Ayuso no solo privatiza la sanidad: los conciertos en la educación se llevan el 20% del presupuesto del sector, el doble que hace dos décadas

Que la sanidad madrileña está cada vez más privatizada ya no toma a nadie por sopresa. Este diario revelaba que entre 2019 y 2024 la Comunidad de Madrid ha desembolsado 2.354 millones de euros por encima de lo presupuestado para empresas sanitarias privadas, como Quirón y Ribera, que gestionan cinco centros hospitalarios de la región y que han facturado 6.663 millones en total ese período. Los conciertos sanitarios se llevarán en 2024, previsiblemente, 1.195,1 millones de euros, que es un 3% más que el año anterior, pero mirando hacia atrás, la tendencia demuestra que entre lo que se presupuesta y lo que se termina pagando hay una gran diferencia, como ocurrió en 2022, cuando la cuenta previa de 974 millones de euros terminó siendo de 1.939 millones, casi el doble.

Pero la sanidad no es el único sector en el que las privatizaciones ganan terreno con cada año que pasa. La Consejería de Educación, Ciencias y Universidades contará con 6.964,8 millones de euros en sus presupuestos de 2026, un 3,9% más que el año anterior, de los que 1.353,8 millones serán gestionados por manos privadas. La situación ha ido empeorando con los años: los conciertos ya representan el 20% del total previsto cuando hace dos décadas se llevaban tan solo el 9%, asegura el sindicato Comisiones Obreras.

El sindicato ha presentado este jueves su análisis del proyecto de Presupuestos de la Comunidad de Madrid para 2026 y las conclusiones al respecto son poco esperanzadoras. El sindicato dice que ha podido constatar “un proceso de privatización progresivo de la educación pública”, sobre todo a través de los conciertos. De hecho, el apartado de Educación Concertada, Becas y Ayudas es el de mayor dotación dentro del presupuesto de la consejería, con 1.658,5 millones de euros, que es el 24% de toda su partida.

A pesar de que ese apartado incluye importantes prestaciones como son las becas y ayudas, el 83% del dinero va para los conciertos, según anota el sindicato en su estudio. Son 52 millones más que en 2024, y 34 por encima de los créditos que tiene actualmente Educación, a falta de que termine el año y se sepa el cálculo de lo gastado finalmente en 2025. Según CC OO, el incremento “parece concentrarse principalmente en la Educación Secundaria Obligatoria, la Educación Infantil y en la Educación Especial”.

La cifra de conciertos crece en casi todas las enseñanzas, según detalla el informe: 3.568 en Infantil (3.598 en 2025), 6.953 en la Primaria (6.901 en el año 2024), 4.955 en Secundaria (4.852 en el año 2025), 485 en Especial (472 en el año 2025), 901 en la Formación Profesional (900 en el año 2025) y 251 en Bachillerato (251 en el año 2025).

Todo ello mientras se reduce el alcance de las becas y ayudas. Son más de 84.000 beneficiarios menos en 2026 que en 2025, de los 291.463 a 206.787. A estas becas solo se destinarán 256,6 millones de euros el próximo año, sin contar que en el pasado las cifras de ejecución de dichas partidas han dejado mucho que desear: 64,4% en 2022, 88,0% en 2023 y 78,0% en 2024.

“El sistema de becas y ayudas se perfila como otra herramienta privatizadora del Gobierno regional, en lugar de ser un mecanismo de compensación de las desigualdades y de ayuda a la escolarización”, refiere el informe. CC OO argumenta que, mientras las becas de escolarización en centros privados para enseñanzas no obligatorias como Infantil y Formación Profesional benefician a familias con rentas altas, por encima de los 35.000 euros, las becas de comedor que se dan para que los alumnos puedan comer en centros públicos de Primaria cada vez son más restrictivas, al estar destinadas a familias con rentas de 8.400 euros anuales per cápita.

Cada año, el otorgamiento de las becas comedor se convierte en un dolor de cabeza para las familias, que en muchos casos comienzan el curso sin saber si sus hijos contarán con la prestación o no debido a la ineficiencia del proceso. Además, la Comunidad de Madrid mantiene el mismo presupuesto para estas becas de un año a otro, pero aumenta el número de beneficiarios, dificultado aún más el acceso. “Esta diferencia en los criterios de acceso sugiere que las becas están orientándose a subvencionar familias con mayor nivel de renta y hacia la financiación de centros privados, lo que contribuye a agravar la desigualdad educativa y social”, concluye el sindicato.