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El banco malo no ejecuta ningún desahucio en la Comunidad de Madrid desde septiembre

La Sareb cuenta con 2.912 viviendas en la comunidad

Segundo intento de desahucio a un matrimonio de 79 y 82 años en Carabanchel.
Segundo intento de desahucio a un matrimonio de 79 y 82 años en Carabanchel.Alejandro Martínez Vélez (Europa Press)

Los colectivos antidesahucios de Madrid han observado en los últimos meses un llamativo cambio de comportamiento en la Sareb (Sociedad de Activos de Reestructuración Bancaria), el llamado banco malo, que gestiona todavía 45.618 viviendas en España, de acuerdo a su página web, de las que se desprendieron los bancos. De ellas, 2.912 están en la Comunidad de Madrid, donde destacan los municipios de Madrid, con 1.290 viviendas disponibles, y luego Parla (450), Getafe (106), y Alcalá de Henares, con 91 pisos en propiedad, respectivamente.

La sociedad se muestra los últimos meses más compasiva con los inquilinos que no pueden pagar su alquiler, y está procediendo a retirar sus demandas de desahucio. Le sucedió a Noemí Gómez, que hace pocos días vio cómo ella, embarazada de cinco meses, su hijo de cuatro años y su pareja eran expulsados del que era su hogar desde 2019, para ser readmitidos tres horas después. Los muebles, juguetes y enseres colocados en casas de amigos y familiares recorrieron un camino disparatado de ida y vuelta en 24 horas.

La sorpresa fue generalizada en la familia y en la Asamblea de Carabanchel, que ejercía su defensa. A pesar de precintar la vivienda e instalar la habitual alarma, una mediadora de la Sareb, llamó a las tres horas a Noemí. “Me dijo que me devolverían las llaves, y además quisieron que firmara un contrato con el que se comprometen a buscarme una vivienda mejor en dos meses”, relata. La casa por la que lleva luchando dos años no se puede calificar ni de estudio: 16 metros cuadrados, claramente insuficientes para los tres convivientes actuales, que serán cuatro en unos meses. “Yo firmé, y estoy a la espera de que cumplan” explica la mujer, preceptora de la Renta Mínima de Inserción, ya de nuevo desde su domicilio en la calle Rascón, en el barrio de San Isidro.

La sociedad no quiere dar explicaciones de lo sucedido, más allá de lo que publicó el mismo día en su cuenta de Twitter. El comunicado del banco malo decía lo siguiente: “No obstante, la paralización no se ha podido conseguir ante la negativa de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad allí presentes, que no han considerado oportuna la propuesta”. El mensaje sorprendió por su beligerancia contra la policía y el juzgado de instrucción número 29, que tampoco han querido hacer declaraciones a este periódico sobre este acontecimiento: el propietario se apiada del inquilino.

Sin embargo, este cambio de actitud de la Sareb no es un hecho aislado desde hace unos meses. Daniel Vega, miembro del sindicato de vivienda de Carabanchel, cree que “este modus operandi de la empresa es largamente conocido por el movimiento de vivienda: se presiona a la familia inquilina sin querer negociar ni hablar con ella para, en el último momento, si no se van, retirar la demanda y volver a estudiar si cumplen con criterios de vulnerabilidad social, aunque ya esté acreditada ante los servicios sociales”.

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Desde septiembre del año pasado, la Sareb está pidiendo a los juzgados de Madrid la retirada de las denuncias que interpusieron de los procesos de desahucio que antes llevaban hasta el final, aunque no lo reconoce al ser preguntada, e insiste a través de su departamento de comunicación en que se estudia caso a caso.

En las últimas semanas, no obstante, han repetido dos veces la jugada. El 28 de febrero se supo de la paralización del desahucio previsto en un edificio de esta entidad para el día 31 marzo de 12 familias de Carabanchel; el 24 de marzo solicitaron asimismo la retirada de la denuncia que habían presentado contra Marian y sus dos hijas, un día antes del desahucio programado en Nueva Numancia, en Puente de Vallecas, en Madrid. Y el 18 de marzo, el mismo día que Noemí, ocurrió con Isabel, víctima de violencia machistaSareb y vecina de Villalba.

La explicación a este fenómeno está, según las asociaciones antidesahucios, en la presión ejercida por ellas denunciando ante medios e instituciones los casos. También en que el Gobierno de España se ha hecho recientemente con el 51% del accionariado de la entidad para dar salida a la obligación definida por Europa de asimilar la SAREB como pública a todos los efectos de su deuda.

La única orden ya no es desalojar y vender a toda costa. Con el cambio de titularidad se decretó asimismo vía modificación legislativa que el objeto social de la Sareb es desde el 19 de febrero, además de vender, dar utilidad social de las viviendas. Esto obliga a la entidad a crear estrategias de cesión de inmuebles a entidades públicas o a entidades no lucrativas. Un mes y medio después, nada se ha movido. “Estamos pendientes de la tramitación parlamentaria del decreto, que se está produciendo actualmente”, explican desde la Sareb.

Los portavoces de los Ministerios de Economía, Transportes (que tiene las competencias estatales en Vivienda), ambas carteras socialistas del Ejecutivo, o Derechos Sociales, en manos de Unidas Podemos, declinan confirmar si existe una orden de limitar o retirar las órdenes de desahucios.

Valencia pide el traspaso de 8.500 inmuebles

El traspaso a los parques de vivienda pública de los inmuebles de la Sareb a las comunidades autónomas sería un importante giro en la inversión en un país con uno de los índices más bajos de vivienda pública. El Observatorio de Vivienda y Suelo del Ministerio de Transportes explicó que la media de la Unión Europea se sitúa en un 4%, en cuatro hogares sociales por cada 100 habitantes, mientras que España no llega a alcanzar el 1% de vivienda social. Trasladado a la región madrileña, el índice se desploma hasta un 0,31%.

Algunas regiones están moviendo ficha: el Gobierno valenciano pedirá a la ministra Calviño el traspaso de los más de 8.500 inmuebles a la Comunidad, la bolsa más grande. El vicepresidente Héctor Illueca se entrevistará hoy con responsables del ministerio.

España no alcanza ni el 1% de vivienda social, tres puntos menos que la media europa

El  traspaso a los parques de vivienda pública de los inmuebles de la SAREB a las comunidades autónomas, (2.912 en el caso de Madrid, se repite la cifra más abajo), que son las administraciones con competencias en materia de vivienda, sería un importante giro en la inversión en un país con uno de los índices más bajos de vivienda pública. El Observatorio de Vivienda y Suelo del Ministerio de Transportes explicó que la media de la Unión Europea se sitúa en un 4%, en 4 hogares sociales por cada 100 habitantes, mientras que España no llega a alcanzar el 1% de vivienda social. Trasladado a la región madrileña, el índice se desploma hasta un 0,31%.

Fuera de Madrid algunas regiones están moviendo ficha: es el caso  de la Xunta de Galicia presidida por el popular Alberto Núnez Feijóo, que en enero de este año urgió a que el Estado cambiase los criterios de los contratos de alquiler para evitar la desprotección de las familias. También las Corts Valencianes, de gobierno en coalición PSPV-Compromís, solicitaron a finales del mismo mes y a través de su Consejería de Vivienda a Nadia Calviño, ministra de Economía, poder gestionar los inmuebles de la Sareb que se encuentran en la autonomía.

El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso por su parte no ha hecho, ni por mandato de la asamblea ni por iniciativa propia, movimiento alguno hasta ahora para negociar con el Estado la situación de los 8.600 inmuebles de la Sareb en la región, de los que 2.912 son viviendas. El resto son parcelas sin construir, locales comerciales, trasteros, garajes y promociones, varias de ellas paradas o en construcción pero en avanzado estado y que podrían ampliar la cartera de hogares disponibles.

Mientras, la Comunidad habla de casi 21.000 viviendas públicas en su bolsa, las últimas cifras dadas a conocer por la consejera del ramo, Paloma Martín, por lo que si el patrimonio de la Sareb se sumase, supondría un 14% de aumento del mismo. Actualmente la lista de espera de la Agencia de Vivienda Social es de 23.560 personas que cumplen los requisitos de entre las más de 40.000 registradas. Este dato procede de una solicitud de acceso ciudadana a información pública de septiembre de 2021. La Consejería de Vivienda ha declinado aportar el dato.

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