Tensa tregua entre el PP y Vox por la investidura de Díaz Ayuso como presidenta de Madrid
La extrema derecha acepta dar gratis la Presidencia a la líder conservadora, que le ofrece un puesto en la Mesa de la Asamblea como compensación para asegurar su apoyo para los dos años de la legislatura
El 14 de mayo, Santiago Abascal deja asombrada a Isabel Díaz Ayuso. Hace 10 días que el PP ha ganado las elecciones de la Comunidad de Madrid, y otros tantos desde que Vox ha prometido su apoyo a la investidura de la líder conservadora sin pedir nada a cambio. Pero, de repente, Abascal pide una cosa. Y eso hace que en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional, los móviles empiecen a echar humo.
― El PP podría mostrar algún tipo de generosidad con la actitud de Vox, y la presidencia de la Asamblea de Madrid creo que podría ser ocupada por distintos parlamentarios de Vox―, dice el líder del partido ultra durante una entrevista en la cadena Cope, en la que reclama un puesto clave para la política regional, porque es el que decide el día a día del Parlamento.
― Un grupo que tiene 14 diputados [13 en realidad] en un Parlamento de 136, a lo mejor es demasiado. Estoy a cuatro escaños de la mayoría absoluta. Tienen que decidir si apoyan o no apoyan, pero no estar todo el rato con estos anuncios―, contesta, casi en directo, Díaz Ayuso, que está en el programa Espejo Público de Antena 3.
La propuesta de Abascal provoca un análisis de fondo en el equipo de Díaz Ayuso. Allí llama la atención que el líder nacional de Vox descienda a una negociación regional. Cunde la sensación de que la tregua que supone no pedir nada a cambio de la investidura se puede convertir en una dura negociación ley a ley durante dos años si no se consolida una relación estable para la legislatura. Y se concluye que antes del 8 de junio, cuando se constituye la Asamblea, hay que encontrar una compensación que refleje el valor exacto de los diputados de Vox: sus votos pueden decidir que salgan adelante las iniciativas de Díaz Ayuso, a la que le vale con cuatro abstenciones. Nada más y nada menos.
Vista la reticencia de Díaz Ayuso a ceder la presidencia de la Cámara, PP, Vox, PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos se ponen a analizar qué otras opciones tiene Díaz Ayuso para compensar por su apoyo a Rocío Monasterio, la líder regional de Vox.
¿Podría entrar en el Gobierno? Aunque la presidenta se ha mostrado abierta a contar con consejeros del partido ultra, el criterio de selección será la trayectoria de gestión y no la filiación ideológica, según una fuente gubernamental.
¿Cederle un senador de los que le corresponde nombrar al PP a través de la Asamblea? La formación conservadora considera ilegal y por tanto impracticable esa opción, según una fuente parlamentaria.
¿Y favorecerle con un puesto en la Mesa, el órgano que rige el día a día del Parlamento? Eso es lo que finalmente ha decidido Díaz Ayuso.
“Pretendo mantener una buena relación con Vox, con quien me he entendido en algunas ocasiones a lo largo de los últimos dos años y en otras ocasiones, no”, ha dicho la presidenta en funciones este viernes. “Tanto es así que tienen solo 13 diputados en un Parlamento de 136 y voy a buscar la manera de que tengan un puesto en la Mesa de la Asamblea porque creo que es de ley porque nos vamos a tener que entender en algunas ocasiones”, ha añadido. “Gobernaré en libertad, bajo mi criterio y será Vox el que decida si me bloquea o no las distintas iniciativas que lleve a la Cámara”, ha subrayado. Y ha rematado: “Tendrán que ser ellos los que decidan por qué se suman constantemente o no para tirar por tierra las iniciativas que lleve al Parlamento”.
“Con 13 diputados no tiene sitio en la Mesa”, recuerda un interlocutor que conoce la estrategia popular.
Esa es una cuestión llena de aristas. El Tribunal Constitucional tiene aún que resolver un recurso de Más Madrid contra la composición de la Mesa de la pasada legislatura, en la que PP, Cs y Vox combinaron sus votos para que el partido ultra obtuviera un lugar que le habría correspondido a Más Madrid en función del resultado electoral. Además, la formación de Mónica García está esperando a que PSOE y Podemos decidan sus liderazgos parlamentarios para intentar orquestar una estrategia conjunta para que eso no vuelva a ocurrir, según una fuente del partido. Finalmente, el PP debe dilucidar hasta dónde está dispuesto a llegar: en función de cómo se combinen los partidos en las complejas votaciones para conformar la Mesa, la llave de la Cámara podría acabar en manos de Vox (en ese caso, la Mesa se compondría de tres representantes del PP, uno de Vox y tres de partidos de izquierdas).
La experiencia de la última legislatura opera en contra de esa opción, y a favor de que se componga una Mesa en la que Vox esté representado, pero no sea decisivo (cuatro puestos serían para el PP, uno para Vox, y dos para los partidos de izquierdas).
Así, entre septiembre de 2019 y marzo de 2021, los votos de Vox permitieron que la Asamblea investigara el caso Avalmadrid, que afectaba a la familia de Díaz Ayuso. También, que el PSOE presidiera la comisión de investigación sobre lo ocurrido en las residencias durante la pandemia. Y son decisiones que el PP no ha olvidado.
Rocío Monasterio, candidata de Vox en Madrid, avisó el jueves: “Si no son generosos, tendrán que contar por qué colocan al PSOE en la Mesa, porque tienen la posibilidad con nosotros como socios de tener las posiciones más importantes. La señora Díaz Ayuso y el PP tendrán que decidir qué papel quieren dar a Vox (…) Si quieren ser generosos, o no; si quieren que seamos sus socios para poder apoyar leyes, Presupuestos, etc… o si prefieren que lo sea el PSOE”, continuó. “Nosotros ya hicimos el gesto inicial [de no pedir nada a cambio de permitir la investidura], por lo que les hemos ahorrado un mes de negociaciones”.
La Asamblea se constituye el 8 de junio. Hasta entonces, tensa tregua entre dos partidos condenados a entenderse.
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