Cerrada una pista de Barajas durante tres horas por una protesta de activistas medioambientales
Tres miembros de Futuro Vegetal se pegan al asfalto para denunciar que “ningún partido” se toma en serio la crisis climática. Han sido detenidos y se enfrentan a los delitos de desórdenes públicos, daños y contra la seguridad aérea
Diez días después de que Greenpeace entrara en la guerra de las lonas de la campaña de las elecciones del 23-J, al colgar un cartel en la Puerta de Alcalá de Madrid en el que preguntaba a los cuatro candidatos si “se la sudaba el cambio climático”, el colectivo ecologista Futuro Vegetal ha llevado a cabo a primera hora de este viernes una acción pacífica en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas para volver a llamar la atención sobre la falta de propuestas de los partidos para afrontar la crisis climática. Tres activistas de esta organización, la misma que alcanzó notoriedad en mayo del año pasado al pegarse a las majas de Goya en el Museo del Prado, han burlado la seguridad del aeródromo, han accedido a las pistas de aterrizaje y despegue y han pegado sus manos al asfalto de una de ellas, la 32R, lo que ha obligado a cerrarla al tráfico aéreo durante tres horas, de seis de la mañana a nueve, ha confirmado a este diario una portavoz de Aena.
“Ya están todas las vías plenamente operativas”, indica a las nueve y media de la mañana la misma portavoz, que sostiene que el funcionamiento del aeropuerto “no se ha visto afectado” porque el tráfico se ha encauzado por las otras tres vías con las que cuenta. Según su relato, los tres activistas se han colado en la pista 32R sobre las seis de la mañana con una pancarta en la que se podía leer El Pueblo unido funciona sin partido y se han “pegado” al pavimento de la zona anterior a la cabecera de la pista. Según la Guardia Civil, son dos mujeres y un hombre. Mientras las dos mujeres llevaban a cabo la protesta, él grababa la acción.
💥 ACTUAMOS 💥
— FuturoVegetal🍒 (@FuturoVegetal) July 21, 2023
Nuestras compañeras acaban de burlar la seguridad del aeropuerto de Madrid-Barajas y han accedido a la pista de aterrizaje, donde han pegado sus manos al asfalto para impedir el tráfico aéreo 🤛 pic.twitter.com/ZqKsMJTl7C
“Su presencia ha sido detectada por un señalero de Aena, que ha avisado a la torre de control de forma inmediata y, desde allí, a Guardia Civil”, continúa la portavoz de Aena. “Guardia Civil y Aena han intervenido para evitar cualquier afectación e investigan lo ocurrido”, concluye. El instituto armado, que detalla que las dos mujeres se habían “pegado con pegamento” al suelo y que han tenido que intervenir los bomberos para despegarlas, ha detenido sobre las 9.15 a los tres activistas por “un posible delito de daños”. Los tres, que no se han resistido al arresto, se encuentran en sus dependencias del aeropuerto a la espera de pasar a disposición del Juzgado de Instrucción número 49 de la capital a lo largo del día. Además de un delito de daños, “se les atribuyen otros de desórdenes públicos y contra la seguridad aérea”.
Preguntada por qué tipo de daños han podido causar, ya que el tráfico aéreo no se ha visto alterado, la portavoz de Aena no ha hecho ningún comentario y ha remitido al instituto armado, que ha asegurado que “han cortado una valla perimetral” para entrar en las pistas. Aena apunta que, además de la vía penal, este tipo de acción “representa una infracción contra la seguridad de la aviación civil” según la Ley 21/203, de Seguridad Aérea. “En función de las circunstancias, la protesta podría llegar a ser tipificada de carácter grave o muy grave, lo que conlleva una sanción administrativa entre 45.001 a 225.000 euros”.
Futuro Vegetal nació hace un año y medio y sus miembros han logrado gran repercusión por, entre otras acciones, al pegarse a las majas de Goya del Prado —una acción similar a la que ya habían realizado activistas internacionales de Just Stop Oil por toda Europa—, cortar parte de la M-30 de Madrid o una etapa de la Vuelva a España e intentar amarrarse a la tribuna del Congreso.
El grupo, que se define así mismo como “un colectivo de desobediencia civil y acción directa que lucha contra la crisis climática mediante la adopción de un sistema agroalimentario basado en plantas”, explica una cadena de tuits, en los que muestra la foto de dos mujeres jóvenes sentadas junto al cartel, que su objetivo era impedir el tráfico aéreo y denunciar que “ningún partido político” presenta a las elecciones generales del domingo “medidas a la altura” para hacer frente a la “amenaza de la crisis climática”.
Con esta acción, el colectivo pretende hacer un “llamamiento” a la población para que, con independencia del resultado de las elecciones del 23 de julio, “se organice para hacer frente a las peores consecuencias de la crisis climática”. En la nota, Futuro Vegetal responsabiliza, sin dar nombres, a “determinados políticos” de tener “posicionamientos abiertamente negacionistas” del cambio climático, aunque también critica que “otros” den una “falsa sensación” de que se toman “en serio”el problema con unas propuestas que se limitan a ser “meras reformas” que al final solo refuerzan “el sistema que ha traído a esta situación”.
“Está claro que no todos los partidos son iguales, pero también que solo la sociedad organizada puede impulsar los cambios que necesitamos para tener un territorio habitable”, señalan. Según el colectivo, su campaña no va dirigida a posicionarse a favor de la abstención en las elecciones, sino que lo que pide es “construir en común”, superando diferencias e intereses.
EL PAÍS charló en febrero con seis de los miembros de este colectivo, jóvenes, con estudios universitarios y dispuestos incluso a ser encarcelados para lograr su principal reivindicación, acabar con las subvenciones a la industria cárnica como palanca para cambiar el sistema alimentario. “Aunque nos da mucho miedo, estamos dispuestos a ir a la cárcel. Es más aterrador el futuro climático que nos espera”, contaron a este diario. Su última acción fue en marzo, cuando irrumpieron en la primera Cumbre Agroalimentaria de Barcelona.
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