¿Estamos listos para la vida normal? Así evoluciona la nueva curva de actividad y contagios
Este es el desarrollo diario de los desplazamientos de la población y el virus en España, todas las comunidades y 17 países
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El confinamiento ha servido para controlar el coronavirus, pero la siguiente batalla será más compleja: queremos salir de casa y recuperar la normalidad sin que el virus rebrote. Ese malabarismo puede que conlleve meses de ensayo y error, donde las restricciones se activen y desactiven en función del ritmo de contagios.
El gráfico a continuación seguirá ese proceso en España. El área muestra el nivel de actividad en cada región (cuánto nos movemos) y las líneas representan el ritmo de los contagios.
🚶♀️– Actividad (objetivo: 100%). Para medirla usamos cifras de movilidad diaria. Es un indicador de la vida normal. Tomamos la información de tres fuentes: localización de Google, viajes en Apple Maps y desplazamientos de teléfonos móviles recogidos en un estudio del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana. En el gráfico combinamos las tres métricas —a partir de millones de datos— para generar un indicador compuesto.
🦠– Ritmo del virus (objetivo: R<1). Para seguir el ritmo de la epidemia usamos el número reproductivo, que llamamos R. Es una estimación del número de personas al que contagia cada infectado. En ausencia de medidas esa cifra ronda el 3 y el virus crece exponencialmente, como pasó hasta mediados de marzo. Para evitarlo el R debe ser inferior a uno. También medimos el ritmo de la epidemia con la incidencia de contagios por millón de habitantes durante la última semana.
🚦– Color (objetivo: verde). El color de la línea de contagios en cada país o región dependerá del nivel de actividad y del ritmo del virus. Es rojo cuando la actividad es baja (menos de 70%) y el virus crece (R superior a 1,1 e incidencia superior a 5), verde cuando se recupera actividad (más de 70%) y el virus no crece (R inferior a 1,1) y naranja en cualquier otro caso.
Este seguimiento podemos replicarlo por países y comunidades autónomas. En todas partes van a seguirse estrategias de confinamiento adaptativo. Lo que se propone es vigilar los contagios y las llegadas a la UCI para modular nuestras intervenciones: si el ritmo del virus sobrepasa cierto umbral, deberemos endurecer el confinamiento. Es la estrategia del “suprimir y levantar”, como la define Gabriel Leung, asesor del gobierno de Hong Kong. En ese país, al igual que en Singapur, esta vía está dando como resultado una serie de ciclos que puede durar meses.
Actividad y contagio por comunidad
Las decisiones de desescalada van a tomarse según indicadores a este nivel administrativo e incluso más abajo. Ahora mismo todas las comunidades arrancan en naranja: tienen brotes más o menos controlados -y es lógico porque llevan semanas confinadas. En los próximos días algunas pasarán a verde si mantienen el virus suprimido aunque recuperen su actividad. Otras podrían teñirse de rojo si al rebajar el aislamiento se produce un rebrote.
Hay que entender estos indicadores como aproximados. Por ejemplo, Baleares y Canarias siguen en naranja aunque tienen pocos contagios y un número reproductivo inferior a uno, pero ambas regiones siguen confinadas: para pasar a verde hay que recuperar la movilidad.
Actividad y contagio por provincia
Gracias a los datos del proyecto escovid19data, también podemos conocer el impacto del virus por provincias (por el momento, no hay datos disponibles para Galicia). Es importante seguir la evolución a este nivel porque es la unidad que se está utilizando en la mayoría del territorio para permitir los cambios de fase. Esta información nos permite, además, dibujar este mapa de riesgo de rebrotes en cada territorio.
Actividad y contagio por país
Los datos de movilidad de Google y Apple nos permiten analizar el confinamiento en diferentes países. Es muy útil para comparar el resultado de la lucha contra el virus en cada lugar.
Hay países como Brasil o México donde el confinamiento es solo parcial y el virus sigue creciendo. En otros las medidas de aislamiento son recientes y el virus está en desaceleración. Y luego están los países referencia, como Alemania, Noruega o Corea del Sur, donde a pesar de algún rebrote puntual están siendo capaces de controlar el virus sin que sus sociedades se detengan por completo. Marcan el camino a seguir, al menos de momento, y se especula sobre qué les ha funcionado: testar pronto, testar mucho y rastrear.
Metodología y fuentes
Metodología. Para medir el funcionamiento de la sociedad usamos tres fuentes de datos de movilidad agregados y anonimizados: Google, Apple y un estudio del Ministerio de Fomento.
La información del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana procede de datos cedidos gratuitamente por la operadora Orange y analizados por Nommon, empresa tecnológica española especializada en el análisis de datos geolocalizados de teléfonos móviles para el estudio del transporte. A partir de esa información, calculamos la variación de los kilómetros recorridos por persona en cada comunidad, tomando como referencia la semana del 24 de febrero al 1 de marzo.
Los datos de Google se publican en su informe de movilidad. Detallan los movimientos de personas que van hacia distintos lugares (supermercados, trabajo, estaciones, parques, etc.) y para España y las comunidades están actualizados hasta hace doce días. Es la misma información que el buscador usa para medir las horas punta en los sitios.
Apple está publicando cada día la variación en los viajes a pie y en coche de los usuarios de Apple Maps.
Para calcular nuestro indicador, hemos usado los datos del Ministerio y de Google para España y las comunidades autónomas (Apple no da detalle regional). Para los países, usamos Apple y Google, haciendo una media ponderada donde Google tiene mayor peso: sus datos incluyen los desplazamientos de los usuarios que usen móviles Android, mientras que los de Apple solo a quienes utilicen la aplicación de Maps.
Número reproductivo (R). Para calcular el número reproductivo del virus en cada momento utilizamos el paquete EpiEstim de R. Para cada país o región y día consideramos el incremento diario absoluto de casos y muertes en cada lugar de los últimos siete días. Suponemos un tiempo entre contagios medio de 4,7 días con una desviación típica de 2,9 de forma similar a la de este trabajo de la London School of Hygiene & Tropical Medicine.
Incidencia acumulada. Medimos el número de casos positivos en las últimas dos semanas, por cada 100.000 habitantes de la región. Nuestro total de positivos incluye casos confirmados por PCR y por test de anticuerpos.