La directora del único centro cultural para la infancia en Madrid, tras su dimisión: “Al Ayuntamiento no le interesan los niños”
Beatriz de Torres dejó el cargo tras seis años debido a la “inacción y la dejación de funciones” del consistorio, que no dota ni de gerencia, ni de personal fijo, ni de presupuesto suficiente a esta institución de referencia para menores
Era la hippie, la happy flower, la díscola. Así la llamaban en Cultura del Ayuntamiento de Madrid, donde resistía como una rara avis de tiempos de Manuela Carmena hasta que hace dos semanas dijo basta. El 17 de julio, Beatriz de Torres anunció en sus redes su renuncia después de seis años al frente del único centro cultural municipal dedicado a los niños y adolescentes, Espacio Abierto Quinta de Los Molinos. Entrevistada por este diario, la gestora cultural, que fue durante 14 años jefa de prensa y de gabinete de Alicia Moreno Espert como consejera y delegada de las Artes, explica que se marcha porque se niega a respaldar la agonía y muerte del proyecto debido a la “inacción de Madrid Destino”, la empresa municipal de gestión y promoción turística de la que depende y que, pese a sus demandas, no lo dota “ni de una gerencia, ni de personal fijo, ni de presupuesto suficiente”. De Torres opina que, en contra de lo que dicen el alcalde y su equipo, al consistorio, al que acusa de dejación de funciones, “no le interesan los niños”. Un portavoz municipal asegura que el centro “tendrá continuidad” y que se busca el sustituto adecuado.
Espacio Abierto es “un referente público único en España y en Europa porque tiene una programación del máximo nivel, cultura para el público infantil y juvenil con mayúsculas”, describe la exdirectora con orgullo. A Carmena su salida le dolió como si le “amputaran un brazo”, ya que fue idea suya dedicar a los niños un palacete que en 2016 estaba reformado y sin uso. Trató de convencerla para que siguiera, pero la decisión estaba tomada.
Y lo estaba porque, según defiende De Torres a muerte, un proyecto así no puede vivir en la provisionalidad. “Me dieron el privilegio de pensarlo casi dos años, que fue la clave de su éxito. Nació en 2018 con temporalidad porque no se sabía si iba a tener éxito, al año hubo elecciones, cambió el signo político y no ha habido voluntad de darle estabilidad. No me voy porque esté cansada, llevo mucho batallando en 500 frentes, soy peleona y tengo cuerda para mucho más. Me voy por las últimas decisiones o, mejor dicho, por la falta de ellas”, cuenta la gestora cultural.
Para empezar, la sede pertenece a Políticas Sociales, Familia e Igualdad, que lo cedió a Madrid Destino por dos años que han ido prorrogándose, lo que condiciona todo su funcionamiento. “No podemos hacer una licitación para los anfitriones ―los trabajadores que reciben a los visitantes― ni para nada de más de dos años. Al final todo es Ayuntamiento, debería cederse por 20 años”, demanda De Torres.
Para seguir, la parte cultural depende de Madrid Destino y la gastronómica ―una escuela de hostelería para jóvenes en riesgo de exclusión gestionada por una ONG― de Políticas Sociales, que “la ha hecho suya y presume de ella”. Sin embargo, “Cultura no está ni se la espera”. Según la exdirectora, con el anterior equipo tenía mucho trato, pero no se ha reunido “ni una sola vez” con la nueva delegada, Marta María Rivera de la Cruz, en el año que lleva. “Hay un desinterés palmario y absoluto por el público infantil, la delegada solo ha venido a la inauguración de la temporada”.
Luego, está la plantilla. De Torres entiende que en un primer momento se hicieran contratos por obra de tres años pero, una vez probado el exitazo del centro ―las entradas para toda una temporada, de precio simbólico, se agotan a los cinco minutos de sacarlas― considera que esto cambiar, ya que perdió en 2021 a dos excelentes coordinadores técnicos que estaban “hiperimplicados” y eran “superprofesionales” y ahora, a los dos que los sustituyeron e igualmente esenciales. Este ha sido el detonante de su renuncia: “Llevo todos estos años en una constante pelea por mantener a los profesionales y porque no tenemos gerencia. Quedamos en que íbamos a arrancar y, si funcionaba, hacíamos una estructura fija, pero nunca llega”.
A estos problemas se suma el del presupuesto, “muy limitadito”. “Empezamos con 800.000 euros, el equipo de Carmena lo redujo a 776.000 y, ya con el PP, a 554.000. Hemos recuperado parte y hoy es de 620.000, un 23% menos”, echa cuentas. Cansada de promesas que no se cumplían, amagó con irse en marzo del año pasado, a dos meses de las municipales, cuando vencía su contrato como autónoma. “Me pidieron que no me fuera y restituyeron 80.000 euros, pero de todo lo demás, nada”, se lamenta. “En mayo tuve la última reunión con el consejero delegado de Madrid Destino, Ángel Martín Vizcaíno, a quien le advertí de que en junio se acaban los contratos de los coordinadores y que, si ellos se iban, me iba yo”, prosigue.
Aunque Martín quedó en hablar con Recursos Humanos y comunicarle una decisión, su sorpresa fue mayúscula cuando se terminaron los contratos y se enteró de que los relevos durarían seis meses. “Por la reforma laboral no se pueden hacer contratos por más de seis meses, pero es imposible gestionar un centro con esta actividad salvaje durante todo el año con coordinadores que entran cada seis meses, programamos a ocho meses y hay que adaptar los espectáculos al espacio, no puede ser que el profesional que contrata a una compañía ya no esté cuando llegue”, se queja, para criticar que nunca volvió a saber de Madrid Destino y que tuvo que renunciar por email ante el director de jurídico con copia al CEO. No habló de su salida ni con Martín ni con Cultura y se va con un nudo en la cabeza, otro en el corazón y otro en el estómago, pero dejando el programa, que se retoma a finales de septiembre, cerrado hasta el 7 de enero.
Para la exdirectora, es una cuestión de integridad, de coherencia, de compromiso, de principios. “Hacer política es decidir dónde se pone el dinero. Con voluntad, presupuesto y buenos gestores, se transforma la realidad. Ahora no tenemos ni lo uno ni lo otro”, lanza. “Si me quedo, estoy avalando el parche que nos han dado″, concluye, al tiempo que muestra su esperanza en la continuidad de Espacio Abierto. “No creo que se atrevan a dinamitarlo de forma abierta porque la comunidad quinta, que incluye a artistas y público, no lo va a permitir. Otra cosa es que, sin los cimientos necesarios, lo dejen morir y lo conviertan en un parque de bolas”, teme.
Este diario pidió hablar con el responsable de Madrid Destino o con la delegada de Cultura. En su lugar, una portavoz municipal señala que “el Ayuntamiento agradece el trabajo desarrollado por la hasta ahora directora durante seis años, periodo en el que se le renovó el contrato y cuya rescisión ha solicitado de forma voluntaria”.
En los grupos de WhatsApp del barrio hay miedo e incluso se dice que Almeida quiere convertirlo en “una ludoteca en la que habrá que pagar para entrar”. La portavoz ha querido tranquilizar a vecinos y usuarios: “Tendrá continuidad. Se está buscando un sustituto idóneo con experiencia. Continúa funcionando ―el programa acabó el 20 de julio y el resto del verano abren la cafetería y las salas―, mantendrá su actividad y seguirá contando con la participación del área y de la delegada a través de visitas y asistencia a algunas de sus iniciativas”.
“Espacio Abierto funciona y programa con absoluta normalidad y seguirá haciéndolo en el futuro con el objetivo de mejorar y poder seguir contando con la confianza de cada vez más familias. Ni se pasará por taquilla ni habrá privatizaciones. Seguirá adelante inspirándose en la misma filosofía que lo vio nacer”, asegura Madrid Destino.
Suscríbete aquí a nuestra newsletter sobre Madrid, que se publica cada martes y viernes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.