Sanitarios de Madrid encerrados una semana en el centro vecinal de Manoteras: “Esto tiene un efecto bola de nieve”

Hace ocho días, un grupo de médicos de familia y pediatras que no se conocían de nada decidió encerrarse en el centro vecinal del barrio de Manoteras. La huelga en Atención Primaria cumplía seis semanas ―tras la tregua temporal durante las navidades― y la última reunión con la Consejería de Sanidad, celebrada el 11 de enero, había sido, otra vez, un fracaso. La portavoz del comité de huelga, Ángela Hernández, anunció tras el encuentro que retomaban el paro indefinido de casi 5.000 profesionales, porque no estaban de acuerdo con las propuestas de la Comunidad de Madrid. No es fácil mantener el ánimo durante 55 días seguidos. La pérdida económica, el descrédito constante de algunos dirigentes políticos y la sobrecarga de trabajo acumulada hicieron mella en los sanitarios. Pero el encierro ha reavivado el espíritu de lucha. Desde que comenzó, más de 100 profesionales de distintas partes de la región se han sumado a la acción reivindicativa y ya hay previstas actuaciones similares con otras asociaciones vecinales.

“Esto está creciendo. Tiene un efecto bola de nieve”, ha valorado este jueves Ana Sánchez, médico de familia en el centro de salud Gandhi, del distrito San Blas-Canillejas, y una de las sanitarias que inició el encierro el pasado 19 de enero. Ella y el resto de profesionales han celebrado que se cumple una semana desde que el centro vecinal de Manoteras se convirtió en “su casa” con una rueda de prensa, para explicar cómo van a continuar las reivindicaciones. “Veíamos los ánimos difíciles de mantener, pero rendirse no era una opción. Debíamos hacer algo diferente, para que se nos escuchara de verdad. Ocho días después es imparable. Los profesionales hemos despertado con más fuerza”, ha añadido.

La intención de los sanitarios es prolongar el encierro de forma indefinida hasta que se llegue a un acuerdo “de verdad” con la Consejería de Sanidad, ha anunciado Fran García, de 55 años y médico de familia en el centro de salud Jazmín, en el distrito de Ciudad Lineal. Además, se han reunido con otras asociaciones vecinales, como la de San Fernando de Henares o Carabanchel, para coordinarse e impulsar más acciones que muestren la “fuerza entre médicos y pacientes”. Aunque no han querido revelar en qué van a consistir o si habrá más encierros en otros puntos de la región. Solo han avanzado dos nombres: proyecto Gratis y proyecto Sume. También el proyecto Socios, un llamamiento a que sanitarios y ciudadanos se hagan socios de la asociación de Manoteras y paguen la cuota anual de 22 euros como acción “simbólica” para agradecerles su ayuda.

El apoyo de los vecinos con los profesionales encerrados ha sido constante. Todos los días reciben visitas. Les llevan fruta, leche, bizcochos, les preguntan si necesitan algo, organizan debates, escriben mensajes de apoyo y hasta les han regalado una pancarta con “encierro médicos Manoteras” escrito para llevar a las manifestaciones. Y a las ocho, como se popularizó durante la pandemia, un aplauso. Esta vez, por la Atención Primaria. “Es un antes y un después en el formato de la huelga, un altavoz bestial. Es diferente y un poco más efectivo, porque estamos cerca de los pacientes y podemos hablar con ellos. Queremos llevarlo a otros locales y con más compañeros”, ha dicho García. El objetivo: presión, visibilidad y mantener las ganas de pelear. Están ilusionados y se sienten reforzados: “Vamos a demostrar a la Consejería de Sanidad que la relación médico paciente es fortísima”.

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