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Los ciclistas de Abrantes regresan de Suiza con un plan de trabajo para recuperar su centro de salud

Cuatro vecinos del sur de Madrid denuncian ante la ONU la falta de médicos y pediatras en el ambulatorio de Abrantes

Los cuatro defensores de la sanidad pública que fueron en bicicleta a Suiza, junto a sus vecinos frente al Centro de Salud de Abrantes, este martes.
Los cuatro defensores de la sanidad pública que fueron en bicicleta a Suiza, junto a sus vecinos frente al Centro de Salud de Abrantes, este martes.Ana María Puentes
Ana Puentes

Han llegado buenas noticias desde Ginebra (Suiza) para el barrio madrileño de Abrantes, en el distrito de Carabanchel, donde, desde hace cuatro años, sus residentes exigen más médicos de familia y más pediatras para su centro de salud “caído” por la falta de personal sanitario. Los cuatro vecinos y defensores de la sanidad pública que salieron el pasado 26 de julio rumbo a Ginebra ―dos en bicicleta y dos en una furgoneta― y que completaron los más de 1.650 kilómetros de la llamada ruta a la ONU el 13 de agosto, han regresado este martes a la puerta del ambulatorio con un plan de trabajo con el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y con Misiones Permanentes de varios países miembros para buscar soluciones para Abrantes.

“Es un éxito que podamos llevar la situación del centro de salud de nuestro barrio a instancias de Naciones Unidas”, asegura Rian Gómez que, junto a Belén Moreno, condujo la furgoneta, apoyó la logística de la travesía y consiguió las citas para reunirse con el Alto Comisionado, con altos funcionarios de la Organización Mundial de la Salud, con Misiones Permanentes de Colombia y España, con el centro de investigaciones y de apoyo a movimientos sociales Cetim y con la plataforma de sindicatos de Ginebra. Las noticias son buenas, pero aún queda mucho trabajo por delante. Escalar los Pirineos en bicicleta ha sido lo menos difícil de esta batalla.

Los cuatro vecinos que viajaron a Ginebra fueron recibidos por varias decenas de personas en la puerta del ambulatorio con aplausos, cantos por la defensa de la sanidad pública y carteles con el mensaje Gracias. En el suelo, estaban sus bicicletas ―una gravel y una híbrida de turismo― con las que atravesaron España y Francia en 18 etapas ciclistas hasta llegar a Ginebra. Para Jorge Aranda, uno de los ciclistas de Carabanchel, uno de los grandes obstáculos ha sido el calor. En las primeras etapas, el dúo pedaleó bajo un sol abrasador que dejaba temperaturas de más de 35 grados.

“España, además, no está preparada para los viajes largos en bicicleta. Cuando superamos los Pirineos, pese a estar muy cansados, notamos más inversión en infraestructuras y seguimos más tranquilos”, afirma Aranda. Alberto Astudillo, que no solo fue ciclista, sino también mecánico y director de carrera, añade que el apoyo de la gente el camino fue vital. “Era encender el móvil y ver todos los mensajes lo que nos animaba a llegar a Ginebra”, comenta Astudillo.

Desde la cuenta de Instagram Ruta a la ONU, el equipo subía un reporte por etapa y, también, los mensajes de ánimo que mandaban sus vecinos desde Carabanchel. Los vídeos son el registro de una travesía que tuvo todo tipo de momentos. “Hemos subido al puerto de Somosierra como unos leones. Lo hemos subido tan bien que lo subimos dos veces porque nos perdimos”, comentaba Astudillo entre carcajadas en el vídeo de la etapa 2.

En la etapa 6, la subida a los Pirineos, reconocieron que la hazaña tenía su trampa. “Hemos de admitir que lo subimos por el lado fácil, porque si lo hubiéramos subido por el lado de Francia probablemente no hubiera ruta a Ginebra”, reía Astudillo. En la etapa 13, Aranda ya ni recordaba en qué jornada iban y en la 18 celebraban que iban “como un cohete” a 18 kilómetros por hora. Aunque las piernas flaqueaban, el equipo llegó a Suiza el 13 de agosto en la tarde, un día antes de lo previsto.

Luego, durante tres días, el equipo sostuvo reuniones con el Alto Comisionado y con directivos de la OMS como Ruediger Krech, director de Promoción de la Salud; Khassoum Dialo, Gerente de Programa, Monitoreo y Análisis de la salud y Pascal Zurn, Jefe de la Unidad de Mercadeo Laboral.

“Les hemos trasladado la situación de la sanidad en la comunidad y en especial en el centro de salud de Abrantes. Desde ese momento se abre un periodo de trabajo conjunto”, ha explicado Rian Gómez y ha agregado que hubo reuniones con varias misiones permanentes “con la intención de iniciar un Examen Periódico Universal (EPU) por la vulneración del pacto de derechos sociales, económicos y culturales”. Los EPU se presentan por ciclos: el último examen de España fue en 2020 y el próximo será entre abril y mayo de 2025. Para que Abrantes presente su caso en el gran informe nacional, la mesa de trabajo debe preparar un documento.

Mientras avanza el camino abierto en Europa, los vecinos de Abrantes seguirán trabajando desde el barrio. Aranda ha anunciado que las manifestaciones que se realizan cada jueves frente al ambulatorio se retomarán el próximo 12 de septiembre. En los últimos cuatro años, ya han convocado más de 140 protestas. También han hecho jornadas de recogida de reclamaciones ―en las que han reunido y presentado más de 4.000 quejas ante la Consejería de Sanidad― y se han encerrado en la oficina de la gerente de Atención Primaria y en el propio ambulatorio. En 2022, se quejaron ante el Defensor del Pueblo y, consiguieron que solicitara a la consejería que tomara medidas para reforzar la atención sanitaria en ese centro. En enero, integrantes de la Asamblea Popular de Carabanchel denunciaron a la consejería por una presunta violación del derecho a la salud. Como nada funcionó, se echaron a rodar por Europa.

Aranda define Abrantes como “la zona cero del desmantelamiento de la sanidad pública en la Comunidad de Madrid”. De 17 médicos de familia que debería haber en plantilla, solo hay 11, de acuerdo con los datos de la propia Consejería de Sanidad. Y de los cuatro pediatras asignados, solo hay dos. Por la falta de personal, conseguir una cita en Abrantes es una auténtica odisea. Los vecinos deben esperar hasta dos meses para que les vea su médico de cabecera e, incluso, este martes, la app Tarjeta Sanitaria Virtual les decía a los pacientes de Abrantes que no había ninguna cita disponible.

La Comunidad de Madrid ha asegurado que “hace todo lo posible” por mejorar el centro de salud. Rocío Albert, consejera de Economía, ha llegado a asegurar este martes que la situación en Abrantes “está solucionada” por las alternativas que se da a los pacientes para ser atendidos por otros profesionales en ese mismo ambulatorio o en otros. “Es una cuestión que llevamos trabajando tiempo y que no se resuelve de hoy para mañana”, ha agregado Albert.

De momento, el Gobierno regional ha publicado los pliegos para la construcción de 16 nuevos centros de salud, entre ellos, el de Abrantes. En este, concretamente, se invertirán más de siete millones de euros en una obra que tardará dos años. El ambulatorio, de dos niveles, contará con 12 consultas de medicina de familia, 10 de enfermería, dos de pediatría, uno de enfermería pediátrica, uno de pediatría y dos de odontología. Además, habrá dos salas polivalentes, una sala de lactancia, dos salas de técnicas y curas, una consulta de urgencias, una sala de ecografía y de intervenciones menores, entre otras áreas. Aunque los vecinos celebran que finalmente llegue la nueva infraestructura, prometida desde el Gobierno de Esperanza Aguirre (2003-2012), recuerdan que esta debe llegar con suficientes médicos y pediatras.

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