Las mentiras de un mensaje y un grupo de Whatsapp: así fabrica bulos Miguel Ángel Rodríguez para poner a periodistas en la diana
Las principales asociaciones de prensa de España rechazan las intimidaciones y el ataque a los medios de la mano derecha de Ayuso: “Este comportamiento es algo intolerable en una sociedad democrática”
Esta historia tiene un comienzo que reconocerán muchos periodistas. Pero un final que no tendría que haberse producido. Dos reporteros buscaban el martes por la tarde una noticia de interés público haciendo trabajo de calle y hablando con fuentes, como se ha hecho siempre. Después de 45 minutos haciendo preguntas a personas que caminan por una calle, un policía nacional vestido de civil les muestra una placa y les pide su carné profesional. Toma sus datos, les devuelve la credencial y estos se marchan a casa. Ahí debería haber acabado todo. Una tarde, en cierto modo, anodina.
Sin embargo, dos horas después, entró en escena Miguel Ángel Rodríguez, el poderoso asesor de la presidenta madrileña, la mano no tan invisible que influye en los medios de comunicación, sobre todo madrileños, con informaciones de la Comunidad de Madrid y con la publicidad institucional que reciben muchos de ellos. Las identidades de los periodistas habían llegado a sus manos por medio del director general de seguridad de la Comunidad de Madrid, que a su vez los recibió del agente que identificó a los reporteros. Era una información confidencial, obtenida por la policía, cuya divulgación no está permitida.
Poco antes de las 22.00, la mano de Rodríguez entró en uno de los distintos grupos de WhatsApp con periodistas que ha creado, una lista de distribución donde a menudo escribe mensajes que aparecen luego en los medios de comunicación como la versión oficial de Sol, la sede de la Comunidad de Madrid. Ahí tecleó un ataque a la libertad de prensa sin precedentes recientes. Escribió los nombres y apellidos de los dos reporteros de este periódico, adjuntó una foto de ellos tomada desde las alturas y añadió un texto difamatorio en el que aseguraba que se habían dedicado a “acosar” a los viandantes, incluidas menores de edad. Fue un mensaje de 91 palabras: 81 de ellas envolvían mentiras.
Lo que Rodríguez pretendía era demonizar a los reporteros por hacer su trabajo, que en este caso consistía en contrastar si la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, reside en una vivienda donde se ha hecho una obra ilegal. La sospecha surgió la semana pasada al consultar la base de datos de licencias urbanísticas del Ayuntamiento de Madrid, Conex. Ahí, consta que la pareja de Ayuso, Alberto González Amador, había informado de su intención de hacer una obra en la vivienda que acababa de adquirir (tras un presunto fraude a Hacienda de 350.000 euros), pero la Junta del distrito de Chamberí había declarado ineficaz ese plan, para el que hacía falta una licencia, un procedimiento más costoso porque requiere de un proyecto visado por un arquitecto.
Los nervios de Rodríguez son patentes desde el martes de la semana pasada, cuando amenazó a una periodista de elDiario.es después de que su medio informara sobre la denuncia que la Fiscalía ha puesto contra la pareja de Ayuso. En un mensaje de WhatsApp que reveló ese medio, Rodríguez le anunció: “Os vamos a triturar, vais a tener que cerrar”.
Este martes, cuando recibió los datos de los periodistas, Rodríguez puso en marcha la trituradora. Aparte del bulo sobre EL PAÍS, añadió: “Además, empleados de elDiario.es encapuchados intentaron acceder a la casa de la presidenta. Nunca se ha visto este amedrentamiento en democracia”.
Este miércoles, sobre el mediodía, EL PAÍS preguntó a Rodríguez sobre la difusión de sus mensajes la noche anterior. “Buenos días. Estamos elaborando una información sobre la divulgación por tu parte de nombres, apellidos y fotografía de dos redactores de EL PAÍS, a quienes acusas, además de acosar a menores y vecinos en la calle donde vive la presidenta. Queríamos saber si se trata de mensajes personales o los difundes en nombre de la Comunidad de Madrid”. Rodríguez reconoció que sí, que fue él mismo:
—Es una conversación personal. No es una cuenta de la Comunidad.
Sin embargo, numerosos medios recogieron sus palabras exactas la noche anterior y otros también durante la jornada del miércoles. Ninguno contrastó ni llamó a EL PAÍS para verificar esta falsa información.
Un medio fue más lejos que ninguno. El locutor Federico Jiménez Losantos emitió también un editorial en su programa de EsRadio. Tachó a los periodistas de EL PAÍS y de elDiario.es de “delincuentes”. Animó a usar la violencia contra ellos. “Alberto [González Amador] que es un bigardo, bien plantado, de familia militar, tendrá dos amigos. Y si no, Desokupa. Y el primero que aparezca por ahí metiéndose tiene un accidente, se rompe tres huesos. Esto lo entienden a la perfección. Lo que entienden los diputeros, que son violentos y delincuentes, es la violencia. Es que hemos llegado a ese punto”.
Sobre las doce del mediodía, los focos se centraron en la sala de prensa de la Puerta del Sol. Ayuso, sin embargo, no salió. Dejó las respuestas sobre la intimidación a la prensa en manos de su portavoz, Miguel Ángel García. García no censuró ni condenó el mensaje enviado por Rodríguez a los periodistas que cubren la Comunidad. “Hasta donde yo sé”, contestó el portavoz, “las personas que han estado en las inmediaciones de la vivienda de la presidenta son las que se han identificado como periodistas. Por tanto, no tenemos más que decir. El respeto a la libertad de prensa no lo van a encontrar más claro que en el Gobierno de la Comunidad de Madrid. No vetamos a ningún medio y respetamos de manera absoluta y clara el trabajo que hacen los medios de comunicación”.
Las principales asociaciones de prensa de España rechazaron las intimidaciones y el ataque de la Comunidad de Madrid al gremio en la mañana del miércoles. La ONG de referencia mundial en la defensa de los periodistas, Reporteros Sin Fronteras (RSF), se declaró “profundamente alarmada por las graves imputaciones contra periodistas”. Exigió a la líder popular madrileña que detenga los “ataques propios de las dictaduras”.
“Estamos escandalizados”, dijo Edith Rodríguez Cachera, vicepresidenta de RSF España y miembro del Consejo de Administración de RSF Internacional. La Asociación de Periodistas de Investigación también manifestó su solidaridad con los comunicadores. Publicó en la red social X un mensaje donde decía que la mañana de este miércoles era “muy dura para el periodismo”, en alusión a los “bulos sobre la redacción de elDiario.es” y la intención de “intimidar a dos periodistas de EL PAÍS”.
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) emitió también otro comunicado. “Es intolerable que se intente amedrentar a los profesionales de la información en el ejercicio de su labor”. Días atrás y en relación con los mensajes recibidos por elDiario.es, la FAPE y la Asociación de Prensa de Madrid (APM) ya publicaron un comunicado conjunto que señalaba al gabinete de Ayuso de ejercer una “presión intolerable que coarta la libertad de prensa”.
Por su parte, la APM condenó expresamente la “actitud” de Miguel Ángel Rodríguez, el director de gabinete de la presidenta. “Este comportamiento es algo intolerable en una sociedad democrática”.
Este jueves, sobre las diez de la mañana, los focos sí se centrarán en la Asamblea de Madrid, con el pleno semanal y la sesión de control de la oposición, que preguntará sobre este asunto. La Asamblea tiene previsto hacer una declaración institucional en “defensa de la libertad y el respeto al trabajo periodístico”. El PP, en teoría, votará a favor.
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