Inma Cuevas sube al escenario el dolor y la vitalidad esperanzadora de una madre
‘Lo que tú nos dejas’, un texto de Alba R. Santos, es un monólogo que la actriz interpreta y dirige
Aunque no suene, desde el teléfono verde que está ahí, postrado en el suelo del escenario, se recibirá la maldita llamada. “Aquella tarde sonó el teléfono. Lo cogió él”. Todo cambió desde entonces. Es una evocación más de las que atraviesan Lo que tú nos dejas, el primer texto teatral de la periodista Alba R. Santos, que dirige e interpreta la actriz Inma Cuevas en el Teatro Galileo de Madrid. Es la carta de una madre a un hijo. Son las palabras de una mujer devastada por el dolor pero vitalista y esperanzada, que siente el síndrome del nido vacío y que busca sobreponerse con un papel y un lápiz a través de la escritura. Lo que tus nos dejas es un canto a la generosidad de los donantes de órganos, algo que conoce bien Alba R. Santos, como presidenta de NUPA (Asociación de ayudas a niños, adultos y familias con fallo intestinal, nutrición parenteral y trasplante múltiple). La función se representa hasta el 14 de marzo.
Inma Cuevas (Madrid, 1977), actriz forjada desde hace años en cine, televisión y teatro, se ha lanzado a la dirección con esta obra que produce también la empresa que levantó junto a su pareja Jesús Sala, Kendosan Producciones. “Durante el confinamiento algunos compañeros me pidieron ayuda para preparar diversos trabajos y descubrí que tengo capacidad para potenciar el arte en los demás. Cuando llegó a mis manos el texto de Alba tuve claro cómo lo podía hacer. Me reté a mí misma, tengo ganas de aprender nuevas formas de hacer y no solo como actriz, jugar con otros elementos. Me emociona mucho ponerme al borde del abismo y me gusta esa sensación de no saber lo que va a suceder”, asegura la intérprete, horas después de un ensayo en el Teatro Galileo.
Es otoño, pero la mujer evoca la luz de la primavera, la vuelta de las abejas a polinizar las flores. Ensueños, tras ensueños. También el escenario que evoca el vacío, pero también el caos y el mundo mítico que ronda por los pensamientos de esa madre que evoca al hijo, donde Inma Cuevas va dando rienda suelta a esa ficción enraizada en la realidad, a través de las historias de mujeres y hombres que ha ido conociendo la autora Alba R. Santos. “Entendí desde el principio que había que intentar quitar peso al texto que habla de cosas difíciles para que llegue de la manera menos agresiva al público, menos violento, lo más amable posible. Concibo mi trabajo como mera transmisora, como un puente para que la palabra llegue con intensidad y calidez”, añade la actriz.
Ha vivido intensamente este personaje y no solo porque, de casualidad, también responde al nombre de Inma. Se ha encontrado con esta madre que, a pesar del dolor, la soledad y el tono gris de su día a día, intenta ponerle luz y sonrisa a la vida. “”Es una mujer vitalista que no se resigna y que busca sobreponerse, desechar el ruido y llegar al sonido más armónico posible. Quiere limpiarse de toda la fantasía de la cabeza que a veces nos juega malas pasadas. No se instala en su dolor y su soledad, sino que coge un lápiz para ir desplegando y ordenando sobre el papel todos los fantasmas que bullen en su cabeza. Los da forma y así es consciente de su realidad”, dice entusiasmada Cuevas, que asegura que la palabra “resiliencia” se ha convertido en el objetivo favorito de su productora: “Queremos aportar nuestro granito de arena a una situación difícil que vive mucha gente con esta obra vitalista, bella y esperanzadora”.
El teléfono verde no se oirá en el escenario, pero el que no para de sonar es el particular de esta actriz que concatena proyecto tras proyecto. Acaba de terminar la gira por España de Mrs. Dalloway, la obra de teatro dirigida por Blanca Portillo, tiene previsto el estreno en junio de la serie de Fernando Colomo Poliamor para principiantes y en marzo comienza los ensayos de La casa de los espíritus que, dirigida por Carme Portaceli, se estrenará en abril en el Teatro Español, en Madrid, para luego viajar al Festival Grec.
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