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Ayuso, choque con Vox y aplausos de la izquierda: “Los de las bandas latinas son tan españoles como Abascal”

La presidenta de Madrid desprecia a su único socio posible, que reclama el cierre de los centros para menores no acompañados, y pide la dimisión de Mónica García

Isabel Díaz Ayuso, durante el pleno de la Asamblea de este jueves 10 de febrero.Foto: ALBERTO ORTEGA (EUROPA PRESS) | Vídeo: EPV
Juan José Mateo

En la Asamblea de Madrid, lo nunca visto. Es jueves, habla Isabel Díaz Ayuso, y Serigne Mbayé, diputado de Podemos, se revuelve en su asiento, no para criticar sus palabras, sino para apoyarlas. Rocío Monasterio, de Vox, acaba de decir que la “inmigración ilegal causa terror en nuestros barrios” y le ha pedido a la presidenta el cierre de los centros que acogen a menores no acompañados “para proteger a los madrileños”. Con el PP y Vox compitiendo por seducir al mismo electorado en las elecciones del domingo en Castilla y León, la respuesta de Díaz Ayuso provoca todo un hito: el apoyo y la aprobación de los representantes de Más Madrid, PSOE y Podemos, unidos, primero, en una ovación que es una crítica a la extrema derecha; y sumidos, después, en la pesadumbre que les provoca que el PP gobierne precisamente gracias a Vox.

“Le agradezco la pregunta mitin. No tengo ninguna competencia en nada de lo que acaba de describir”, arranca Díaz Ayuso su respuesta a Monasterio. “Si reniega de la Comunidad de Madrid, de las competencias de Madrid, está perdiendo el tiempo y se lo hace perder a los demás”, le espeta a la portavoz del único partido dispuesto a apoyar al PP en la Asamblea. “La delincuencia no está relacionada con el origen de las personas, mezclan una y otra vez a los menas [menores extranjeros no acompañados] con todo“, recuerda la presidenta sobre la noche letal que se vivió el sábado en Madrid, cuando fueron asesinados dos jóvenes. Y remata: “Las bandas juveniles son españolas. En las bandas latinas hay emigrantes de segunda generación tan españoles como [Santiago] Abascal, como usted o como yo”.

Las palabras de la líder conservadora de Madrid llegan casi al mismo tiempo que la Operación Bacano, en la que la Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal perteneciente a la banda Dominican Don’t Play (DDP) asentada en las provincias de Toledo y Madrid, en la que tres de sus miembros están implicados presuntamente en el asesinato de un joven de 25 años el pasado sábado en el distrito madrileño de Usera.

Cuando acaban los aplausos, expresión sonora de la comunión de toda la Cámara contra Vox, llega el momento de la ironía y de la vuelta al choque diario entre los partidos.

“Señora Ayuso, está muy bien, pero si usted quiere mantener su discurso, estos no pueden ser sus socios, ni en Madrid ni en Castilla y León”, interviene inmediatamente el portavoz del PSOE, Juan Lobato, que recuerda que es precisamente la líder madrileña quien primero ha hablado de la posibilidad de que los dos partidos de derechas repitan alianza tras las elecciones autonómicas de este domingo.

“Cuidado con sus discursos, que está a esto de llamarse a sí misma social comunista”, ironiza más tarde Mónica García, la líder de Más Madrid. La jefa de la oposición ve luego cómo Díaz Ayuso aprovecha la réplica para reclamarle que dimita si no consigue demostrar su acusación de que la Comunidad ha regado de contratos a empresas relacionadas con la familia o las amistades de la presidenta.

Por su parte, Monasterio no se queda impertérrita y cariacontecida en el escaño. Al contrario. La polémica es la gasolina perfecta para alimentar el discurso de la extrema derecha. Si Monasterio arranca su intervención previa denunciando “la política blanda del PP y el PSOE con la inmigración ilegal”, el aplauso de la izquierda a Ayuso le proporciona un ejemplo con el que sustentar su argumento frente a sus votantes. Solo hay que repasar sus redes sociales. “La izquierda encantada aplaudiendo las políticas progres… mientras, los padres sin dormir preocupados por la seguridad de nuestros hijos”, escribe en Twitter.

Ni una señal de despecho. Ni un signo de que a Vox le moleste que la líder del PP critique sus planteamientos sin paños calientes tras haberle aprobado los Presupuestos, una rebaja fiscal o la reforma de la ley de Telemadrid que ha permitido que los dos partidos controlen la televisión y radio públicas. Señal, quizás, de que este jueves en la Asamblea ha ocurrido precisamente lo que quería Monasterio a las puertas de la votación de Castilla y León: una polémica que señale las diferencias entre PP y Vox justo antes de las urnas.

Reprobación de la consejera Dancausa

Por otra parte, el PP y Vox han evitado la reprobación de la consejera de Familia, Juventud y Política Social, Concepción Dancausa, tras desvelar la Operación Sana que al menos tres menores tuteladas por la Comunidad estaban siendo explotadas sexualmente por una red de proxenetas.

“Su descontrol fue aprovechado por las mafias para sojuzgar a las niñas”, ha dicho Emilio Delgado, de Más Madrid, durante el debate de la propuesta. “¡Ni una sola medida de protección! Era su puñetera responsabilidad y no han hecho nada”.

Así le ha continuado Paloma García Villa, de Podemos: “Ha demostrado falta de empatía. Ustedes no están capacitados para el puesto que ocupan. No puede seguir siendo consejera. Ustedes no tienen perdón”.

Una tesis compartida por Jesús Celada, del PSOE: “Su intervención [de la semana pasada, explicando el caso] fue la de una hooligan. Con tono chulesco, irrespetuoso, histriónico, resumido en la frase, esto no es ningún caso”.

Pero aunque la izquierda ha unido sus votos, Vox se ha desmarcado de la reprobación y ha permitido que la sesión acabara con una ovación cerrada del PP a Dancausa.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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