Brocha gorda
Isabel Díaz Ayuso sostiene, en el décimo aniversario del fin de ETA, que la banda terrorista está “más viva que nunca”
“ETA está más viva que nunca”. La frase la pronunció la semana pasada —10 años después de que la banda anunciase el “cese definitivo” de la violencia terrorista y 12 desde que cometió su último atentado en España— la presidenta madrileña. No fue un lapsus, ni un calentón. Isabel Díaz Ayuso argumentó a continuación la patente mentira: “ETA se creó para extorsionar instituciones y buscar la independencia del País Vasco y hoy se sienta en las instituciones, en los escaños, con los presupuestos de todos los ciudadanos y, por tanto, está más viva que nunca”. “¿No está viva?”, se autopreguntó. Por un momento parecía que se había dado cuenta de su exageración. Pero no. “Imaginemos que los 300.000 vascos que se han ido de su tierra y que son votantes del PP, de Vox o del PSOE deciden volver al País Vasco y cambiar el signo político. Imaginaos un Gobierno del PP. ¿Iba a permitir el señor Otegi que una persona votante del PP pudiera ir por cualquier municipio del País Vasco diciendo: ‘Soy votante del PP’, y que se le tratara con el respeto que tratamos a todo el mundo? Por supuesto que está vivo el terrorismo porque ese terror está trayendo ahora mismo sus efectos”, añadió.
La finalidad de ETA es la independencia del País Vasco.
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) October 23, 2021
Hoy se sienta en las instituciones mientras 300.000 vascos no pueden vivir en Libertad en su tierra.
Claro que sigue viva. No se puede negociar ni por matar ni por dejar de hacerlo. pic.twitter.com/hH8oQH8BP1
A la misma hora que la presidenta madrileña pronunciaba esas palabras, quienes padecieron los peores “efectos” del terrorismo, como el socialista Eduardo Madina, que perdió una pierna en un atentado cuando tenía 26 años, o Borja Sémper, del PP, que sabe que intentaron matarlo al menos tres veces, celebraban el aniversario de lo contrario: la derrota de la banda gracias a las fuerzas de seguridad del Estado y a todos los que, como ellos, se jugaron literalmente la vida para combatir el terror. Al contrario que Ayuso, ambos acatan la decisión del Tribunal Constitucional sobre la legitimidad de EH Bildu para participar en las instituciones y rechazan afirmaciones como la de Pablo Casado, quien comparó a los diputados con los terroristas que asesinaron a 90 personas en la discoteca Bataclán. En el libro que han escrito juntos, Todos los futuros perdidos, ideado precisamente contra el riesgo de olvido de lo que supuso el terrorismo, también explican que se niegan a creer que cuando ETA perpetraba 100 asesinatos al año y la izquierda abertzale tenía más de 200.000 votantes, estos “estuvieran convencidos de que matar tenía una utilidad”.
Ser más papista que el Papa, en este caso, que el Tribunal Constitucional y, sobre todo, que las víctimas y su enorme sacrificio, es frivolizar con la mercancía más delicada: el dolor ajeno. Se lo ha recordado muchas veces al PP Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio, concejal de ese partido asesinado por ETA en 1995. La presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo ya avisó a Casado cuando este comparó “la agenda de Cataluña” con “la de ETA” pidiendo que no banalizara su sufrimiento.
No nos acostumbremos a la brocha gorda y escuchemos a las voces autorizadas, como la de Ordóñez, que cada día en su cuenta de Twitter recuerda a los asesinados por la banda y los casos por resolver.
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