El plan educativo de Ayuso: de incentivar la formación profesional a eliminar “contenidos ideológicos” de las aulas

La medidas en materia de educación del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso apenas han copado 15 minutos de la casi hora y media que ha durado el debate de investidura, celebrado este martes en la Asamblea de Madrid. La presidenta de la Comunidad ha anunciado con cuentagotas algunas de las claves ―muchas ya conocidas― que definirán el plan educativo de la región durante próximos cuatro años. Por ejemplo: luchar “contra la politización y los contenidos ideológicos en las aulas”, crear un bachillerato de excelencia de las artes o subir el 15% del gasto para los centros concertados, algo que ya reveló por sorpresa el pasado febrero. La principal novedad está en la Formación Profesional (FP). Madrid ―una de las dos únicas regiones, junto a Cataluña, que cobra por inscribirse en la pública (400 euros)― invertirá unos 20 millones de euros para bajar el coste de la matrícula de hasta 50.000 alumnos de FP superior, aunque la reducción del precio dependerá de sus resultados académicos.

“Apostamos por la FP digitalizada, bilingüe y de excelencia, también por grados universitarios con itinerarios duales y por la convivencia de los estudiantes de ambos modelos, la formación profesional y la universidad [...] bajaremos los precios públicos de la formación profesional de enseñanza superior en virtud de los resultados académicos de los alumnos para premiar su esfuerzo y continuar con la excelencia”, ha detallado Ayuso. Hace siete días, la Comunidad de Madrid aprobó una inversión de 30,5 millones de euros para becas de FP destinadas a más de 12.000 alumnos de grado superior en centros privados. “Los importes que recibirán los beneficiarios serán de 3.250, 2.875 y 2.500 euros, en función de la renta per cápita familiar”, señalan en una nota. En este caso, no se indica que la beca dependa de los resultados académicos de los estudiantes, solo que “se priorizará para la concesión a los estudiantes con menos recursos económicos”.

Desigualdad en la financiación

La presidenta ha calificado el modelo educativo de la región como un ”éxito para todos” y donde “la educación pública, concertada, privada y especial conviven sin ser enfrentadas”. Aun así, el único anuncio de gasto concreto, además del destinado a la FP y las becas deportivas o Erasmus, ha sido para la concertada. “Las escuelas concertadas verán incrementada un 15% su retribución por gastos de funcionamiento y los destinados al personal no docente”, ha señalado. El aumento contrasta con el plan previsto en los Presupuestos de 2023 para los colegios públicos, que preveían una subida del 3,2% y un recorte del 2,5% para los institutos.

Isabel Galvín, presidenta de la federación de enseñanza de CC OO en Madrid, critica que de este desequilibrio en la financiación “parten todos los déficits de la educación de Madrid”. “No ha anunciado incremento de presupuesto. No tiene plan plurianual ni perspectiva de incrementarlo. Seguiremos siendo los últimos de la fila en inversión educativa. Menos inversión pública en educación significa más costes para las familias y más desigualdades”, añade.

Casi al final de la intervención, Ayuso ha mencionado que “va a reducir en un 30% el coste del comedor escolar en educación infantil y primaria para familias monoparentales con dos hijos”. Pero las becas comedor tienen trampa: una familia de dos adultos y dos niños que ingresan como máximo 12.000 euros al año ―por debajo del umbral de la pobreza fijado por el estado―va a pagar todavía 20 euros por niño al mes, porque no es candidata para la ayuda máxima al comedor en la Comunidad de Madrid. “[Está] discriminando a los niños y niñas, y a los jóvenes cuyas familias no pueden destinar parte de su salario a más que llenar la nevera o pagar la hipoteca, con lo que no pueden financiar gastos en complementar la educación de sus hijos”, afea Galvín. Mientras, la presidenta ha recordado que “van a ayudar a la conciliación de las familias fomentando la contratación de personas que trabajen en casa”. Este es el bautizado como cheque canguro, una ayuda con un presupuesto de 2 millos de euros y destinada a familias que ganen 90.000 euros o más al año.

“El tercer reto que nos hemos propuesto es conseguir una educación libre, plural y de calidad. [...] Donde la libertad de elección de las familias, de los propios alumnos y docentes, es fundamental. Seguiremos trabajando contra la politización y los contenidos ideológicos en las aulas”, ha seguido Ayuso. Para Galvín, la mención a contenidos ideológicos supone “adoptar el discurso de Vox, pero sin Vox en el gobierno”. “Habría que saber a qué se refiere exactamente. Los currículos fundamentalmente son científicos y en cuanto a los valores, se basan en los pilares de la democracia. Poner en cuestión eso es poner en cuestión la institución escolar y lo que hace el profesorado” añade la secretaria, y se pregunta: “¿Esa supervisión o censura de los currículos quién la hará?”.

No es la primera vez que la líder conservadora habla de “eliminar” contenidos de las clases. Ya en mayo de 2022, la presidenta presumía en Twitter de que quitaría de los currículos de ESO y Bachillerato “30 conceptos sanchistas que no adoctrinarán a los alumnos madrileños”. Entre ellos, se incluían la emergencia climática, la diversidad identitaria o la memoria democrática.

En contraposición, el Gobierno regional colaborará con instituciones como la Real Academia Española o la Real Academia de Historia “para proponer lecturas básicas de textos clásicos españoles” en colegios a institutos. Entre las lecturas obligatorias para el curso 2022-2023 en la ESO y Bachillerato ya se incluyen novelas de autores nacionales como La Celestina, El Lazarillo de Tormes, Fuenteovejuna, El sí de las niñas, Los pazos de Ulloa o poemas del siglo de oro, entre otros.

“Prestigiar” el grado de magisterio

“Finalmente, en lo que respecta a mejora de las condiciones de los profesores y maestros, queremos prestigiar y reforzar las carreras las Facultades de Ciencias de la Educación a la altura de las más importantes”, ha avanzado Ayuso durante su intervención. La explicación de la medida la ha publicado el Gobierno regional en una nota de prensa: “La Comunidad de Madrid mejorará la formación de los docentes elevando el grado de experimentalidad en magisterio”. El objetivo es que el grado de magisterio en las universidad madrileñas pase de ser una carrera de grado I a una de grado III, como lo son Medicina, Farmacia o Ingeniería.

La medida, recoge el texto, se adoptará de acuerdo con las universidades de la región y el ministerio del ramo. “Los alumnos que se formen como futuros docentes no solo recibirán una formación más avanzada y accederán a un mayor número de prácticas, sino que en paralelo se elevará la nota de corte para acceder a estos estudios”. La Comunidad no especifica cómo se va a reducir la nota de corte, que depende de la demanda de alumnos y de las plazas ofertadas. Aunque el escrito sí avanza que “habrá una reducción de personas por aula”, sin concretar si eso significa disminuir la oferta. “[La medida] hará posible una práctica real que se traducirá en una selección más exhaustiva de los estudiantes”, añade.

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