El Rey del Cachopo envía otro escrito a la jueza para reiterar su culpabilidad y renunciar a los recursos
César Román, condenado por el homicidio y descuartizamiento de su novia, asegura en la misiva renunciar a su abogada y se ofrece a hablar con la familia de la víctima para “despejar dudas”
César Román, más conocido como El Rey del Cachopo, ha enviado un nuevo escrito a la Audiencia Provincial de Madrid, en el que reitera que es él quien mató a su novia Heidi Paz, insiste en que renuncia a los pocos recursos judiciales que le quedaban disponibles tras la confirmación de la sentencia del Tribunal Supremo y se ofrece de nuevo a hablar con la familia para “colaborar en el esclarecimiento de los hechos acaecidos y despejar las dudas”. Como ha quedado probado por sentencia firme, Román mató y descuartizó a su pareja en 2018 y después abandonó su torso en una nave en Usera. La mayor parte de su cuerpo nunca fue encontrado y él negó durante todo el juicio ser responsable de esa muerte violenta.
En el escrito, que Román ha facilitado al que fuera su anterior abogado, Manuel Alonso, para que lo remita al juzgado, renuncia también a la letrada que lo representó en la vista oral. Ana Isabel Peña manifestó la semana pasada, cuando se hizo pública la primera carta en la que reconocía por primera vez ser el homicida de su pareja, que la confesión había sido fruto de un “momento de desesperación” y que sí que seguían adelante con los recursos que les quedan en la justicia europea. “Soy todavía su abogada, hasta que me lo notifiquen de forma oficial. Hace tiempo que ni la familia ni yo reconocemos a César, nos parece que está actuando de forma extraña y desorientada. No es el mismo y no está actuando con normalidad”, asegura Ana Isabel Peña.
En esta misiva, a la que ha tenido acceso EL PAÍS y que remite a la jueza de la sección 26 de la Audiencia Provincial, pide perdón a la familia por estas declaraciones. También se dirige a los allegados de Heidi para solicitar que, si lo estiman oportuno, “consideren perdonarme por el terrible daño causado tanto por mis actos, como por mis palabras, en este largo y duro proceso”. Durante el juicio, la estrategia de defensa del Rey del Cachopo consistió en elaborar una historia en la que Heidi Paz podría haber sido víctima de la violencia de las mafias de Centroamérica, de donde la joven era originaria, y también la acusó de traficar con estupefacientes.
Lo cierto es que la sentencia refleja que en 2018 César Román mató a la mujer de un modo que no se pudo determinar y que después trasladó su torso a una nave que tenía alquilada en Usera. Allí, intentó prender fuego a sus restos, pero el humo alertó a un vecino. Cuando los bomberos sofocaron el pequeño incendio, descubrieron un torso en una maleta. Las extremidades y la cabeza de Heidi nunca fueron halladas y la negativa de Román a reconocer el crimen cerró la posibilidad de saber dónde estaba el resto del cuerpo.
El Rey del Cachopo niega realizar ahora esta admisión de culpa para “obtener ninguna contrapartida” y rechaza haber solicitado permisos penitenciarios. Un condenado por hechos tan graves, que superan los cinco años de condena, no puede empezar a pedir salidas a la calle hasta alcanzada la mitad de condena, algo que en el caso de Román sucederá dentro de un año y medio. El Rey del Cachopo fue condenado a 15 años de prisión porque, al no haber encontrado el cuerpo completo, fue imposible determinar en qué circunstancias se produjo la muerte violenta y por tanto saber si se daban las circunstancias para que se pudiera considerar un asesinato, que conlleva una pena más larga.
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