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“Abandonados” sin desayuno ni ducha el domingo en la residencia pública de Alcorcón

Las trabajadoras de un hogar de mayores de la Comunidad de Madrid hablan de su hartazgo por una falta de personal que les impide dar una atención digna: “Tienen que desayunar en las camas llenos de orines”

Familiares y residentes frente a la residencia pública de Alcorcón, este lunes por la tarde.Foto: OLMO CALVO
Fernando Peinado

Se suponía que la calidad de la atención en las residencias de mayores iba a mejorar tras la pandemia de coronavirus, pero en la pública de Alcorcón, perteneciente a la Comunidad de Madrid, todo va a peor, según trabajadores y familias de este centro de 218 plazas en el sur de la región. El domingo por la mañana, como es costumbre, los familiares han ido a pasar el día de descanso con sus seres queridos y, para su disgusto, al mediodía se han encontrado a muchos en situación de “abandono” en sus camas, sin asear ni desayunar. Faltaban dos de las cinco trabajadoras en un ala del centro donde viven 40 personas dependientes. Indignados, varios de ellos han avisado al teniente de alcalde de este municipio en el sur de la región de Madrid, Jesús Santos (de Podemos), que ha grabado el hartazgo de las trabajadoras por la situación penosa que tienen que soportar. Los audios, verificados por EL PAÍS, pueden ser escuchados clicando en la foto que abre esta noticia.

“Como no nos da tiempo a ducharlos y asearlos, pues tienen que desayunar en las camas llenos de orines y de deposición”, dice en un audio una trabajadora, cuya voz ha sido distorsionada para proteger su identidad. “Es imposible ducharlos a todos, darles la atención adecuada que nosotras creemos que tenemos que hacer”, señala otra. Probablemente más peligroso es que solo había dos enfermeras para todo el centro, de modo que las auxiliares tienen que suministrar los medicamentos, sin estar preparadas para ello. “Tenemos que tener a una diplomada delante de nosotras para dar esa medicación y no están porque no pueden, porque hoy mismo solo hay dos enfermeras para toda la residencia”, advierte una cuidadora.

El abandono en la residencia de Alcorcón ha sido denunciado desde hace años por las familias. En abril de 2017, fue hallado en el jardín el cuerpo sin vida de un hombre con alzhéimer tras casi un día desaparecido sin que los empleados lo echaran en falta. Dos meses después, un hombre denunció que su madre falleció por falta de seguimiento médico. Durante la primera ola de la pandemia, fue una de las más golpeadas por la denegación de auxilio de los hospitales que cumplían el protocolo de la Comunidad. Murieron entonces 64 mayores que vivían en el centro, casi un tercio del total. En la placita de la entrada al centro varios árboles han sido decorados con fotos de los fallecidos.

La imagen de un residente que murió durante la pandemia pegada en un árbol del parque que hay junto a la residencia.
La imagen de un residente que murió durante la pandemia pegada en un árbol del parque que hay junto a la residencia. Olmo Calvo

En la tarde del domingo, EL PAÍS visitó la residencia. Una veintena de mayores paseaban o se encontraban sentados en los jardines del recinto sin que se apreciara la presencia de un solo cuidador en esas zonas. En un aparte, varias cuidadoras con cara de agotamiento decían que nunca habían trabajado en peores condiciones. “Estamos tratando con seres humanos. No son cosas inanimadas. Sienten y padecen. Los responsables de las residencias se han olvidado de eso. De que son seres humanos”, decía una. Las trabajadoras denuncian una lista de problemas que parece interminable: grúas averiadas, comida en mal estado, falta de medicamentos... Dicen que la dirección, dependiente de la Comunidad de Madrid, es insensible y que las inspecciones no detectan estos problemas. “Tenemos un planillo diario que es una mentira porque incluyen a trabajadoras que están de baja, por si viene la inspección”.

“Lo que nos cuentan es una verdadera película de terror”, denuncia Santos, el teniente de alcalde y también diputado regional por Unidas Podemos. “Nuestros mayores deberían estar siendo cuidados en condiciones y disfrutando de su jubilación, no sufriendo”.

“Sin voluntad de sancionar”

Esta situación contrasta con los mensajes de la Comunidad de Madrid, que ha aumentado este año un 18% el presupuesto destinado a los mayores. Según la consejería de Concepción Dancausa, el Gobierno regional va a destinar 1.090 millones de euros a su atención. Buena parte de ese aumento ha servido para pagar un plus a las residencias privadas que tienen plazas concertadas con la Comunidad. Las asociaciones de familias niegan que se perciba mejoría en los centros. El principal problema sigue siendo la falta de personal, que es el costo mayor en la gestión de las residencias, pero el departamento de Dancausa “no tiene voluntad de inspeccionar y sancionar”, critica Miguel Vázquez, presidente de Pladigmare.

La mejora de los ratios de cuidadores por residentes ha sido uno de los asuntos más espinosos en la negociación del Gobierno central con las comunidades para mejorar la calidad de las residencias. Las partes aprobaron un acuerdo por 10 a nueve, con la oposición de la Comunidad de Madrid. Las regiones opuestas a la reforma protestaron por la falta de financiación adicional para mejoras costosas.

Alberto Nieto, de 82 años, era uno de los familiares que denunciaba el “abandono total” del domingo en Alcorcón. Su esposa Noelia, una gran dependiente, lleva 10 años en el centro y siente que cada vez la atención es peor. Habla en el dormitorio donde vienen a verla a diario él y su hija Mariví. Sobre la cama tiene una cartulina con una foto celebrando el 81 cumpleaños de Noelia. En la mañana, Mariví llegó a las 11.00 y se encontró a su madre encamada. Para esa hora ya deberían haberle dado de comer, aseado y vestido. Nadie se había acercado a atenderla a pesar de que precisa cambios de postura frecuentes para que no le salgan escaras.

“Es inhumano, es vergonzoso y no cargo la culpa a las trabajadoras”, dice Alberto.

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Sobre la firma

Fernando Peinado
Es reportero de la sección de Madrid desde 2018. Antes pasó ocho años en Estados Unidos donde trabajó para Univision, BBC, AP y The Miami Herald. Es autor de Trumpistas (Editorial Fuera de Ruta).

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