El nuevo delegado del Gobierno en Madrid promete continuidad en el puesto ante las muecas de Ayuso

Tres presupuestos generales del Estado aprobados, una inversión del Gobierno central de 6.223 millones de euros en Madrid, la subida de las pensiones, el incremento del salario mínimo interprofesional... Conforme Francisco Martín, nuevo delegado del Gobierno en Madrid, iba enumerando este jueves en su toma de posesión los logros de Moncloa, la cara de la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, mostraba todo lo que no decía con palabras. Situada por protocolo justo detrás de Martín en el estrado, su expresividad facial han sido de lo más comentado en el cóctel posterior. El que sí hablaba susurrando, al lado de la delegada saliente, Mercedes González, era el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, y lo ha hecho ante los periodistas al acabar el acto. “Ha sido un mitin del sanchismo fuera de lugar”, ha asegurado el regidor ya fuera de la sede institucional.

El nuevo delegado ha metido el dedo en la llaga del talón de Aquiles del Gobierno de Ayuso, el de la sanidad, que tantos quebraderos de cabeza ha generado a la presidenta, con huelgas y manifestaciones masivas incluidas. “Según reflejan todos los estudios, la evolución de nuestra sanidad es hoy la principal preocupación de los madrileños. En el ámbito de sus competencias, el Gobierno de España ha dedicado más de 102 millones de euros para la compra de equipos de alta tecnología”, ha defendido. Ayuso no se ha quedado callada y ha respondido en un acto posterior sobre la inauguración de una nueva zona verde en Madrid: “No creo que los actos institucionales deban convertirse en actos de partido”.

“Va a haber continuidad en lo que ya se hacía en la delegación, porque todo iba bien con Mercedes, no voy a entrar como elefante en cacharrería”, contaba ya más relajado el nuevo delegado entre bandejas de comida que iban y venían. Su antecesora se marcha a dirigir la Guardia Civil tras la dimisión de María Gámez en medio de una nube de casos de corrupción que salpican al instituto armado. La continuidad se aplica también a la relación con Almeida, porque el primer acto conjunto entre el alcalde y Mercedes González también se recordará por el intercambio de reproches que protagonizaron y que ella misma definió como un “espectáculo de Pimpinela”. Este jueves, González ha bromeado con esa relación de tiras y aflojas.

Más allá de las caras de Ayuso y el pique con el regidor, Martín, consciente del desconocimiento de la sociedad sobre su persona, ha aprovechado sus primeras palabras para presentarse. Se trata del quinto delegado en la Comunidad de Madrid bajo el Gobierno de Pedro Sánchez. 41 años, hijo de un asturiano y una soriana, ingeniero de montes, afiliado al PSOE a los 19 años, secretario general de la Presidencia hasta ahora, bailarín de claqué y alumno de la educación pública, concertada y privada. Se enamoró de su mujer hablando de la sanidad pública en el barrio de La Latina y se mudó a Soto del Real para formar su familia. “Así, así, muy bien”, ha expresado el líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, exalcalde y vecino del municipio, cuando ha nombrado su pueblo. Precisamente será este lugar el elegido para su primer acto público como delegado, cuando celebre la junta de seguridad en esta localidad este lunes.

“Llamadme Fran”, ha pedido en su discurso. Fran, como él pide, fue pieza clave en la exhumación de Franco del Valle de los Caídos en 2020, y estuvo al frente de la organización de la última cumbre de la OTAN que se celebró el verano pasado en Madrid. A su toma de posesión han acudido multitud de compañeros socialistas. Además de Lobato, estaba la candidata a la alcaldía de Madrid, Reyes Maroto, y varios regidores de municipios de la comunidad, que en un momento del discurso sobre los logros del Ejecutivo de Pedro Sánchez se han arrancado a aplaudir. Su familia estaba en primera fila y también le ha arropado su exjefe, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Martín ha pedido perdón a sus tres hijos, emocionado por si alguna vez no ha estado, y ha agradecido a su esposa por ser su compañera de vida.

El nuevo delegado no se ha referido a algunos de los problemas de seguridad de la ciudad, como la actividad de las bandas juveniles, que ya ha dejado un asesinado en lo que va de año en Madrid. Sí ha mencionado su preocupación por la violencia de género, la desigualdad y la vivienda. De nuevo, una promesa: “Desde esta delegación haremos todo lo necesario para garantizar la buena ejecución de la Operación Campamento, en la que se desarrollarán 12.000 viviendas, el 60% protegidas”.

Los retratos de los exdelegados de Gobierno acompañan el ascenso de la escalera que se sitúa a la entrada de la sede institucional. El próximo en colgar será el de Mercedes González, que aún tiene que decidir cuál poner. Una delegada que dijo adiós antes de lo que pensaba para dar paso a Fran.

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