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Las claves del incendio en un restaurante de Madrid: licencia de cocina desde 1997 y el rastro borrado por los decoradores

La normativa municipal prohíbe el material inflamable en el recorrido hasta las salidas de los locales. El establecimiento, donde han muerto dos personas, es una franquicia de un grupo empresarial sevillano y abrió en enero de 2022

El restaurante Burro Canaglia Bar&Resto, precintado tras el incendio, el sábado. A la derecha, la licencia de la cocina del local.

El incendio del restaurante italiano Burro Canaglia en Madrid, que provocó dos muertos en la noche del viernes, continúa bajo investigación. Ocho de los 12 heridos en el siniestro del local, ubicado en la plaza de Manuel Becerra, siguen hospitalizados. La principal hipótesis apunta a que un plato flameado rozó la decoración vegetal de plástico que había en las paredes del local y prendió a toda velocidad. La investigación se centra ahora en determinar si estos elementos decorativos, fundamentalmente plantas de plástico colgantes, estaban en el restaurante desde su inauguración, en enero de 2022. Estas son algunas de las claves que se van esclareciendo 48 horas después del suceso:

El local sí cuenta con licencia de cocina. En las últimas horas, ha circulado un pantallazo a la red social de Twitter con una supuesta licencia del local. Ahí se dice que el local tiene una licencia de bar “sin cocina”. El mensaje se ha compartido entre cientos de usuarios. Ya ha sobrepasado las 500.000 visualizaciones en menos de 10 horas. Este usuario solo cuenta con 262 seguidores. Otros perfiles, con miles y miles de seguidores, han copiado ese pantallazo y también han compartido el mismo mensaje: “No tiene licencia de cocina”. También varios medios de comunicación. La realidad es que este local, según ha podido saber EL PAÍS, sí cuenta con licencia de cocina desde 1997. Fuentes municipales apuntan también que el mensaje que circula desde hace unas horas no coincide tampoco con lo amparado en la licencia.

Licencia de cocina del restaurante.
Licencia de cocina del restaurante.

En la licencia de cocina, que se autorizó en 1997 al establecimiento que estaba antes, puede leerse que cuenta con la autorización municipal para tener una cocina equipada con cuatro fuegos, una plancha de gas butano y un horno eléctrico. Cuando se traspasa un local ―como es este caso, donde antes había un bar y ahora un restaurante italiano― la licencia no se pierde si es para ejercer la misma actividad. “Eso sí”, apunta una fuente municipal del área de Urbanismo, “tienen que adaptarse a las normas vigentes en cada momento y pedir licencia de obras si hacen reforma. Pero la licencia de actividad se mantiene si esta no cambia”.

El techo de plantas de plástico. Según la normativa municipal vigente, existen serias restricciones a la hora de usar material inflamable en techos y paredes. En concreto, la ordenanza recoge que los techos y paredes de “caminos protegidos” deberán contar con “materiales combustibles no inflamables”. Se define como recorrido protegido el que lleva “hasta el espacio exterior seguro o hasta un sector de riesgo nulo”. En este caso, el único camino hasta la salida era el de la puerta principal, porque existía una antigua puerta de emergencia que da a un portal, pero estaba sellada. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, aseguró el sábado que aún se está investigando si el restaurante cumplía con todos los requisitos técnicos, pero sí podía confirmar que “por el tamaño y el número de comensales”, no era obligatorio que contara con salida de emergencia. También aseguró que había una treintena de personas en el interior, entre clientes y trabajadores.

El local se inauguró en enero de 2022. Es un franquiciado del grupo sevillano Burro Canaglia. Al frente de este proyecto se encuentran Jesús Laborda, Sira Farfán, Joaquín Domínguez y Socorro Pérez. Los cuatro han sido la cara pública de esta propuesta gastronómica con la que aspiraban a convertirse en un “nuevo referente de restauración italiana a nivel nacional”, según sus propias palabras al Diario de Sevilla hace un año.

Interior del restaurante Burro Canaglia en Manuel Becerra, Madrid, en una imagen de su página web.
Interior del restaurante Burro Canaglia en Manuel Becerra, Madrid, en una imagen de su página web.BURROCANAGLIA

La desaparición del rastro de los decoradores. Hasta el día del incendio, la empresa Garrigues Retail incorporaba en su lista de proyectos el del restaurante Burro Canaglia de la plaza Manuel Becerra. En él detallan que se encargaron del “proyecto básico y de ejecución, gestión de licencia, dirección de obra, project management y construction management”. Sin embargo, ahora esa entrada y la de otro restaurante del mismo grupo en Barcelona están eliminadas y también han borrado todo rastro de esa colaboración en sus redes sociales. Sin embargo, se sigue pudiendo acceder a ellas gracias a la indexación de Google. Así, se puede leer que la empresa, compuesta por “apasionados por el diseño y el retail y responsables de más de 305 proyectos para marcas de referencia”, ejecutó este encargo a finales de 2021 en nueve semanas. “El gran reto de este proyecto consistió en la rápida elaboración del proyecto ejecutivo, con el objetivo de empezar los trabajos cuanto antes, con el objetivo de anticipar la apertura lo máximo posible”, especificaban en su web antes de eliminarlo.

“Además de realizar las cuantiosas demoliciones previas, se consideran unas instalaciones completamente nuevas, acompañadas de nuevos acabados, y pequeños cambios durante la ejecución para adecuar el local a los deseos explícitos de la propiedad”, apuntaban. El restaurante abrió en Madrid en enero de 2022, es una franquicia y se enmarca dentro de la gran expansión que experimentó el grupo el año pasado. En un texto en el que el propio grupo definió 2022 como el de la “revolución canalla”, la empresa anunciaba que en esos 12 meses facturaron 15 millones de euros, con los que doblaron la cifra del año precedente, y pasaron a tener 18 restaurantes en 8 ciudades. EL PAÍS ha intentado ponerse en contacto tanto con Burro Canaglia como con Garrigues Retail, una compañía con sede en Madrid, sin obtener respuesta por el momento.

Las inspecciones del Ayuntamiento de Madrid. El Ayuntamiento de Madrid, a través de su portal de datos abiertos, también publica el detalle de las inspecciones de prevención de incendios, pero allí no consta ninguna actuación sobre el establecimiento Burro Canaglia Bar&Resto, ni sobre ningún local situado en el número 16 de la plaza de Manuel Becerra. En este registro, que incluye datos desde el año 2017 y hasta finales de marzo pasado, sí aparecen otros locales cercanos, como el Burger King situado en el número 12 de la plaza. Estas inspecciones son supervisiones relacionadas con las licencias de primera ocupación y funcionamiento, pero también con actuaciones de oficio o sobre locales que presenten irregularidades.

La ubicación del parque de bomberos, clave. El restaurante se encuentra a algo más de 100 metros de un parque de bomberos. Apenas unos minutos después de que comenzara el incendio, un ciudadano se acercó corriendo a alertarlos y una parte de ellos acudió a pie hasta el fuego. A las 23.01, cuando entró la primera llamada de alerta, los bomberos ya estaban rescatando víctimas. A las 23.10, el jefe del operativo anunció que el fuego estaba extinguido. En esos 10 minutos se produjo la tragedia. Los dos fallecidos son un trabajador de 25 años y una clienta de 42 que estaba cerca de la puerta, según explicó el alcalde. Ervigio Corral, directivo de guardia del Samur Social, ha apuntado este sábado a que si los servicios de emergencias hubieran tardado un poco más, el incendio habría supuesto “la muerte de todas las personas que se encontraban dentro”.

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