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El deshielo de ‘Filomena’ no llega

Más de una semana después de la histórica nevada, miles de calles siguen impracticables, no han vuelto las clases, y los servicios públicos están desbordados

Varios familiares colaboran en la limpieza del hielo y la nieve en las inmediaciones del colegio Amadeo Vives tras la gran nevada por el paso de la borrasca 'Filomena', en Madrid.
Varios familiares colaboran en la limpieza del hielo y la nieve en las inmediaciones del colegio Amadeo Vives tras la gran nevada por el paso de la borrasca 'Filomena', en Madrid.Jesús Hellín (Europa Press)
Juan José Mateo

“Os esperamos en el colegio con material para quitar nieve. ¡Gracias por vuestra solidaridad!”. Los mensajes enviados en los últimos días por las asociaciones de padres resumen el caos que sigue reinando en la Comunidad más de una semana después de que el temporal Filomena empezara a descargar sobre la región su furia de hielo. La vuelta a las clases se ha retrasado hasta tres veces. Cada una de esas decisiones ha dinamitado el día a día de un millón de familias, obligadas a reorganizarse para afrontar en común las jornadas lectivas. Y cada nueva propuesta para la reincorporación ha sido un recordatorio de que el deshielo está muy lejos de llegar en muchas calles, aceras, viviendas, supermercados y servicios.

La nevada llegó cuando los niños aún estrenaban los juguetes que de los Reyes (7 de enero), creció con 30 horas seguidas de nieve a partir del día siguiente, y terminó ya hace una semana. Sin embargo, la vuelta a la normalidad apenas se insinúa en el horizonte.

Peatones contra coches. La mayoría de aceras de Madrid siguen llenas de nieve, como miles de calles pequeñas. Eso ha convertido los viales abiertos al tráfico en el salvaje oeste. Los peatones desfilan esperando a que venga un coche para apartarse. Los vehículos, por su parte, tienen difícil encontrar dónde aparcar. Hay calles en las que sigue habiendo coches en lugares inverosímiles, varados en mitad de la vía como un barco fuera del agua. Abundan las ramas rotas (que suman 400 toneladas de madera solo en la capital). Y hay hielo, mucho hielo.

Los datos cuentan lo mismo que se ve desde cualquier ventana: solo 4.600 de las 9.300 calles de la capital eran transitables ayer, según datos del Ayuntamiento. Casi la mitad (49%).

Sin agua, sin tuberías, sin butano, y con basura. Las incidencias sin resolver se acumulan de cientos en cientos, según detalla Quique Villalobos, de la Federación de Vecinos de Madrid (FRAVM).

“Se ha dado prioridad a los ejes comerciales y a la movilidad del vehículo privado dejando relegada la imprescindible movilidad peatonal y de transporte público, que representan el 70% de los desplazamientos”, dice. “Innumerables aceras, carriles y paradas de bus, pasos de cebra y fondos de saco siguen cubiertos de nieve y hielo, e impracticables”, sigue. “Los que no lo están, en su inmensa mayoría se deben a los trabajos por iniciativa de las asociaciones y sus vecinas y vecinos”, añade. Y subraya: “Es un esfuerzo titánico por parte de la vecindad, y sin apenas apoyo por parte de las administraciones”.

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La FRAVM ha creado una web en la que se muestran cientos de quejas, calle a calle, de toda la región. Y ya hay pequeñas movilizaciones vecinales para protestar. “¡Basta ya! ¡Caminos seguros y limpios ya”, se leía en una pancarta de una concentración celebrada ayer en Hortaleza.

La reapertura de Mercamadrid (cerrado el sábado y el lunes pasado) promete asegurar que los lineales de productos frescos de los supermercados recuperen la normalidad, tras quedarse vacíos de fruta, yogures o verdura en distintos puntos de la región. La lluvia y el aumento de temperaturas previstos para mediados de semana también hacen prever que acaben los problemas de tuberías reventadas. Pero solo el paso del tiempo, o de una quitanieves, liberará las calles pequeñas, permitiendo el acceso de los vehículos de reparto de última milla.

Su ausencia no solo ha dificultado el reparto a domicilio de los supermercados. También ha convertido en una aventura el aprovisionamiento de bombonas de gas en el centro de la capital.

Arboles caídos en la Casa de Campo.
Arboles caídos en la Casa de Campo.Olmo Calvo

Servicios a medio gas. Aunque el Ayuntamiento asegura que la recogida de basuras está a pleno rendimiento desde el jueves, las viviendas en calles pequeñas, aún sin despejar de nieve, siguen sin poder dejar sus deshechos en contenedores. Nadie pasa a recogerlos. Y las bolsas se amontonan unas sobre otras allí donde los vecinos han seguido actuando como si nada hubiera pasado. Eso ha provocado advertencias entre los propios residentes. “Si el contenedor amarillo está lleno, usa el naranja, no dejes la bolsa fuera. ¡Cuidemos en todos los espacios públicos!”, se lee en un cartel.

Durante cuatro días, el servicio de recogida de basuras no funcionó en el municipio de Madrid. Así se acumularon 9.000 toneladas, una cifra que se multiplica al tener en cuenta el resto de ciudades de una región en la que viven casi siete millones de personas. Peor. Filomena irrumpió en un momento de máxima generación de deshechos, el final de la Navidad, con todos los paquetes de los Reyes. Y la producción de basura no cesa. Es un problema acumulativo que el Ayuntamiento aún no ha resuelto.

Por eso se están batiendo todos los récords. Si normalmente se recogen 850 toneladas de basura al día en Madrid, el turno de noche del 17 de enero se hizo cargo de 1.550, y los tres turnos que trabajaron el 16 hicieron frente a 3.906. En total, se han recogido más de 16.700 toneladas de basura desde el 12 de enero.

Tampoco se ha estado distribuyendo el correo postal en las zonas más afectadas. Y permanecen cerrados parques, instalaciones deportivas...

Una mujer tira dos bolsas de basura donde hay acumuladas otras tantas decenas de bolsas en un punto de Alonso Martínez, en Madrid.
Una mujer tira dos bolsas de basura donde hay acumuladas otras tantas decenas de bolsas en un punto de Alonso Martínez, en Madrid.Eduardo Parra (Europa Press)

Un millón de familias ‘confinadas’ por el cierre de colegios. Con la nieve dificultando el acceso y seguridad de los centros educativos, la Comunidad ha decidido retrasar de nuevo el inicio de todas las clases no universitarias, en este caso hasta el miércoles.

Eso ha provocado una suerte de nuevo confinamiento para cientos de miles de familias, que tendrán que adaptar sus trabajos a la presencia de sus hijos durante al menos siete jornadas lectivas.

Para evitar más retrasos en la vuelta a las clases en la capital, 413 operarios limpiarán durante los próximos días 250 colegios y 70 escuelas infantiles de la capital, a razón de 80 centros cada día. A ese trabajo se han unido los bomberos en centros de toda la Comunidad, donde los desperfectos estructurales en algunos puntos de la sierra han sido espectaculares, y tardarán semanas en ser solucionados.

Así, se han detectado 905 incidencias o desperfectos en los centros educativos de la región. De ellos, 40 afectan a los tejados de los edificios principales; 73 a las cubiertas de edificios deportivos o auxiliares. Además, se han detectado otras 271 incidencias por caída de árboles o ramas, 163 por dificultad en el acceso, 74 por averías de calderas o calefacción, 86 en cañerías...

70 millones para reforestar parques arrasados. Las ramas rotas que aún pueblan muchas calles de Madrid, y que han dejado desnudos a millones de árboles, son solo el aviso del desastre que ha producido Filomena en la región.

Según Miguel Ángel Soto, portavoz de Greenpeace, la Casa de Campo, el gran pulmón verde de la capital, es hoy un “bosque arrasado”.

Y el Ayuntamiento estima 649.000 árboles han resultado afectados por la nevada, por lo que tendrán que ser revisados “rama a rama”, una tarea que se prolongará “semanas”. Solo en la reforestación habrá que invertir 70 millones de euros, según el Ayuntamiento. Mientras tanto, en las calles de la región ya suena el ruido de las motosierras cortando ramas y troncos dañados, y el de los camiones que se las llevan.

Los vendedores del Rastro no pudieron poner el domingo sus puestos porque aún no se había retirado la nieve.
Los vendedores del Rastro no pudieron poner el domingo sus puestos porque aún no se había retirado la nieve.Chema Moya (EFE)

Comunicaciones aún a medio gas. El aeropuerto internacional Adolfo Suárez-Madrid Barajas espera acercarse a la normalidad hoy, cuando Iberia, por ejemplo, tiene previsto recuperar todos sus vuelos programados. El Metro ha seguido funcionando, extendiendo sus trabajos las 24 horas del día hasta el sábado, y también se ha recuperado el servicio de cercanías.

No es ese el caso, sin embargo, de los autobuses municipales e interurbanos, de los que dependen millones de ciudadanos para desplazarse cada jornada.

Así, por ejemplo, solo funcionan 96 de las 200 líneas de autobús municipales. Aunque el Ayuntamiento promete que todas estén activadas mañana, el problema es el mismo que en las líneas interurbanas, que conectan la capital con el resto de la región: las frecuencias y los trayectos se han visto gravemente alterados por las nevadas.

Filomena ya pasó, pero sus consecuencias son presentes y futuras. Con tanta nieve y desperdicios acumulados, los Ayuntamientos de toda la región se afanan en preparar el alcantarillado para las lluvias que se esperan esta semana.




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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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