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Clases de costura en español para que mujeres de Bangladés salgan del control de sus hogares

Una asociación vecinal de Madrid impulsa la integración de la comunidad femenina bangladesí con clases de costura para socializar y aprender el idioma

Un grupo de mujeres bangladesíes asisten a la inauguración del proyecto Yhaal Muri 2, este jueves, en el centro de Madrid.
Un grupo de mujeres bangladesíes asisten a la inauguración del proyecto Yhaal Muri 2, este jueves, en el centro de Madrid.David Arenal
Diego Sánchez

Afroza Rahman (Daca, Bangladés, 54) ha pasado los últimos 18 años de su vida en España. No es habitual que una mujer de su país emigre sola a Europa, pero una enfermedad cardíaca obligó a su marido a dejar su trabajo y, con cinco hijos que alimentar, se vio empujada a buscarse la vida como migrante. Gracias a su experiencia, ahora ejerce de líder e inspira a las recién llegadas a través de proyectos como Yhaal Muri 2, la última apuesta de la asociación vecinal Valiente Bangla. La iniciativa, estrenada el pasado 18 de enero, tiene como objetivo que las mujeres bangladesíes que residen en Madrid salgan del férreo control de sus hogares y reciban clases de costura como una excusa para practicar su español, integrarse y ser más independientes.

El escenario elegido para la inauguración fue el Espacio Anette Cabelli (en el centro de la capital) ante un público mayoritariamente femenino. Tras los discursos protocolarios, toca ponerse manos a la obra. El presidente de la asociación, Mohammad Fazle Elahi, invita a los presentes a la sala contigua, repleta de máquinas de coser, mesas, agujas y telas: “En realidad, lo de coser es una excusa para que salgan de casa, practiquen español y se integren. Algunos maridos me han insultado y han intentado agredirme, pero estas mujeres han venido a España para mucho más que cuidar de sus hogares”.

Para entender el rol de la mujer en su cultura, Rahman explica que incluso aquellas que llevan más de una década en España, apenas hablan español, pues están todo el día en casa atendiendo a sus hijos y maridos. “Solo salen para hacer la compra y no tienen actividad social. No conocen a otras mujeres bangladesíes y son muy dependientes de sus maridos, que a menudo pueden ser controladores o abusivos. Somos una cultura muy tradicional en la que las mujeres no tienen autonomía ni para ir al médico”.

La única representante de la política institucional en la sala es la líder de la oposición en el Ayuntamiento, Rita Maestre (Más Madrid), que aprovecha la ocasión para poner en valor las iniciativas vecinales y el fortalecimiento de lo “colectivo” como respuesta al “modelo individualista que promulga la derecha”.

Valiente Bangla
Diego Sánchez
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Rahman se considera afortunada por el mero hecho de que a su marido le parezca bien que participe en estas cosas: “Esto es una rareza. No debería haber problema, pero por poneros un ejemplo, solo el 1% de los hombres colaboran en las tareas del hogar en mi país”. Gracias a su experiencia, pretende alumbrar el camino de otras mujeres para que se animen a venir. “Yo voy a darles clase de español para que puedan relacionarse y hablar de sus asuntos. A veces tienen problemas económicos o sufren violencia de género, pero no tienen a nadie con quien hablar”, señala.

Yhaal Muri 2, que recibe su nombre de una comida tradicional de Bangladesh, es la última iniciativa de Valiente Bangla. La asociación se creó en 2007 y cuenta con unos 500 miembros —la mayoría, sin papeles—. En tiempos de pandemia, crearon una red de traductores para garantizar el acceso a la atención de migrantes que no dominasen el español a raíz de la muerte de Mohammed Abul Hossain, el vecino de Lavapiés que murió el pasado 26 de marzo en su domicilio tras haber estado llamando durante seis días a los teléfonos habilitados para atender a los enfermos de covid. También han protagonizado acciones colectivas para frenar desahucios, organizar bancos de alimentos solidarios o compras colectivas de juguetes para que ningún niño se quede sin regalo navideño.

Su presidente, Mohammad Fazle Elahi, llegó a España en 2004 y, poco a poco, se ha convertido en el líder de los 6.792 bangladesíes (según el INE 2022) que residen en España. Aunque agradece la presencia de representantes políticos como Rita Maestre, considera que a la hora de la verdad, son las iniciativas vecinales las que cuidan de la gente. “El Gobierno central y el de Ayuso están enfrentados y luchan por su silla, pero al final, quien paga las consecuencias es el ciudadano. Cada vez hay más machismo y más racismo, y los precios no paran de subir, así que tenemos que apoyarnos y luchar por el bien común”, sentencia.

La otra cara visible del proyecto es la profesora de costura, Zaloa Basaldua, que impartirá dos clases por semana: “Lo bueno de coser es que se puede hablar mientras se trabaja. Bangladés es uno de los principales países productores de ropa; pero el modelo de consumo occidental ha provocado que muchas de estas mujeres trabajen en condiciones infrahumanas cosiendo la ropa que vendemos aquí. Para mí es un regalo poder saldar un poco esa deuda”. Además, pretende generar oportunidades de empleo para ellas a través de la costura. “Con pocas horas de formación, pueden ponerse a trabajar con una máquina de coser”, señala.

Pasada la hora de comer, muchas de las asistentes han acabado su primera clase y se marchan con la prisa de quien debe volver a casa. La mayoría, tienen que hacerle la comida a sus hijos, pero se van sonrientes después de la que, probablemente, haya sido una de las pocas reuniones sociales que han mantenido desde su llegada a España. Para desenredar algunos de los férreos nudos que culturalmente han subyugado a estas mujeres, aún falta tiempo; pero la primera puntada para tejer una nueva red de apoyo que mejore sus vidas, ya está dada.

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Diego Sánchez
Redactor en la sección de Nacional. Graduado en Estudios Ingleses por la Universidad de Salamanca, su ciudad natal. Vivió en Irlanda, Francia, Reino Unido, Granada y Tenerife antes de trasladarse a Madrid para cursar el Máster UAM-EL PAÍS. Le interesan la política, la música, el deporte y la Educación.
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