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Lo que se sabe hasta ahora del nuevo Madrid Central de Almeida

La nueva ordenanza de movilidad se aprobará previsiblemente a finales de julio

Manuel Viejo
Madrid Central
Un tramo de Madrid Central, en la calle Mayor.Julian Rojas

José Luis Martínez Almeida frena en seco su motocicleta. Sonriente, decide grabar un vídeo a sus seguidores de Twitter a pocos metros de la Puerta del Sol. Es mediodía. Madrid luce un sol espléndido. “Llevo 15 minutos en una moto para recorrer 200 metros de la calle Mayor”, comenta indignado. “¡La gente se baja de los taxis y de los autobuses! Esto es Madrid Central: la mejora del tráfico y la mejora de la contaminación”, ironiza. De pronto, el coche de atrás toca el claxon. El conductor, hastiado, observa que los coches comienzan a moverse, pero el de la moto que tiene delante —Almeida— todavía está grabando un vídeo. “Esto es imposible”, termina el edil del PP en el Ayuntamiento, que sale pitando de ahí a toda velocidad. El supuesto atasco que denuncia termina de golpe. Las imágenes son de mayo de 2019 y acumulan ya casi un millón de visualizaciones. Dos años después, Almeida, que estaba en contra de Madrid Central y que basó su campaña electoral ­–con carteles en el Metro y en las marquesinas de los autobuses– con promesas de retirar de inmediato este proyecto de Manuela Carmena en cuanto llegara a la alcaldía, está a punto de aprobar su nueva ordenanza de movilidad que dejará Madrid Central tal y como estaba, pero con otro nombre.

¿Del pasado? Ni rastro. Madrid Central es el sello político de Manuela Carmena, que trató de reducir de la contaminación en la almendra central de la capital de España con el cierre al tráfico de los vehículos más contaminantes hace tres años. PP y Ciudadanos, críticos desde el primer momento, ven ahora esta restricción como una medida positiva, siempre y cuando se llame de otra manera. Madrid Central se llamará Distrito Centro en menos de un mes. Borrar la cartelería de Madrid Central de las calles e instalar la nueva tendrá un coste de 185.000 euros, según se recoge en la memoria inicial de la nueva ordenanza que, tal y como apuntan fuentes de la concejalía de Movilidad, se aprobará a finales de julio. “Ahora hay un Gobierno serio que va a solucionar la chapuza”, dijo Almeida el jueves pasado, cuando se aprobó el anteproyecto. “Pido al resto de grupos que no hagan de esto una batalla partidista”, exclamó. El jueves pasado era un día marcado en rojo en el calendario del PP. El Ayuntamiento aprobaba en Junta de Gobierno el anteproyecto de la nueva normativa, que requerirá de los votos de Vox para que salga adelante. Almeida, sin embargo, no estuvo presente. Optó por acudir a un acto con Gerard Piqué de la Copa Davis de tenis.

José Luis Martínez Almeida, en una manifestación de apoyo a la Plataforma de Afectados por Madrid Central.
José Luis Martínez Almeida, en una manifestación de apoyo a la Plataforma de Afectados por Madrid Central.Mariscal (EFE)

La idea del Ejecutivo era lanzar la normativa en los próximos meses, pero todo se precipitó de golpe el 11 de mayo. Ese día, el Tribunal Supremo dejó en el aire Madrid Central al dar por buenos los argumentos de una denuncia que el PP interpuso en 2018, donde también criticaba a Madrid Central porque no se había tramitado correctamente esta zona de bajas emisiones. El argumento principal era que Carmena no tuvo en cuenta los 11,7 millones de impacto económico que, se estimaba, tendría esta restricción sobre las cuentas del Ayuntamiento. Tres años después, la sentencia ha dado la razón al PP, que le ha pillado al mando de la ciudad y con los preparativos de su nueva normativa en ciernes. La decisión del Supremo ha precipitado de golpe la aprobación inmediata de esta nueva ordenanza.

La contaminación en Madrid es un problema de primer orden que hasta hace tres años no se tomó realmente en serio por el Ayuntamiento. Un estudio publicado el pasado enero en la prestigiosa revista The Lancet Planetary Health, y que analiza 858 ciudades de Europa, concluye que el área metropolitana de Madrid es la zona urbana de Europa con mayor mortalidad relacionada con la contaminación de dióxido de nitrógeno (NO₂).

“Los niveles más altos de contaminación en el municipio de Madrid están localizados en el centro de la ciudad y muy especialmente en zonas relacionadas con las vías principales como el de la Castellana, Calle 30 y M-40”, se lee en la memoria inicial de la nueva ordenanza de Almeida, que consta de 297 páginas e incluye datos que avalan las restricciones al tráfico más contaminante. ¿Qué cambia entonces Almeida con su nuevo Distrito Centro respecto al Madrid Central de Carmena?

Para empezar, permitirá la entrada de más coches y motos durante más tiempo, pero el perímetro será el mismo que Madrid Central. La principal novedad recae sobre los 15.000 comerciantes que trabajan dentro de este perímetro de la capital. Los dueños de los negocios tendrán ahora los mismos derechos que los vecinos residentes. Además, las motos tendrán una hora más para acceder. Si con Carmena no podían atravesar estas calles desde las diez de la noche, con Almeida se quedarán hasta las once. Otro guiño más a los motoristas del actual alcalde, un apasionado de las motos.

Más medidas. A partir del 1 de enero 2022 quedará prohibido el acceso y la circulación dentro de la M-30 a todos los vehículos A de aquellos ciudadanos que no vivan en Madrid. El distintivo A es aquel que no tiene pegatina medioambiental. Ya en 2023, estos mismos coches de aquellos ciudadanos que no vivan en Madrid tampoco podrán circular por la M-30. Y en enero de 2024 ningún vehículo A de fuera de Madrid podrá circular por todo el término municipal. La medida cambia de golpe en 2025. Aquellos vecinos de Madrid que tengan coches que sean de distintivo A y, por tanto, no pueden tener pegatinas medioambientales, no podrán circular por la ciudad con estos coches.

¿Hay algún plan más allá de la zona centro? Sí. La intención del Ejecutivo es que antes de que finalice el año la zona de la Plaza Elíptica también tenga restricciones al tráfico. Es más, el objetivo del equipo de Almeida es crear un paraguas legal que englobe a los 21 distritos de la ciudad para declararlos Zona de Bajas Emisiones en 2024.

El equipo de Medio Ambiente también baraja más novedades para los próximos meses. El servicio de estacionamiento regulado (SER) también se ampliará por primera vez más allá de la M-30 y afectará a cinco barrios (Moncloa, Latina, Carabanchel, Usera y Ciudad Lineal). ¿Y las tarifas? También tendrán cambios. Los precios variarán en función de la contaminación de los barrios. En resumen: aparcar será más caro si la calidad del aire es peor.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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