Historia y memoria: desmontando la manipulación de Ayuso sobre la Puerta del Sol
La derecha no tiene problema en hablar del pasado cuando se trata de exaltar el Dos de Mayo, condenar el terrorismo de ETA o destacar cualquier episodio que pueda utilizar políticamente

Si algo ha demostrado la derecha española en los últimos años es que el pasado les incomoda. No porque les interese la historia, sino porque la memoria les resulta un problema. Y como saben que no pueden negar los hechos, recurren a la estrategia de siempre: la equidistancia, la manipulación y el miedo al guerracivilismo. Su último episodio ha sido la campaña contra la declaración de la Puerta del Sol como Lugar de Memoria, un intento descarado de blanquear el franquismo y relativizar su brutalidad.
La Comunidad de Madrid, con Isabel Díaz Ayuso al frente, ha producido un vídeo, con expresidentes como Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes y Alberto Ruiz-Gallardón, en el que intentan justificar la negativa a colocar una placa en la sede del Gobierno regional, antiguo centro de detención y tortura del régimen franquista. ¿Sus argumentos? Apelaciones a la Transición, referencias a la violencia republicana durante la Guerra Civil y el intento de equiparar el franquismo con la Segunda República. Es decir, el viejo discurso de “todos fueron igual de malos” para evitar que la memoria histórica desenmascare el relato franquista.
La falacia de la equidistancia, “dos bandos igual de culpables”
El vídeo insiste en que la Real Casa de Correos también fue sede del Ministerio de Gobernación de la Segunda República, pero no dice que lo fue desde 1847, durante el reinado de Isabel II. Y que desde allí se coordinó la represión republicana durante la Guerra Civil. El mensaje es claro: hubo violencia en ambos bandos, por lo que no hay razón para recordar especialmente la represión franquista.
Pero la historia no funciona así. Como explicaba Pierre Vilar, “comprender el pasado significa aprender a leer un periódico”. Y quien quiera hacerlo con honestidad sabe que la Segunda República fue un régimen democrático legítimo derrocado por un golpe de Estado. No fueron “dos bandos” enfrentados en igualdad de condiciones, sino una democracia atacada por un ejército sublevado que luego impuso una dictadura de 40 años. Equiparar la violencia en un contexto de guerra con una represión sistemática y prolongada es una manipulación descarada.
El uso político de la Transición como excusa para el olvido
Uno de los argumentos estrella del vídeo es la constante apelación a la Transición como ejemplo de reconciliación. Según los expresidentes madrileños, recordar el pasado franquista de la Puerta del Sol es resucitar el guerracivilismo y olvidar el espíritu de concordia. La derecha lleva décadas usando la Transición como excusa para evitar cualquier revisión del franquismo, como si en 1978 se hubiera cerrado el tema para siempre.
Pero lo que no dicen es que la Transición dejó muchas cuentas pendientes. Como señalaba Josep Fontana, no hay historia inocente. Toda historia implica una interpretación, y cada interpretación refleja una visión del mundo y de la sociedad. La interpretación que la derecha impuso en la Transición fue la del olvido: decretó la impunidad de los crímenes franquistas y construyó un relato en el que “todos hicieron cosas malas”. Y en esa mentira sigue hoy.
“Las checas republicanas”: el comodín de la derecha
Otro de los grandes trucos del vídeo es usar las llamadas “checas republicanas” para justificar la negativa a colocar una placa en la Puerta del Sol. Se insiste en que el Ministerio de Gobernación del Frente Popular coordinó la represión en Madrid, inflando cifras y exagerando su alcance.
Pero como señala el historiador Fernando Jiménez Herrera, la idea de que la represión republicana fue centralizada desde la Puerta del Sol es directamente falsa. Los comités republicanos actuaban con autonomía, y la cifra de “355 checas” es una exageración basada en estudios franquistas y revisiones posteriores de círculos conservadores. Además, comparar la represión en plena guerra con una dictadura de cuatro décadas no tiene ninguna justificación académica.
Decía Lefebvre en Combates por la historia que la historia siempre es un terreno de disputa. La derecha no busca aclarar nada con este debate, solo quiere sembrar confusión. Si logran instalar la idea de que “todos fueron igual de malos”, nadie pedirá justicia para las víctimas del franquismo.
La memoria no es revancha, es justicia
El problema de fondo no es la historia, es la memoria. La derecha no tiene problema en hablar del pasado cuando se trata de exaltar el Dos de Mayo, condenar el terrorismo de ETA o destacar cualquier episodio que pueda utilizar políticamente. Pero cuando se trata de recordar la represión franquista, de repente todo es mirar al futuro y no reabrir heridas.
Como decía Raimundo Cuesta, la enseñanza de la historia no debe limitarse a los hechos, sino ayudarnos a comprender cómo estos afectan al presente. Y la realidad es que el franquismo dejó una herencia que todavía sigue vigente. No hubo justicia para las víctimas, no hubo condena oficial del régimen y, como vemos con Ayuso y compañía, todavía hay quienes se niegan a reconocer la brutalidad de la dictadura.
Historia o manipulación
Lo que la Comunidad de Madrid está haciendo con este vídeo es pura manipulación política. No quieren que la gente recuerde, quieren que olvide. No quieren una ciudadanía informada, quieren una sociedad que repita sin cuestionar. Por eso atacan tanto la memoria histórica. Por eso insisten en que “todos fueron igual de malos”. Por eso nos dicen que “lo mejor es pasar página”. Porque saben que, cuando la historia se recuerda con rigor y justicia, ellos quedan en evidencia.
La historia no es neutral, la memoria no es revanchismo y la equidistancia no es justicia. Aquí hubo un bando que torturó y otro que fue torturado. Y, aunque les pese, eso no se puede igualar.
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