¿Cómo (y con qué) sueñan los perros?
Los canes también tienen pesadillas y pueden padecer insomnio. Durante su actividad onírica, que varía según el tamaño del animal, recuerdan experiencias de su vigilia, que se pueden traducir en movimientos corporales y expresiones vocales
Los perros sueñan y lo hacen de manera similar a las personas. Los canes también experimentan la fase REM (Rapid Eyes Movement), que se caracteriza por el movimiento rápido de los ojos y de mayor actividad eléctrica en el cerebro. “Los perros suelen entrar en la fase REM entre 20 y 40 minutos después de quedarse dormidos. En ese momento la respiración es irregular, los ojos se mueven y el cuerpo se relaja, pero la mente está más activa”, explica Juan Antonio Aguado, veterinario de la clínica Montepríncipe, en Madrid.
Además de esta, hay gran similitud entre personas y canes a la hora de dormir. “Los humanos no tenemos el monopolio de los sueños. Los patrones de ondas que muestran la actividad cerebral durante el descanso son exactamente los mismos para ambos”, afirma el veterinario. Los perros, al igual que cuando los humanos duermen, reviven lo que experimentan durante sus estados de vigilia. “Es probable que sueñen con sus dueños, los paseos, sus juguetes o su comida favorita y lo hacen cuando están en la fase SWS (Slow Wave Sleep), que es la más profunda del sueño”, explica Aguado, que describe este momento del descanso: “Carece de movimientos oculares rápidos y se caracteriza por una oscilación lenta de las ondas cerebrales del neocórtex”. Los sueños caninos se pueden traducir no solo en movimientos corporales, sino también en expresiones vocales. “Cuando contrae la boca es posible que sueñe con coger una pelota, comer o lamer a su dueño; si contrae las patas puede que reviva momentos de juego, pero también puede gemir o ladrar”, añade el especialista.
Las pesadillas del perro
Los canes pueden tener sueños que les inquieten, como al recordar momentos de miedo. “Pueden gruñir, ladrar o gemir; despertar a la defensiva, asustados o agresivos, por lo que en esos momentos no hay que despertarles, ya que puede atacar al no distinguir entre el sueño y la realidad”, aconseja Aguado.
Los perros son animales diurnos y una particularidad es que sueñan de forma diferente según su tamaño. “Duermen un promedio de 10 horas al día, sobre todo entre las nueve de la tarde y la seis de la mañana, a lo que hay que añadir siestas vespertinas esporádicas. Sus sueños pueden durar entre uno y diez minutos en función del tamaño del perro”, describe Aguado, que matiza las diferencias según la raza: “Los más grandes sueñan cada 60 o 90 minutos, mientras que los más pequeños lo hacen alrededor de cada 10 minutos. Esto es debido a que los pequeños sueñan más que los grandes, ya que tienen más actividad cerebral cuando duermen”. Otros comportamientos particulares a la hora de soñar según la raza y el tamaño del can tienen que ver con su extensión y contenido: “Los perros pequeños tienden a tener sueños más cortos y frecuentes que los de mayor tamaño, y los de razas como el pointer pueden señalar el lugar de su presa como si estuvieran despiertos”.
Los canes pueden dormir mal debido a diversos problemas de salud, como los que menciona el veterinario: “La osteoartrosis, la insuficiencia cardíaca o respiratoria, las alteraciones metabólicas, así como por cuestiones asociadas con el envejecimiento, como el síndrome de disfunción cognitiva, similar al alzhéimer humano”.
Los beneficios de soñar
Soñar cumple unas funciones biológicas que favorecen la salud de todos los mamíferos. “Sirve para restablecer las funciones físicas y psicológicas y para estar listos para el día siguiente. Además, el sueño es esencial para la consolidación de la memoria y el aprendizaje, por ello los animales tienen la misma capacidad de soñar que las personas”, asegura Miguel Ibáñez, profesor emérito de la Facultad de Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). No se trata de soñar por soñar solo para descansar. “Se trata de algo imprescindible para la supervivencia. De hecho, un animal somnoliento siempre buscará un lugar seguro para dormir de manera instintiva”, añade este especialista.
No existen estudios que determinen que los animales carecen de la capacidad de abstracción de sus vivencias. “No se puede afirmar que los animales no sienten, evalúan, y almacenan sus pensamientos para que les sirvan en un futuro”, afirma el veterinario, que describe cómo es el sueño de los animales según su edad: “Los cachorros duermen más tiempo que los perros más mayores, aunque los más jóvenes lo hacen durante períodos de tiempo más cortos que los que tienen más años”.
Cada animal tiene su propia forma de soñar y dormir. “Cuando duerme de manera profunda, pueden roncar o emitir sonidos de bienestar, como en el caso de los gatos, parecidos al ronroneo”, afirma este especialista, que destaca la importancia del sueño en perros, gatos y en cualquier mamífero para su desarrollo cognitivo y adaptación a su medio ambiente.
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