Aplazadas las declaraciones de las profesoras del Highlands investigadas por inacción ante los abusos a menores del padre Marcelino

Las dos docentes citadas a declarar este martes como imputadas en el caso del colegio Highlands El Encinar, en el que se investigan los supuestos abusos a menores del excapellán del centro, han conseguido retrasar su comparecencia ante la jueza para poder prepararla mejor. La semana pasada, su condición pasó de meros testigos a investigadas, por lo que solicitaron este aplazamiento y la magistrada lo ha concedido y ha traspasado esta cita a septiembre. Este cambio también afecta al exdirector del centro, Jesús María Delgado, a pesar de que él mantiene su condición de testigo.

La declaración de una de las niñas a principios de junio ante la jueza fue lo que propició el cambio de condición de las profesoras. En ella, la menor relató que sufrió tocamientos y que se lo contó a las maestras, pero estas “pasaban” de ella. Según ratificó la niña en una entrevista conducida por una psicóloga, “se lo decía a sus profesoras, pero no la creían”. La pequeña aseguró que se lo dijo a las profesoras todas las veces que le pasaba “desde febrero a mitad de marzo”. Además de a esta pequeña, se tomó declaración a otra denunciante en una cámara Gesell, una habitación especial para recoger el testimonio de víctimas vulnerables y que no tengan que repetirlo una y otra vez a lo largo de todo el proceso.

La investigación comenzó el pasado marzo, cuando la familia de una pequeña denunció que esta había sufrido agresiones sexuales por parte del capellán del colegio Marcelino de Andrés. A esta, han seguido al menos otras siete en los meses sucesivos. El cura es un Legionario de Cristo muy próximo al fundador de la orden, Marcial Maciel, que acabó sus días expulsado de la Iglesia católica por la multitud de casos de pederastia en los que se vio envuelto. De hecho, varios progenitores habían expresado a la dirección del colegio su desconfianza a que este sacerdote trabajara con niñas, ante lo que Delgado mostró su máxima confianza. Después de que estallara el escándalo, dimitió y asumió toda la responsabilidad por haberlo mantenido en el cargo.

Las menores manifestaron que el capellán las llevaba a “sitios secretos” del patio y han narrado escenas de tocamientos en las que el sacerdote les decía que guardaran el credo y las amenazaba. De Andrés, que ya había trabajado en campamentos infantiles y en otros centros educativos, siempre ha negado las acusaciones y achaca el caso a su cercanía con Maciel. Permanece desde marzo en libertad provisional con medidas como ir al juzgado periódicamente y ha sido apartado de cualquier trabajo y relación con niños.

La condición de investigadas aporta a las docentes mayores garantías procesales. Pueden, por ejemplo, acogerse a su derecho a no declarar y acudir a declarar acompañadas de representación letrada, además de conocer específicamente la causa y los motivos por los que se las investiga.