El mapa de las denominaciones de origen de Cataluña, producto a producto
Vinos, aceites, legumbres, frutas y quesos... Hasta 23 productos catalanes tienen el certificado de calidad excepcional. EL PAÍS te cuenta cuáles son y dónde se producen
12 de los 23 productos con denominación de origen en Cataluña son vinos. La región cuenta con 611 bodegas. En 2019, con una producción de 47 millones de botellas, se facturaron más de 300 millones de euros.
La Denominación de Origen Protegida más antigua de Cataluña es la de los Aceites Siurana, de 1979. Las cinco denominaciones de aceite catalanas agrupan 74 empresas, y su facturación superó en 2020 los 45 millones de euros.
La mitad de las peras que se consumen en España son de Lleida. Sus tres variedades son limonera, conference y blanquilla. La avellana de Reus tiene 600 años de historia y su producción supera las 9.000 toneladas.
Los quesos y las mantequillas catalanes se concentran en el Alt Urgell, en los Pirineos. Su historia se remonta a 1905, aunque no recibieron el certificado de calidad hasta principios del siglo XXI.
Las dos únicas denominaciones de legumbres en España se encuentran en Cataluña y son los fesols (alubias) de Santa Pau y la mongeta (judía) del Ganxet. Se cultivan entre las provincias de Barcelona y Girona.
España tiene 199 zonas con el certificado de Denominación de Origen Protegida (DOP), de las cuales 23 (11,5%) se encuentran en Cataluña. Los alimentos con esta etiqueta se caracterizan por tener arraigo y tradición a una zona específica, donde se producen, con unas características concretas y ancestrales que los hacen especialmente genuinos. Además de cultivarse en paisajes únicos y tener una calidad sobresaliente, también suponen un gran impacto en la economía y la vida de las comunidades donde se localizan.
Las DOP de Cataluña facturaron 59.127.136 millones de euros en 2020. Estas cifras no incluyen las relativas al vino, cuyos últimos datos disponibles son de 2019 y facturaron 314.885.136 millones de euros. Sin embargo, más allá de los números, el otro gran impacto que tienen estos productos es social. Carmel Mòdol, director de Alimentación, Calidad e Industria Agroalimentaria de Cataluña, explica que las DOP también ayudan a dinamizar la economía en el medio rural. “Se genera una estructura que facilita que los productores hablen entre ellos y tengan intereses comunes”, asegura Mòdol. Y añade: “Así se garantiza la continuidad de la actividad agrícola y la vida en esos pueblos”. En 2020, las denominaciones catalanas involucraron a 14.650 trabajadores (entre los que no se incluyen a los trabajadores temporeros del sector del vino), 8.500 viticultores, 94 empresas y 611 bodegas.
La apertura a los mercados internacionales hace que haya un interés creciente entre los jóvenes para integrarse en el sistema productivo, según Mòdol, por ejemplo, con la inversión en nuevas disciplinas para elevar las ventas, como el marketing digital. “A la producción clásica, se le incorpora toda una gestión complementaria que ayuda a que los jóvenes encuentren más atractiva esa actividad”. Según el director, la pandemia ha puesto la alimentación en “primera línea de la percepción ciudadana”, al tiempo que ha incentivado el retorno de la población de la ciudad al campo. “Las oportunidades estaban en las ciudades, pero ahora están en los pueblos”, concluye.
11 vinos
y cava
LLEIDA
Empordá
GIRONA
Pla de Bages
Costers del Segre
Alella
Conca de Barberá
BARCELONA
Penedés
Priorat
Tarragona
Montsant
Terra Alta
Cataluña
TARRAGONA
Cava
11 vinos
y cava
LLEIDA
Empordá
GIRONA
Pla de Bages
Costers del Segre
Alella
Conca de Barberá
Penedés
BARCELONA
Priorat
Tarragona
Montsant
Terra Alta
D.O. Cataluña
Cava
TARRAGONA
25km
Es de largo la categoría con más denominaciones en la comunidad autónoma (11 vinos y un cava), a la que solo le sigue el aceite de oliva virgen, con cinco. En 2020, en Cataluña había 56.584 hectáreas dedicadas a la viña. Hablar de vino es hablar de todo el territorio: las cuatro provincias cuentan con zonas certificadas. La denominación vinícola más antigua es la de los vinos de la Terra Alta, de 1982, en Tarragona. Esta provincia concentra el 48,3% de las hectáreas dedicadas a la producción vitivinícola. Por otra parte, algunas marcas, como la de Montsant, declarada DOP oficialmente en 2001, ya estaban presentes en el Estatuto del Vino, que data de 1932. Se pueden encontrar todo tipo de variedades: tintos, blancos, espumosos, rosados y de aguja o licor. Algunos se usan para elaborar vermuts y vinagres.
5 aceites
L'Empordà
GIRONA
LLEIDA
BARCELONA
Les Garrigues
Siurana
Terra Alta
TARRAGONA
Baix Ebre-Montsiá
25km
5 aceites
L'Empordà
GIRONA
LLEIDA
BARCELONA
Les Garrigues
Siurana
Terra Alta
Baix Ebre-Montsiá
TARRAGONA
25km
La denominación de origen más antigua de Cataluña es la de los aceites Siurana, otorgada en 1979, hace 42 años. Sin embargo, la puesta en valor de este producto se remonta a la antigüedad clásica, cuando ya estaba presente entre los alimentos de fenicios, griegos, romanos y otras culturas del sur de Europa. En la actualidad, la casi totalidad de la provincia de Tarragona, el sur de Lleida y el extremo noreste de Girona, junto a los Pirineos, son las zonas donde se localiza la producción de calidad catalana. Este alimento, que se puede utilizar tanto para cocinar como para consumir crudo, es una de las bases de la dieta mediterránea.
La pera
de Lleida
GIRONA
LLEIDA
BARCELONA
TARRAGONA
La avellana
de Reus
25km
La pera
de Lleida
GIRONA
LLEIDA
BARCELONA
TARRAGONA
La avellana
de Reus
25km
La pera de Lleida y la avellana de Reus se concentran en la zona meridional de la comunidad. Las peras son de tres variedades, limonera, conference y blanquilla, y una de cada dos que se consumen en España salen de las comarcas tarraconenses. Recibió su calificación de DOP en 2011. En cuanto a las avellanas, hay en total 9.007 hectáreas dedicadas a su cultivo en las comarcas con la denominación, y la producción alcanzó en 2020 las 9.460 toneladas. El cultivo de la avellana se remonta a más de 600 años en Cataluña, pero en las zonas con denominación empezó a coger impulso especialmente en el siglo XIX, hasta que en el XX se consolidó su producción y marca de calidad, recibiendo la certificación oficial en el año 1997.
Fesols de
Santa Pau
GIRONA
BARCELONA
LLEIDA
TARRAGONA
Mongeta
del Ganxet
25km
Fesols de
Santa Pau
GIRONA
BARCELONA
LLEIDA
TARRAGONA
Mongeta
del Ganxet
25km
Las únicas dos denominaciones de origen de legumbres en España, la mongeta del Ganxet y los fesols de Santa Pau, están en Cataluña, y poseen la certificación de calidad desde 2011 y 2015 respectivamente. La mongeta es una judía aplanada, brillante y extremadamente arriñonada, mientras que los fesols son los frijoles. La del Ganxet se produce en las comarcas del Vallés Occidental y Oriental, en Barcelona y Girona, mientras que los de Santa Pau son exclusivos de la comarca de la Garrotxa, también en la provincia gerundense. Gazpachos, guisos y salteados son algunas de las recetas que se cocinan con estos exclusivos alimentos.
Queso de
L’Alt Urgell
GIRONA
LLEIDA
BARCELONA
TARRAGONA
Mantequilla
de L’Alt
Urgell
25km
Queso de
L’Alt Urgell
GIRONA
LLEIDA
BARCELONA
TARRAGONA
Mantequilla
de L’Alt
Urgell
25km
La historia del queso y la mantequilla de L’Alt Urgell y La Cerdanya llevan unidas desde 1905, cuando se fundó la cooperativa Cadí. Lo que en los albores fue una unión de pequeños productores de quesos y mantequillas evolucionó hasta convertirse en una de las principales factorías de estos alimentos. Su crecimiento despuntó entre 1940 y 1960, cuando empezó a abastecer con queso y mantequilla a la mayor parte de Cataluña. Poco a poco la artesanía fue dando paso a la técnica, y convirtió al Cadí en una gran industria de productos de calidad, como reconocen sus dos certificados, al queso, en 2000, y a la mantequilla, en 2003.
Marcas de calidad: DOP, IGP, IG y ETG
Existen cuatro certificados de calidad que se otorgan a productos agroalimentarios reglados por la Unión Europea: las Denominaciones Origen Protegidas (DOP), las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP), las Indicaciones Geográficas (IG) y las Especialidad Tradicional Garantizada (ETG). Estas marcas de calidad son las que distinguen la genuinidad de un producto como excepcional.
—DOP: Es la calificación más alta, y se otorga a los productos que más arraigo tienen con el lugar donde se producen. Se le otorga a los productos que tienen su desarrollo productivo enclavado en una zona concreta. Es decir, para que un vino o un aceite consiga esta etiqueta, la obtención de las uvas y las aceitunas, así como su procesado deben ocurrir en un mismo lugar.
—IGP: Esta segunda denominación se da a los productos que tienen un arraigo especial con alguna zona geográfica concreta, pero que, sin embargo, solo lo marca una parte concreta del proceso productivo. Un ejemplo sería el Westfälischer Knochenschinken, un jamón de la región alemana de Westfalia, el cual, a pesar de seguir técnicas ancestrales en su elaboración, recibe la carne para elaborarlo desde otras regiones de Alemania y no de una zona concreta en exclusiva.
—IG: Esta denominación es únicamente para las bebidas espirituosas y vinos aromatizados. Protege sus nombres les reconoce el arraigo con una zona geográfica concreta. Para su obtención solo es necesario el arraigo en la elaboración, la obtención de la materia prima puede ser de otras regiones en su totalidad.
—ETG: Reconoce el aspecto tradicional de un producto, sin que tenga necesariamente relación con una zona geográfica concreta. Proyege los productos contra las falsificaciones y su uso indebido.
La Comisión Europea también reconoce otras categorías más pequeñas como los Productos de Montaña, para productos elaborados en zonas de alta montaña; y los Productos de las Regiones Ultraperiféricas de la UE, para aquellos que se producen en territorios de ultramar, como las islas portuguesas de las Azores en el Atlántico o la francesa de Reunión, en el Índico.