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cañada real
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Luz en la oscuridad de la Cañada Real

A un año del corte de suministro de electricidad que dejó sin luz ni calefacción a 4.000 personas, los vecinos reclaman ser tratados como ciudadanos en igualdad de derechos y obligaciones

Vista general del sector 6 de la Cañada Real, donde está cortado el suministro eléctrico.
Vista general del sector 6 de la Cañada Real, donde está cortado el suministro eléctrico.David Expósito

Hoy se cumple un año desde que la empresa Naturgy en colaboración con el Gobierno de la Comunidad de Madrid decidieran apagar la luz para 4.000 personas, entre ellas 1.800 niños y niñas que viven, desde entonces en la oscuridad en la Cañada Real.

El invierno pasado, sin luz ni calefacción, varios bebés fueron ingresados en hospitales con síntomas de hipotermia y muchos adultos sufrieron quemaduras, tumefacciones y lesiones por caídas en la oscuridad. La muerte de una persona mayor como consecuencia del frío en su hogar fue denunciada por la familia del fallecido. El curso escolar para niños, niñas y adolescentes, quedó gravemente afectado por la falta de medios para atender a clases online, teniendo que alumbrarse con una vela para hacer los deberes.

Este atropello de Derechos Humanos ha sido denunciado por organizaciones e instituciones nacionales e internacionales, como el Defensor del Pueblo y el Comité de Derechos de los Niños. El Estado en su conjunto ha sido requerido para dar solución a través de su representación en Naciones Unidas.

A pesar de todo ello, se avecina otro invierno sin que la Comunidad de Madrid haya movido un solo ficha para garantizar el acceso regular al suministro eléctrico de vecinos y vecinas. Ante esta emergencia, la mejor política para profundizar en la miseria es la de no hacer nada. Sospecho que en el gobierno de Ayuso son muy conscientes de ello.

En Cañada Real confluyen contradicciones asociadas a un modelo de desarrollo regional que produce exclusión y desigualdad. La falta de vivienda accesible empuja a familias humildes a instalarse en la zona de forma sostenida desde hace años. La presión urbanística de los desarrollos del sureste —hay que recordar esta zona ha sido calificada por portales inmobiliarios como “la mayor reserva de suelo”— atenaza a la población y apunta como verdadera causa del corte de luz. Esos mismos desarrollos tienen una incineradora (Valdemingómez) a menos de cinco kilómetros cuyas emisiones y olores son objeto de denuncia desde hace años.

Pero en medio de tanta oscuridad, también existen luces. Desde hace un año se desarrolla un movimiento ciudadano y vecinal de resistencia – de rasgos multiétnicos y protagonismo de las mujeres - que reclama algo tan básico como Luz Ya, Contratos y Mesa de Seguimiento. No piden solo la luz, piden también pagarla y participar democráticamente en el arreglo. Los vecinos de Cañada Real reclaman, en el fondo, ser tratados como ciudadanos en igualdad de condiciones, en derechos y obligaciones.

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Todas las personas y organizaciones comprometidas con los Derechos Humanos estamos convocados para apoyar y dar aliento a nuestras vecinas en su lucha por la vuelta de la electricidad al barrio más vulnerable de la región antes de que avance el invierno. Seamos con ellas la luz que vence a la oscuridad.

Alejandra Jacinto es Coportavoz de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid.

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