_
_
_
_

De las sobras de casa al veganismo, ¿alimentamos bien a nuestras mascotas?

Los veterinarios advierten sobre la necesidad de adecuar la dieta de perros y gatos sus características y grado de actividad y recuerdan la naturaleza carnívora de estos animales

comida perro
Un perro come de su plato.CAROL YEPES (Getty)

A mediados de 2022, el proveedor de investigaciones de mercado Euromonitor International señalaba las grandes tendencias en el cuidado de las mascotas. La principal se refería a la humanización, puesto que, según sus datos a nivel mundial, el 71% de los dueños consideran a sus mascotas como miembros de la familia. En segundo lugar, señalaba una tendencia a la ‘premiumización’ derivada del punto anterior, así como la búsqueda del bienestar de las mascotas a través de la alimentación. Por último, añadía el valor añadido de la sostenibilidad y la apuesta imparable por la digitalización. Si agitamos todos estos elementos, se obtiene el caldo de cultivo perfecto del que nace el aumento de la preocupación por lo que comen nuestras mascotas.

“Si pensamos en las generaciones de nuestros abuelos, los perros y gatos eran alimentados con los restos de comida casera, ya que la mayoría de ellos ocupaban un lugar diferente en las casas. Actualmente, se han convertido en un miembro más de la familia”, apunta Judit Giménez, veterinaria y tutora de la Escuela de Postgrado de Veterinaria. Una encuesta realizada en 2020 por la editorial BioMed Central a casi 1.000 dueños de perros y gatos señalaba una correlación directa entre los criterios de nutrición humana y los comportamientos de compra de alimentos para mascotas, es decir, aquellos dueños que se preocupaban de su propia alimentación eran más propensos a hacer lo mismo con la de sus animales. Y hay más, un estudio de 2019 asegura que hasta un 35% de los dueños está interesado en pasar a sus mascotas al veganismo y un 27% ya lo hace. Así que cabe preguntarse ¿cuál es la mejor dieta para nuestras mascotas?

Nutrientes, edad, tamaño y actividad

“El aspecto más importante a tener en cuenta cuando elegimos un alimento comercial es su contenido en nutrientes y la composición y calidad de los ingredientes”, explica Manuel Lázaro Rubio, veterinario y portavoz del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid (COLVEMA) que añade que los nutrientes son fundamentalmente cuatro. Por una parte, proteínas, de origen animal o vegetal. “Las fuentes proteicas animales se diferencian entre ‘carne’ (músculos),’subproductos’ (vísceras, piel, huesos) o ‘harinas’ (triturado o molido de los ingredientes). Las especies más utilizadas son vacuno, cordero, cerdo o pollo”, comenta Lázaro. El segundo nutriente fundamental son los hidratos de carbono. “En este caso el origen es vegetal, destacando el maíz, arroz, trigo, cebada y avena”, asegura el experto. Estos cereales, en general, se someten a grandes temperaturas (aproximadamente 150 grados) en un proceso llamado extrusión para hacerlos más digestibles. El tercer nutriente son los lípidos, que pueden ser de origen animal o vegetal, y por último están las vitaminas y minerales que en muchas ocasiones se añaden para garantizar el equilibrio nutricional del producto.

“Además, el alimento debe ser completo y equilibrado para las distintas fases de la vida del animal”, continúa el veterinario. No es solo que las necesidades nutricionales de un cachorro no sean las mismas que las de un ejemplar adulto, también son diferentes en función del tamaño del animal. “Los cachorros de razas pequeñas son mucho más activos y finalizan su crecimiento en pocos meses, por lo que su alimento será más rico en nutrientes, energía, vitaminas y minerales. Por el contrario, en el caso de las razas grandes y gigantes se ha visto que una dieta con proteína, energía y minerales controlados es la más idónea para su desarrollo y así prevenir enfermedades”, ejemplifica. Una distinción por tamaño que se han apresurado en recoger la mayoría de las marcas de alimentación, con líneas específicas para razas pequeñas y grandes.

También hay que tener en cuenta la actividad que realiza el animal, no es lo mismo una mascota doméstica que, por ejemplo, un perro de trabajo. “En términos generales, y al igual que nos sucede a las personas, es mucho más frecuente la sobrealimentación que las carencias debido a que nuestros perros realizan poco ejercicio”, señala Lázaro.

Y ¿qué sucede con la carne? “Los perros son animales carnívoros facultativos, es decir, que su alimentación debe basarse en productos de origen animal, aunque es capaz de vivir con alimentos de origen vegetal”, apunta Judit Giménez, veterinaria y tutora de la Escuela de Postgrado de Veterinaria. En el caso de los gatos es tajante: “Son carnívoros estrictos, es decir, no pueden sobrevivir sin alimentos de origen animal y tienen, además, un requerimiento proteico mucho mayor que la mayoría de los mamíferos. En ellos, se hace imprescindible el aporte de alimentos de origen animal para asegurar una dieta completa y equilibrada”.

Ventajas e inconvenientes de los distintos tipos de dieta

Lo primero es dejar clara la premisa fundamental: no hay una dieta que sea mejor para todas las mascotas. “Los diferentes tipos de alimentación tienen sus ventajas y también inconvenientes y deben ajustarse a cada animal y a cada familia. Una dieta basada en comida seca (pienso) puede ser tan deficitaria como una dieta natural cocinada en casa, por lo que se hace imprescindible consultar siempre con un profesional veterinario que asesore en cada caso”, resume Giménez. Es decir, se elija la dieta que se elija, es vital asegurarse de que esté balanceada según las necesidades de la mascota en cuestión.

Aunque la tendencia es que, al igual que sucede con la alimentación humana, se perciba que lo natural es de una mayor calidad, por lo que puede apreciarse un auge de los productos naturales y la llamada dieta BARF (Bones And Raw Food, en sus siglas en inglés; Huesos y alimentos crudos, en español). Sin embargo, Manuel Lázaro avisa: “En este momento no existe evidencia que las dietas más naturales sean más saludables o resulten en una vida más larga de los perros”.

Uno de los principales argumentos de sus defensores es atender a la naturaleza de los animales. “Los perros y los gatos son carnívoros por naturaleza. Si vivieran en libertad, tendrían que cazar como hacen otros carnívoros en la naturaleza”, explica Guillem Rosaleny, co-fundador de Wild Balance, una marca de alimentación natural para mascotas. “El sistema digestivo de los carnívoros está diseñado para digerir carne cruda”, añade. Según afirma, sus menús están compuestos por un 80% de carne fresca y un 20% de frutas y verduras, en el caso de los perros, y para gatos los menús contienen un 95% de carne y un 5% de frutas y verduras.

Rosaleny relata cómo realizan sus hamburguesas de 50 gramos: “A primera hora de la mañana recibimos las materias primas y empezamos a preparar los ingredientes en las proporciones que marca la receta que se elabora ese mismo día. Una vez están listos, se trituran y se mezclan bien”. El proceso de elaboración y su conservación al ser carne cruda es uno de los elementos más controvertidos. “Los productos cárnicos crudos de las dietas BARF no se tratan con calor, por lo que supone un claro riesgo microbiológico. Una reciente investigación señala que muchos productos alimenticios crudos para perros contienen altos niveles de bacterias (Escherichia, Clostridium, Salmonella y Campylobacter), lo que supone un riesgo potencial para la salud, tanto de los animales como de las personas”, comenta Lázaro.

Al preguntar a Rosaleny sobre la seguridad, su respuesta es tajante. “Seguimos rigurosamente la normativa que exige el ministerio para asegurar la inocuidad de nuestros procesos y estamos sometidos a visitas regulares que avalan la seguridad de nuestro obrador”, y añade: “Ultracongelamos las hamburguesas a menos 40 grados antes de ser embolsadas y después pasan alrededor de cuatro semanas en nuestras cámaras de congelación a menos 20 grados antes de enviarlas a nuestros clientes”.

Sobre las dietas libres de cereales falta, como con casi todo, estudios científicos al respecto. El razonamiento de sus defensores es que las mascotas no han evolucionado consumiéndolos, ya que no tenían acceso a ellos en la naturaleza. “Sin embargo, la mayoría de dietas sin cereales incluyen almidón, normalmente de tubérculos o leguminosas, que tampoco es un alimento común para lobos o animales salvajes”, apunta Lázaro, que ve en este tipo de dietas, incluyendo también la vegetariana o vegana, “el colmo de la humanización mal entendida”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_