Ayuso ficha y cesa en el mismo día a un general jubilado de la Guardia Civil salpicado por el ‘caso Zabalza’

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha fichado y cesado en unas pocas horas de este miércoles al teniente general jubilado de la Guardia Civil Arturo Espejo Valero, tras conocer por EL PAÍS que la carrera del alto mando del instituto armado ha estado salpicada por el llamado caso Mikel Zabalza. Todo ocurrió el 26 de noviembre de 1985. Zabalza fue detenido como sospechoso de colaborar con ETA, y su cuerpo sin vida apareció flotando en aguas del río Bidasoa el 15 de diciembre de ese mismo año. La versión oficial es que escapó y se ahogó. Espejo Valero, uno de los guardias civiles implicados en su detención, nunca ha sido investigado por esos hechos, según explicó el actual ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, cuando defendió su último ascenso y provocó la protesta de la mayoría de los partidos vascos. Ese pasado, supuestamente desconocido por el Ejecutivo, ha llevado a que su nombramiento como consejero delegado de la agencia de ciberseguridad regional quedara sin efecto solo unas horas después de ser decidido por el consejo de gobierno de este miércoles.

Así ha explicado el fichaje a este diario un portavoz gubernamental: “Hasta ahora era responsable de temas de Ciberseguridad en la Guardia Civil. Y estos años ha ascendido a número tres en el organigrama de la Guardia Civil”. Sin embargo, minutos después, el Gobierno de Díaz Ayuso ha rectificado su decisión: “No sabíamos su currículo. El nombramiento queda sin efecto, porque no se publicará en el boletín oficial [del jueves]. Se nombrará más adelante a otra persona”.

Antes de rectificar su decisión, la Comunidad de Madrid había justificado el fichaje con los mismos argumentos que asumió el Gobierno central en 2023 para promocionar a Espejo Valero, pese al escándalo que generó entre la izquierda vasca, incluyendo al propio PSE.

“Nunca ha sido imputado”, recordó en abril de 2023 Grande-Marlaska en nombre del Gobierno, donde el ascenso de Espejo Valero provocó entonces tensiones con la ministra de Defensa, Margarita Robles, según detallan fuentes políticas. “No hay elemento contradictorio para sus ascensos porque en el Estado de derecho se impone la presunción de inocencia”, añadió el ministro, muy duro con las insinuaciones enunciadas por los nacionalistas vascos, y nunca demostradas, de que Zabalza había sido torturado en el cuartel de Intxaurrondo. “Se habla de hechos graves sin una mínima prueba razonable”.

Cuando se conoció ese ascenso, Unidas Podemos, el PNV y EH Bildu presentaron preguntas y peticiones de comparecencia en el Congreso. Incluso el secretario general de los socialistas vascos, Eneko Andueza, transmitió a la familia de Zabalza su “indignación y vergüenza” por el ascenso del teniente general. Y el Gobierno vasco incluso trasladó oficialmente su “mucha incomodidad” frente a esa decisión.

“Es importante para que podamos hacer las paces con nuestra memoria que todo lo que pueda ser aclarado se aclare”, dijo entonces el portavoz del Ejecutivo de Vitoria, Bingen Zupiria. “Probablemente Mikel Zabalza fue víctima de torturas policiales y de una de la violencia ilegítima e injusta por parte de las fuerzas de seguridad del Estado, pero tampoco existe una certeza sobre eso, nadie lo ha podido demostrar”, añadió, instando a investigar judicialmente lo ocurrido.

Zabalza, según la versión de la Guardia Civil, fue detenido el 26 de noviembre de 1985 en su domicilio por su presunta colaboración con ETA y posteriormente fue trasladado a Endarlaza (Navarra) para localizar un zulo [escondite]. Cuando se encontraba en un túnel acompañado de tres guardias civiles, entre los que se encontraba el entonces teniente Arturo Espejo, huyó esposado. Veinte días después de su desaparición, el cadáver de Zabalza fue hallado en las aguas del Bidasoa. La autopsia realizada en Pamplona reveló que la causa de la muerte había sido “asfixia por inmersión entre quince a veinte días antes de haberse encontrado”.

El carpetazo del caso, decidido en 1988, destacó que la investigación judicial había sido “amplia y minuciosa”, hasta encontrarse agotada, y que el archivo del caso permitiría reabrir la investigación “si en un futuro hubiera méritos suficientes para ello, en virtud de nuevos hechos de los que en este momento no hay constancia ni indicios”.

Igualmente, el tribunal confirmó punto por punto los argumentos y las pruebas expuestas por el juez instructor y señaló que la sala había llegado a la inequívoca conclusión de que toda la investigación “abona la explicación de la huida de Mikel Zabalza por el agujero del túnel de Endarlaza”. Subrayó igualmente que, de acuerdo con la autopsia, el fallecido murió por inmersión en el río. Esta decisión fue considerada por Íñigo Iruin, abogado de la acusación, “una derrota de la justicia frente a los espacios policiales autónomos” y el reflejo de la impotencia policial para resolver estos casos.

Casi 40 años después, los rescoldos del caso han prendido un nuevo fuego: Espejo Valero apenas ha durado unas horas como consejero delegado de la agencia de ciberseguridad de la Comunidad de Madrid.

Suscríbete aquí a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.