Ayuso, sobre los ancianos muertos en las residencias en la pandemia: “Están a un paso de acusarnos de genocidio”

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha justificado este lunes los protocolos de triaje que impidieron el traslado de miles de ancianos enfermos con coronavirus desde las residencias a los hospitales en lo peor de la pandemia (”No garantizaban la supervivencia”); ha intentado defenderse de las críticas consecuentes atacando a la izquierda (”Es inhumana, no tiene corazón y es excéntrica”), y ha derivado la responsabilidad de lo ocurrido al Gobierno de la nación, entonces formado por el PSOE y Podemos (“Eran los responsables en las residencias y no hicieron nada”), pese a que las competencias las tenía Madrid. Menos de una semana después de reavivar la polémica por esas 7.291 muertes con una frase en la Asamblea (”No se salvaban en ningún sitio”), la intervención de la líder conservadora, hecha por voluntad propia, sin pregunta mediante, y en un desayuno informativo, muestra que este tema es una herida imposible de cerrar, quizás el flanco más débil y trágico en la gestión de la baronesa, que ha cambiado una y mil veces los argumentos con los que ha intentado explicar sus decisiones en la materia. “Están a un paso de acusarnos de genocidio, y no lo voy a tolerar”, ha dicho este lunes, rodeada por un público enfervorizado y encorbatado.

El veto al traslado de los ancianos a los hospitales fue más intenso entre el 9 de marzo y el 5 de abril de 2020 y especialmente significativo entre el 16 y el 29 de marzo. Conforme los hospitales liberaron camas, los geriatras dejaron de actuar de filtro y los residentes enfermos volvieron a ser admitidos, aunque esa situación varió de un hospital a otro. Según un análisis que publicó EL PAÍS, en toda la primera ola (de marzo a junio de 2020) murieron 11.389 mayores que vivían en residencias, de los cuales 8.338 (el 73%) no fueron trasladados a un hospital. Cuando la situación mejoró en los hospitales, sí que hubo miles de traslados y la mortalidad se redujo. Un dato que ha usado este lunes Díaz Ayuso, sin contextualizarlo en el tiempo, ni relacionarlo con la ocupación de los centros sanitarios, obviando así los momentos en los que esos traslados no se produjeron.

“Es sabido que no rehúyo los debates, mucho más cuando lo que se está diciendo estos días es un insulto para las personas afectadas”, ha arrancado la presidenta regional. “Hablo de ese debate que la izquierda ha abierto sobre los fallecidos en las residencias de mayores en la pandemia, solo en Madrid, por el hecho de haber perdido 19 veces ante los tribunales”, ha seguido. “Había que darle la vuelta”, ha ironizado. “La izquierda judicializa la política, y cuando pierde ante el juez, se echa al monte”, ha añadido la presidenta madrileña, que litiga con el Gobierno de España en una quincena de asuntos. “Se hizo lo imposible para salvar la vida de los mayores, quienes, como en todas partes, fallecieron en las residencias, hospitales y domicilios”, ha asegurado. Y ha rematado: “El traslado a los enfermos no garantizaba la supervivencia, como demuestran las cifras. Los traslados, que fueron por miles, fueron decididos por médicos y geriatras, no por políticos, como están diciendo. Mienten”.

Una afirmación lanzada para defender su papel en la crisis, y eximir de responsabilidad a los gestores de la Comunidad, como si los protocolos de triaje no se hubieran redactado, precisamente, en la Consejería de Sanidad del Gobierno presidido por ella misma.

El PP considera que la gestión que hizo Díaz Ayuso de las residencias ha quedado avalada por el triunfo electoral de 2021, cuando logró una amplia mayoría, y la mayoría absoluta de 2023. Sin embargo, al mismo tiempo celebra cada victoria en los tribunales alrededor de esta causa como si fuera definitiva. Un síntoma de la preocupación que causa en la formación conservadora, y especialmente en la sede del Gobierno de Madrid, que haya un centenar de casos aún por ver en los juzgados, donde los familiares de los fallecidos buscan que se dirima la responsabilidad por esas muertes agónicas sufridas en solitario.

Críticas a Mónica García

Porque por las residencias dimitió el único consejero que ha dejado el Gobierno de Díaz Ayuso por voluntad propia: Alberto Reyero, de Ciudadanos, que era el titular de Políticas Sociales. Porque por las residencias ha habido cargos del Ejecutivo cuya máxima preocupación ha sido seguir aforados a su salida del núcleo duro de la presidenta. Y porque en las residencias encuentra una y otra vez motivos la oposición de izquierdas (PSOE y Más Madrid) para criticar a la presidenta, y para pedirle explicaciones sobre su veto a, por ejemplo, que se conozcan las actas de inspección que levantó la Policía Municipal durante sus visitas a las residencias.

En ese contexto, Díaz Ayuso siempre ha creído que la mejor defensa es un buen ataque. La estrategia del calamar: lanzar tinta, emborronarlo todo. Así se explica que este lunes haya cargado contra la ministra de Sanidad, Mónica García, por pedir que se aclare lo ocurrido en las residencias durante lo peor de la pandemia.

Esa petición, ha dicho la líder conservadora, responde “simplemente” a “un ataque personal de alguien que ha perdido en las urnas y ha huido de la Asamblea de Madrid [García fue líder de Más Madrid antes de ser nombrada ministra]”. Por ello, ha añadido Díaz Ayuso, “la actuación de resto de la izquierda” responde a lo mismo, a “que no soportan” que los madrileños dieran al PP en Madrid “tres veces más escaños que a cualquiera de ellos” en las últimas elecciones, que le dieron a la presidenta madrileña la mayoría absoluta. “No soportan la unidad del pueblo de Madrid en torno a la mayor tragedia de su historia reciente”, ha cerrado.

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