Pautas para disfrutar del paseo del perro con la correa: hay que acostumbrarle de cachorro y no es un accesorio de control
Nerviosismo o tirones del arnés son algunas de las incomodidades que se pueden dar a la hora de salir a la calle con tu mascota. Según los expertos, elegir la correa adecuada y dejarle olfatear son dos claves que ayudan a evitar estas situaciones
¿Paseas al perro o es al revés? La hora de la salida a la calle con tu mascota debería ser un momento de disfrute, sin embargo, se puede convertir en el momento estresante del día, debido a tirones con la correa o a posibles enfrentamientos con otros canes. ¿Por qué se producen estas complicaciones con el animal a la hora de pasear con la correa? “Los perros suelen salir a pasear con un nivel de activación alto, ya sea porque tienen ganas de hacer sus necesidades, quieren llegar al parque a jugar o porque les pone nerviosos la calle”, explica Helena Bat, psicóloga especialista en etología y bienestar animal. En esos momentos, el animal necesita un ritmo específico a la hora de caminar y se crea un desfase entre lo que precisa el perro y lo que su dueño hace. “Requiere movimientos rápidos, y cuando van atados no pueden hacerlo, porque los seres humanos no llevamos ese compás al salir de casa, incluso a veces les pedimos que paren, esperen o se sienten”, añade.
Las personas que conviven con perros suelen estar preocupadas por el hecho de que la hora del paseo con sus animales se convierta en un momento de estrés. “Un alto porcentaje de consultas suelen estar relacionados con este tema, y la situación puede empeorar cuando el animal apenas sale de casa para evitar conflictos durante el paseo y se opta porque haga sus necesidades en lugares como el jardín”, comenta Rosario Galtier, veterinaria y etóloga. La también directora técnica de Ebavet, un centro veterinario de Tenerife dedicado en exclusiva a la especialidad de la etología clínica veterinaria así como el bienestar animal, explica las razones por las que se pueden producir tirones con la correa: “No haber enseñado nunca al perro a utilizar este accesorio de paseo, o haber escogido el inadecuado, como las correas cortas, que facilitan más tirones, o los collares de castigo, como los de impulsos eléctricos o púas, que no son recomendables”.
Las situaciones habituales que dificultan el momento de la salida a la calle con el can pasan por tirones de correa, agresividad con otros perros o miedo a otras personas y a estímulos de la calle como ruidos, describe Galtier. En este sentido, la etóloga Helena Bat aclara que los animales se suelen relajar cuando llegan al parque porque consideran que es la zona segura para el ocio: “Cuando los perros están nerviosos, suelen tirar más de la correa, porque se sienten inseguros y perciben amenazas. Por eso, la clave para un buen paseo es que los perros salgan tranquilos y realicen actividades propias de su especie, como interactuar con otros congéneres”, destaca Bat.
La aceptación de la correa por parte del perro
La correa no resulta natural para los canes y necesitan un proceso de aprendizaje y aceptación de este accesorio de paseo. “Los perros quieren correr, explorarlo todo, y es normal que tiendan a frustrarse al ver que hay un elemento extraño que les impide hacer lo que quieren. Por tanto, hay que enseñarles a pasear con correa y que aprendan a ir a nuestro ritmo”, detalla Galtier, que advierte también sobre la importancia de entender que la correa es un elemento de seguridad para que el perro no se pierda o provoque un accidente, pero no un accesorio de control. “No se debe usar para dirigir los paseos. Si a nosotros no nos gusta que ellos tiren de la correa, a ellos tampoco les gusta que lo hagamos y les podemos hacer daño en el cuello”.
Lo recomendable cuando hay un problema de comportamiento, en este caso con la correa a la hora de pasear, es consultar a un experto sobre el tema. “El veterinario descartará, primero, problemas de salud y recomendará a un especialista en etología o comportamiento animal que ayudará a los dueños a trabajar con el perro para solucionar la situación”, añade Galtier. Por su parte, la etóloga Helena Bat recomienda favorecer que el perro olfatee durante el paseo. “Cuando siguen rastros están concentrados y tienden a caminar despacio. Esto a muchas personas no les gusta y es cuando vienen los tirones, pero es importante dejarles tiempo para olfatear, aunque caminen despacio”.
Adaptarse a la correa desde que el perro es un cachorro es fundamental para lograr paseos agradables y sin estrés. “Lo primero es empezar en casa a trabajar la habituación a la colocación del arnés y la correa, además de que aprenda a caminar atado con ella”, aconseja Galtier, que también destaca la importancia de una buena socialización del animal para evitar miedos, como a las personas o los ruidos. “Conviene que el cachorro salga de casa, aunque sea en brazos, para que se acostumbre a situaciones como el tráfico o a la presencia de otros perros”.
El paseo para los perros, mucho más que hacer sus necesidades
El momento de salir a la calle para los canes implica un tiempo fundamental del día para socializar con otros perros. No consiste solo en que hagan sus necesidades y vuelvan a casa. “Es cuando reciben todo tipo de estimulación cognitiva y sensorial. Por ejemplo, al oler el pis de otro perro su cerebro procesa muchos datos, como que puede ser que le conozcan; que tengan una relación determinada con ese perro o que quieran saber más sobre él olfateando”, describe la etóloga Helena Bat.
Sin olvidar que los perros realizan ejercicio en sus horas de paseo, lo que favorece su salud. “No es necesario un paseo intenso en el que corran mucho para que su organismo tenga beneficios, salir a pasear tres veces al día durante 15 minutos puede ayudar, incluso a un perro mayor, a mantenerse en forma”, aconseja Bat.
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