesa de juguetería erótica, rama de Tenga, cuenta con dos ítems diseñados especialmente para el viaje: Iroha Sitck, un estimulador de clítoris con forma de lápiz de labios, e Iroha Mini, un juguetito liliputiense, con cinco horas de autonomía. Ambos con la precisión, delicadeza y la especial silicona con un tacto único que caracterizan a esta marca.

We-Vibe Sync Go es el juguete para parejas más pequeño del mundo, que se inserta en la vagina para dar más placer a ambos durante la penetración, y se maneja desde una aplicación móvil. Y para ellos, Acwave Ghost, un mastubador pequeño, práctico y reversible en forma de funda de silicona que no necesita pilas.

Es tiempo de ‘negligé’

En materia erótica, la puesta en escena es esencial y lo que llevamos o no llevamos puesto puede actuar de potente afrodisíaco o de inhibidor del deseo sexual. El verano es, pues, la época más propicia para ir ligero de ropa, o hacer un striptease en toda regla, si el aire acondicionado no lo impide. Ahora o nunca se puede convertir la habitación de hotel en una pasarela del desfile de Victoria’s Secret o emular las películas de los años cincuenta, en las que al llegar a casa, la chica se ausentaba unos minutos, con la excusa de ponerse algo más cómoda, y salía enfundada en una negligé de vértigo.

Con estas intenciones en mente, hay que incluir en el equipaje alguna ropa interior de alto voltaje. Antiguamente, había que recurrir a firmas de lujo, como La Perla o Agent Provocateur; pero hoy la lencería sexy se ha democratizado y hay donde elegir si se dispone de poco presupuesto. Hunkemöller, Yamamay, Boohoo o La reina de París son algunas propuestas para ellas. La ropa interior masculina todavía está en vías de desarrollo, pero Desafío Interior puede ser una opción.

La importancia de una buena luz

Una luz cálida y adecuada puede ser esencial a la hora del sexo y no todos los hoteles la proporcionan. En muchos casos, habrá que elegir entre la oscuridad total y la luz blanca fluorescente, más propia de las salas de espera de urgencias de los hospitales que de un entorno romántico y sensual. La opción al problema lumínico es incluir algunas velas en la maleta. Algunas marcas veganas, sin contaminantes, parafinas ni metales pesados son Velas de la Ballena, El Gramo Original o Sunsais. Y, en previsión de que el detector de humos del hotel nos delate, siempre se pueden utilizar velas a pilas o alguna lamparita de ambiente, fáciles de encontrar online.

Botiquín de primeros auxilios

Las molestias uroginecológicas pueden arruinar unas vacaciones, por eso nunca está de más ser precavidos. “Las mujeres con tendencia a la cistitis pueden llevar algún antibiótico que les recete su médico de cabecera o ginecólogo; más que nada porque puede ser difícil de conseguir en determinados países”, apunta Francisca Molero, ginecóloga, sexóloga, directora del Instituto Iberoamericano de Sexología y presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología. “Otra cosa que pueden hacer es un tratamiento preventivo con cápsulas de arándano rojo, muy eficaces para evitar las infecciones de orina”, comenta.

Para ella, otro imprescindible para viajar es algún tipo de jabón para la zona íntima, que sea respetuoso con el ph vulvo vaginal; por ejemplo, los que contienen malaleuca (árbol de té) o bardana y que, al mismo tiempo, son antipruriginosos (que alivian el picor). “No está de más llevar también algún tratamiento antimicótico para las cándidas, en monodósis, o una crema para la zona vulvar”, añade la ginecóloga.

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