El Gobierno de la Comunidad de Madrid estudia subir el precio del abono para el transporte público, que está fuertemente subvencionado desde septiembre de 2022, cuando entró en vigor el paquete anticrisis para paliar los efectos de la invasión rusa de Ucrania en la economía española. Así lo deslizó el consejero de Transportes, Vivienda e Infraestructuras, Jorge Rodrigo, a principios de este mes, y así lo ha confirmado este martes, ya negro sobre blanco, la titular de Economía, Hacienda, y Empleo, Rocío Albert.

Entre septiembre de 2022 y febrero de 2023, los madrileños pagaron por sus abonos de transporte un 50% menos de lo que venían pagando. Desde entonces, y hasta diciembre de 2024, el descuento llega al 60%, lo que se ha financiado con fondos de los gobiernos central y regional, y ha supuesto un ahorro de 30 millones al mes para los usuarios (360 millones al año), una situación que la Comunidad de Madrid se inclina por cambiar, aunque no ha precisado cuándo ni cuánto.

“¿Se plantea la Comunidad subir las tarifas del transporte público?”, le han preguntado este martes a Albert durante un desayuno informativo organizado por Europa Press. “Se está estudiando”, ha respondido la consejera del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. “Lo que no se puede es hacer imposibles”, ha seguido. “Si queremos mantener el nivel de inversión de nuestro metro, uno de los mejores de Europa, y del mundo, si queremos seguir extendiendo kilómetros, tendremos que ayudar a aquellos que realmente lo necesitan, pero a lo mejor parte de la subvención, que fue parte de la pandemia, debe revertirse y utilizarse para esas inversiones”.

Aunque el Ejecutivo no tiene aún elaborada una fórmula concreta, sus dirigentes ponen encima de la mesa un sistema progresivo, en el que, por lo tanto, se podría tener en cuenta la renta de los viajeros. Así, el consejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, Jorge Rodrigo, ya manifestó el 8 de marzo que el grado actual de subvención “quizás es excesivo” y abrió la puerta a una revisión al alza de las tarifas ordinarias y a la introducción de “alguna forma de progresividad” en el sistema.

Subidas en el agua

No es el único aumento en la factura que está en el horizonte de los consumidores madrileños. Tras un decenio sin subir la tarifa del agua, el Canal de Isabel II también quiere aumentar el precio a determinados consumidores para así penalizar “los consumos ineficientes o suntuosos” además de “no esenciales”, como, señala, “riegos y piscinas”.

Esas palabras, recogidas en un proyecto de decreto colgado en el portal de transparencia regional, ponen en la diana a los propietarios de chalets. La razón es que Madrid no ve posible incrementar los recursos convencionales (presas, trasvases o pozos) para abastecer a una población creciente.

Además, el Canal considera que “la clave para no comprometer el suministro a Madrid en los próximos años es reducir la demanda de agua por habitante”, para lo que quiere dotar al sistema tarifario de una mayor progresividad. Si el proyecto sale adelante, quien tenga un gran jardín pagará más.

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