La finca de Torrelodones en la que el Profesor ideó el atraco de ‘La casa de papel’

En La casa de papel, el espacio es tiempo. En otras palabras, el lugar en el que se ubican los personajes marca también el momento en el que se encuentran dentro de la historia. Las localizaciones de esta serie son por tanto más relevantes que nunca para una narración trufada de saltos en el tiempo. En ese ir y venir cronológico, su Madrid suele representar el tenso presente de esta peculiar banda de atracadores que, precisamente, llevan por apodo las ciudades más populares del mundo. El feliz pretérito, en cambio, transcurre en un monasterio italiano en donde el Profesor convive con su hermano, el carismático e inmoral Berlín, o en una casa en Toledo, en la que el cerebro de este golpe reúne por vez primera a toda la banda para elaborar el plan con el que arranca la historia.

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Pero ni el monasterio es italiano, sino una ermita segoviana (la de San Frutos, en las Hoces del Duratón), ni la casa es toledana, sino la finca El Gasco de Torrelodones, que suele alquilarse para banquetes de todo tipo. Para este edificio que protagoniza tantos flashbacks en la serie, su equipo de localizaciones encontró este edificio de dos plantas, con una superficie de 1.400 metros cuadrados y que cuenta con amplios salones, cinco baños y 11 habitaciones. Está situado junto al Parque Regional del Río Guadarrama, rodeado por jardines rústicos y construido en piedra de granito procedente de las canteras del Berrocal.

“Primero se establecen las características particulares del lugar a buscar, luego se valora a nivel estético, artístico, económico, logístico… Después de varias visitas y ver que todo encaja, el director da luz verde. En una serie, que te obliga a usar un mismo sitio durante bastante tiempo, todo ese proceso se complica todavía más”, cuenta Valerio Marello, responsable de localizaciones del thriller creado por Atresmedia.

El italiano es quien logró que un dirigible regara de billetes la plaza de Callao. “Son los retos que te marca el guion. Mi labor es proponer la opción más ambiciosa posible, pero el concepto de lo que es ambicioso cambia en función de la envergadura de la serie”, comenta por teléfono. En este caso, ha ido notando la relevancia que ha tomado el proyecto a lo largo de sus temporadas. Pensado en sus dos primeras temporadas para emitirse en la televisión lineal a través de Antena 3, se convirtió en un éxito mundial en su salto a Netflix. “Los tiempos y los medios se han ampliado a partir de las temporadas 3 y 4. El cambio se notó de inmediato, al leer el guion y reunirnos con los directores y productores, supimos que nuestras propuestas podían ser más ambiciosas a partir de ese momento”, recuerda.

El éxito en torno a La casa de papel, que ya ultima su quinta y última tanda de episodios para la plataforma de streaming, también hace más compleja la labor de los localizadores. El secreto que se mantiene sobre la trama para evitar spoilers indeseados les obliga a menudo a trabajar prácticamente a ciegas. Incluso cuando tienen el libreto en sus manos, las páginas incluyen una marca de agua personalizada para evitar o identificar filtraciones. “Lo ideal es tener el guion completo cuando quieres encontrar los escenarios de una historia. Así pasa en el cine, pero no ocurre a menudo en el mundo de las series y menos en una como ésta. En algunos casos, los guiones se están escribiendo mientras se rueda”, dice Marello.

Sin dar detalles sobre la aun inédita quinta temporada, el considerado uno de los tanques de tormentas más grandes del mundo, situado en Arroyofresno, seguirá prestando sus túneles subterráneos para dar tensión a la serie, tras aparecer en los últimos capítulos emitidos como uno de los escondites del Profesor.

El Canal de Isabel II, la entidad que gestiona el agua de buena parte de la Comunidad de Madrid, lo construyó en 2009 y está situado bajo el campo de golf del Club de Campo Villa de Madrid. Su función es la de evitar inundaciones durante lluvias torrenciales es tan grande que parece una ciudad oculta bajo el suelo y es capaz de almacenar 40.000 metros cúbicos de agua.

“Es un buen ejemplo de una localización dentro de una localización. El lugar es tan grande que tienes que elegir muy bien en qué parte concreta vas a rodar. No estas paralizando el centro de una ciudad, como cuando ruedas en Callao, pero hay igualmente mucho esfuerzo. Todo lo que se ve al fondo de un plano tiene que ser muy trabajado. En el tanque de tormentas, había que alumbrar muchas zonas, porque no puede aparecer un fondo negro tras los personajes, y es complicado iluminar un espacio tan amplio”.

En espacios como el de Arroyofresno, lo complicado es obtener los permisos de las entidades o instituciones que los gestionan. Así ocurrió también con la ya famosa fachada de la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de la calle de Serrano, convertida en pantalla en el exterior de la Real Fábrica de Moneda y Timbre, mientras que el interior se encuentra en los platós de la productora Vancouver Media, en Torrelodones. “Hay instituciones que directamente se niega a colaborar con nosotros, pero a otras les interesa y no solo por el acuerdo económico. Hay una labor de comunicación en esa decisión. Encuentran positivo que se vean sus instalaciones en cine o televisión, porque es una forma de acercarse a la gente y de que el espectador se interese por lo que hacen allí”, desvela Marello.