Monasterio recurrirá ante la justicia su sanción de 15 días sin sueldo por votar dos veces en la Asamblea de Madrid
La Mesa del Parlamento regional rechaza el recurso de la líder del partido ultra
La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, recurrirá ante la justicia la sanción de 15 días sin sueldo que le impuso la Mesa del Parlamento por votar dos veces en la misma iniciativa durante el pleno del 1 de febrero. Así lo ha anunciado este lunes la líder del partido ultra en rueda de prensa tras conocer que el organismo que regula el día a día de la Cámara ha rechazado su recurso, dejándola sin margen de maniobra en el frente parlamentario. Aunque Monasterio se enfrentaba a ser suspendida como diputada por un mes, además de a perder el sueldo durante ese tiempo (cobra 4.244,85 euros mensuales), la instructora del expediente abierto contra ella, Mercedes Zarzalejo, abogó por aplicar el principio de proporcionalidad, ya que su voto no afectó al resultado de la iniciativa sometida a votación (la enmienda a la totalidad presentada por Más Madrid contra la ley de economía circular del Gobierno).
“Llevaremos el expediente de sanción a todos aquellos frentes en los que podamos recurrir: el contencioso-administrativo, el Constitucional”, ha dicho Monasterio. “Tenemos que ver qué vías tenemos, pero no lo vamos a dejar aquí, está claro. Nosotros, con sueldo o sin sueldo, seguimos trabajando igual”, ha seguido. “Estamos viendo un asalto a las instituciones, a la Cámara de Cuentas, al Consejo de Transparencia, a Telemadrid, en esta mayoría absolutista de la señora Ayuso”, ha añadido.
Monasterio, además, ha pedido que se sancione al diputado de Más Madrid Pablo Padilla por hacer el gesto de disparar con una pistola mientras hablaba la presidenta regional durante el último pleno. Para la portavoz, sería “un escándalo” que a ella la castigaran con 15 días de sueldo por votar dos veces en la misma iniciativa y al representante del partido de izquierda no se lo sancionara, como ha pedido oficialmente Vox.
Sin embargo, son casos distintos. Multar a Padilla, reflexiona una fuente parlamentaria, abre una puerta que es muy difícil de cerrar: la de castigar los frecuentes gestos airados que hay en el pleno, para lo que habría un criterio claro sobre qué es inaceptable (imitar un disparo) pero no sobre qué es aceptable. En cambio, consideran en el Parlamento, lo que hizo Monasterio sí merece sanción y está claramente tipificado en el reglamento. Estos son los detalles de su caso, paso a paso:
25 de enero. José Luis Ruiz Bartolomé, mano derecha de Monasterio en la cámara, deja su escaño para volver a la actividad privada. Vox tiene una semana para reemplazarlo antes del primer pleno del nuevo periodo de sesiones. Tampoco es que sea urgente: el PP tiene mayoría absoluta y su presencia no cambiará nada.
31 de enero. Un día antes de la celebración del pleno, Pablo Gutiérrez de Cabiedes renuncia a ocupar el escaño, que le corresponde por ser el siguiente en la lista electoral. Su decisión agudiza la crisis de un partido que va de polémica en polémica en los últimos meses. Y así, Vox llega al pleno del día siguiente sin que su nuevo diputado, Javier Pérez, haya tomado posesión y, por lo tanto, con un voto menos y una silla vacía.
1 de febrero. Al final del pleno, el presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio (PP), toma la palabra para hacer una advertencia antes de que arranquen las votaciones. “Antes de empezar a votar, les aclaro que un diputado, por error, ha apretado el botón de presencia en dos escaños distintos”, anuncia el exvicepresidente regional, que resta importancia a esa acción. La polémica, de hecho, estalla posteriormente, cuando los servicios técnicos de la Cámara detectan que se ha votado desde el escaño de Ruiz Bartolomé, que ya no es diputado y no ha sido sustituido por Vox. Es decir, que alguien ha votado dos veces.
5 de febrero. Ossorio decide abrir una investigación y todas las miradas se dirigen inmediatamente hacia Monasterio: el diputado Íñigo Henríquez de Luna admite en la junta de portavoces que él activó como presente dos lugares distintos, porque no quería que el asiento contiguo al de Monasterio quedara vacío, cosa poco estética ante las cámaras. Pero finalmente volvió a su escaño. La líder de Vox es quien viene a admitir haber votado varias veces, aunque tampoco lo expresa claramente.
“Son cosas de la tecnología”, se ríe Monasterio durante una rueda de prensa en la que se describe apretando y desapretando botones a toda prisa para intentar apagar el escaño. Pero nadie se toma el asunto a broma en el Parlamento. Y mucho menos el PP, que ve una oportunidad ideal para cobrarse cuentas pendientes con su antigua socia, o en la oposición de izquierdas, en la que Más Madrid registra un escrito solicitando que sea suspendida como diputada durante 30 días.
Nunca había pasado nada igual en la Asamblea de Madrid, según detalla un portavoz de la institución. Pero sí hay precedentes fuera de la región. Por ejemplo, en el País Vasco. Allí, en 2003, el Parlamento sancionó con un mes sin poder ejercer sus derechos a Carlos Iturgaiz por haber activado el indicador electrónico de presencia en la Cámara de su compañero Jaime Mayor Oreja.
8 de febrero. En plena sesión de control a su Gobierno, Ayuso apuesta por sancionar a Monasterio por su acción. “Si usted va por una carretera en la que tiene que circular a 80 [kilómetros por hora], y la pillan a 140, señora Monasterio, usted comprenderá que tendrá que ser multada”, asegura la presidenta regional. “Lo que no se ha visto en la vida es que vote por otro diputado que se ausenta”, denuncia. Monasterio responde asegurando que la líder conservadora persigue expulsarla de la Cámara a toda costa, y bromea, gesticulando, cuando llega el final de la sesión, toca votar, y hace movimientos grandilocuentes a cada paso.
9 de febrero. La Mesa de la Asamblea decide poner en marcha el proceso que previsiblemente acabará por sancionar a la portavoz del partido de extrema derecha.
4 de abril. EL PAÍS accede al contenido de la propuesta de sanción firmada por Zarzalejo, que ha confirmado la Mesa de la Asamblea el 10 de abril y, de nuevo, este 27 de mayo tras el recurso registrado por Monasterio, a la que ahora solo le queda la vía de la justicia para revertir la decisión.
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