Díaz Ayuso y Aguirre, tal para cual
Las dos presidentas de Madrid convierten la presentación del libro de la exlíder en la reivindicación de un PP sin complejos
―¡Di que sí!
Esperanza Aguirre escucha a Isabel Díaz Ayuso defender su éxito electoral del 4-M con la misma actitud que un aficionado en un partido de fútbol: con pasión por los colores. Da igual que la presentación de su libro (Sin Complejos / La Esfera de los libros) haya concluido sin que la presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid haya llegado a tiempo de escucharla a ella. Tanto Aguirre como Mario Vargas Llosa, que apadrina la publicación, la reciben embelesados. Ocurre este viernes en el Retiro. Durante 40 minutos, Aguirre y Ayuso, o Ayuso y Aguirre, tanto monta, monta tanto, repasan sin ningún protocolo, y a la sombra de unos árboles, sus trayectorias políticas, llenas de coincidencias personales y paralelismos. Porque Díaz Ayuso empezó en política trabajando para Aguirre.
―Jamás podría decir que soy heredera de nadie. Pero haber estado con ella marca, y te enseña un camino. Voy a decir dos cosas que me marcaron. Una son los detalles con los que escribías a todos los ciudadanos, y eso lo hago yo ahora― arranca Díaz Ayuso.
―Tenía un lema ¡Ni una carta sin respuesta!― le interrumpe Aguirre, cortando a la presidenta en funciones con la naturalidad que da haber sido su jefa hace más de un decenio.
―Y otra, darle importancia a cada discurso, aunque sea simplemente para la inauguración de una parada de autobús. Todo tiene enjundia― retoma Díaz Ayuso.
―Ser perfeccionista― completa Aguirre.
―Eso a mí me marcó (...) Yo (también) fui rubia… hasta que decidí dejarlo estar.
A nadie se le escapa que Díaz Ayuso evita declararse heredera de Aguirre. Entre 2003 y 2011, la ahora escritora pilotó la modernización de la Comunidad de Madrid, expandiendo el metro o construyendo decenas de hospitales. Fueron, también, los años en los que anidaron tramas de corrupción que ahora se investigan en los casos Gürtel o Púnica, en el que Aguirre está imputada, y en los que también empezaron a hacer carrera los principales protagonistas del caso Lezo.
Durante parte de aquella etapa de éxitos electorales que empezó con el Tamayazo, Díaz Ayuso trabajó para el Gobierno de Aguirre. Entre 2006 y 2008 fue nombrada asesora de la Comunidad: empezó en la Consejería de Justicia y después pasó a Presidencia con Aguirre. Entre 2008 y 2011, cuando llegó a diputada, figuró como asesora de Madrid Network, una entidad público privada creada por Aguirre en la que cobró 4.219 euros netos mensuales. En medio, inspirada en lo que hacían los equipos de comunicación de la Casa Blanca y de Downing Street, la hoy líder conservadora propuso que el PP le abriera una cuenta a Pecas, el perro de la entonces baronesa popular.
―¡Pobre Pecas, que me lo han atropellado!―, lamenta este viernes Aguirre, dispuesta a disfrutar de cada pregunta, cada flash, cada micrófono y cada segundo consumido en la compañía de Díaz Ayuso. ―Lo has capeado todo. La de cosas que has pasado. La pandemia. ¡Y Pedro Sánchez! ¡Siempre yendo contra Madrid!―, le dice.
Díaz Ayuso, que ha llegado una hora tarde porque tenía una intervención en IFEMA, lo escucha todo con una sonrisa. El paso de los minutos consagra la apuesta por ese PP sin complejos que defiende el libro de Aguirre. Vargas Llosa vive el momento con alegría juvenil. Bajo el sol de la primavera madrileña, y mientras los reporteros levantan la voz para intervenir, el premio Nobel impone la suya.
―¿Puedo hacer una pregunta?―, lanza el escritor, rodeado de curiosos, la mayoría favorables a las presidentas (la excepción, una ciudadana que grita consignas contras las privatizaciones y la corrupción). ―¿Cómo has hecho para liquidar a Podemos?.
―Se han liquidado a sí mismos. El hecho de venir pontificando, de venir hablando en nombre del pueblo y de los que peor lo pasan, para después vivir de esa manera opulenta, les ha separado de los ciudadanos. He tenido yo menos que ver que ellos mismos. Se les ha conocido, responde Díaz Ayuso.
Aguirre asiente. Y ya puestos, en medio de tantas muestras de cariño, tantos gestos de complicidad, y tanta gente que aplaude, deja una confidencia a una de las personas que se acerca pidiendo una foto en la que aparecerá con la sonrisa tapada: “La mascarilla tiene una cosa buena. Tapa las arrugas”. Luego, le regala un ejemplar de su libro a Díaz Ayuso.
“A la mejor presidenta que ha tenido Madrid en toda su historia. Con todo mi cariño y gratitud por su apoyo y ayuda”, se lee en una dedicatoria de presidenta a presidenta. Aguirre y Díaz Ayuso, tal para cual.
Suscríbete aquí a nuestra nueva newsletter sobre Madrid
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.