Una residencia de mayores sufre un incendio y lo oculta a las familias
Los hijos de residentes en Monte Hermoso, un centro que escondió muertes en la primera ola, se han enterado del dispositivo de bomberos y ambulancias por un grupo de vecinos en Facebook
Un dispositivo de cinco dotaciones de bomberos, ambulancias y policías se desplazó a la residencia madrileña de Monte Hermoso el sábado por la noche para sofocar un incendio en el ático. Por fortuna no hubo que lamentar daños o víctimas: había ardido una jardinera. Al día siguiente, los familiares vieron las imágenes del operativo en un grupo vecinal de Facebook y asustados llamaron a la residencia. ¿La respuesta? Negar la evidencia. No ha habido incendio.
El caso pone de relieve las quejas de las familias sobre el hermetismo en las residencias de mayores, un problema que los defensores de derechos creen podría solucionarse con la creación de consejos de usuarios y familiares.
En un caso de opacidad mucho más grave, este mismo hogar de mayores ocultó a los familiares que había un brote mortal al inicio de la primera ola de la pandemia de coronavirus. La noticia de una veintena de muertes sacudió a España. Fue la primera residencia de mayores con fallecimientos masivos. Más tarde se supo que el hospital había negado derivaciones de esos enfermos en aplicación de un protocolo madrileño para evitar el colapso sanitario.
El sábado, el servicio municipal Emergencias Madrid activó su operación para apagar el incendio a las 23.25 horas. Al tratarse de una residencia de mayores, un lugar de alto riesgo, el número de efectivos enviado es mayor de lo habitual, según un portavoz de ese departamento. El incendio no revistió importancia, añade el vocero. La causa del incendio se desconoce.
Monte Hermoso es propiedad de una pequeña empresa con dos centros, otro en el municipio madrileño de Cercedilla. El hogar de Madrid tiene 130 plazas y se encuentra en el oeste de la capital, junto a la Casa de Campo. Tiene plazas concertadas con la Comunidad de Madrid, lo que supone exigencias mayores y más controles.
Como suele pasar en los grupos de Facebook vecinales, el dispositivo llamó la atención. En el grupo del barrio “No eres de Batán si no has...”, los usuarios subieron un vídeo de las llamas y preguntaron si alguien sabía algo.
Al día siguiente varias personas contactaron con la residencia y los empleados negaron la evidencia. “Se hacen los sorprendidos como si no hubieran oído nada del tema”, se queja un familiar en un grupo de WhatsApp de los hijos.
“Siempre se lo hago saber cuando nos pasan encuestas, que la falta de información y claridad por su parte, lejos de mejorar la relación, me crea desconfianza respecto a su gestión”, se lee en otro mensaje.
Un portavoz de Monte Hermoso contesta a este periódico que el incendio tardó diez minutos en ser apagado y no hubo daños relevantes. Por ello, agrega, no consideraron relevante informar a las familias. “Si hay algo importante se informa por correo”, añade. El portavoz de la empresa dice desconocer la causa del fuego.
Una familiar que pide anonimato para no sufrir represalias dice que en Monte Hermoso es recurrente la falta de información. “Han cambiado tres veces de médico en el último año y medio pero nunca nos informan”, afirma a este periódico por teléfono.
Cada residencia tiene unas prácticas distintas para informar a los familiares sobre hechos relevantes. Durante la primera ola hubo centros que alertaron por correo o en redes sociales de la existencia de brotes. Otras ocultaron esta información. La asociación de derechos en las residencias Pladigmare reclama que los 475 hogares de mayores de Madrid voten a un consejo que represente a usuarios y familiares (ahora solo 26 cuentan con uno). Estos representantes tendrían voz durante las inspecciones y conocerían el presupuesto. Además del consejo, proponen una Asamblea general que reúna a todas las familias y residentes cada tres meses.
Miguel Vázquez, presidente de Pladigmare, denuncia que las residencias ocultan información para proteger su negocio, a costa del derecho de las familias a conocer qué pasa. “En una residencia, los trabajadores tienen un comité sindical y la dirección de la empresa a la patronal. Los únicos sin representantes son los residentes”, le decía recientemente Vázquez a este periódico. “Las empresas no quieren que las cosas que pasan salgan de las cuatro paredes de una residencia”.
Suscríbete aquí a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.