_
_
_
_

Una habitación roja llena de esperanza

Los valencianos no han podido celebrar estos días su concierto de 25 aniversario en La Riviera, y aun conversando sobre el pasado, no pueden esperar a disfrutar del futuro de su banda

La habitación roja, con Pau Roca (izquierda) y Jorge Martí (segundo por la izquierda), anunciando sus conciertos de 25 aniversario.
La habitación roja, con Pau Roca (izquierda) y Jorge Martí (segundo por la izquierda), anunciando sus conciertos de 25 aniversario.Tana Capó
Héctor Llanos Martínez

Jorge Martí y Pau Roca se encuentran a más de 3.000 kilómetros de distancia en los días en los que deberían estar celebrando el concierto de 25 aniversario de La habitación roja en La Riviera. Una pantalla de Zoom les une. A un lado de ella, el frío sol de invierno noruego ilumina a Martí, su vocalista. Al otro, Roca, el guitarra del grupo, habla desde la algo más cálida España. Mucho habían planeado los valencianos para los fastos de ese cuarto de sigo de historia común, pero la realidad se ha impuesto y esa celebración de la vida y de lo vivido tendrá que esperar.

Tras incontables cancelaciones y cambios de fecha, la banda ha decidido reubicar su actuación en Madrid en noviembre de 2021. “Se planteaba hacer en dos sesiones con la mitad de personas, todas sentadas y separadas. Así que preferimos esperar”, cuenta el vocalista, que trabaja desde hace años como enfermero en el país escandinavo. “Si lees la normativa de la covid-19 para los conciertos en España, se establece hacer todo lo que no hay que hacer en un concierto: no se puede hablar fuerte, ni cantar, ni estar pegados los unos con los otros en un recinto cerrado… Como profesional, es una pesadilla. Te has preparado toda la vida para hacer eso y ahora no puedes”.

La curiosidad y ganas de aprender nos ha hecho combinar momentos de gloria con otros en los que hemos sido casi mochileros con guitarra”.
Jorge Martí, cantante de La habitación roja

Este aplazamiento no significa que hayan renunciado en estos días ni a los conciertos ni a la música. En principio, actuarán en Valencia el 11 y 12 de diciembre, sabiendo que sus seguidores madrileños no podrán desplazarse. Y en primavera lanzarán su nuevo álbum en físico (vinilo y CD) y digital, que recogerá las canciones que han ido lanzando en los últimos meses.

El más reciente, Taquicardia, aunque inspirado en la embolia pulmonar que el cantante sufrió en 2018, sigue la línea de sus canciones anteriores y no renuncia a la esperanza. “Los médicos me anunciaron que iba a haber secuelas por mi enfermedad. Bueno, pues esta canción es una secuela de ella. Las experiencias traumáticas a veces te llevan por caminos inesperados que hacen que acabes en sitios maravillosos”, defiende.

De malas y buenas experiencias dicen estar bien surtidos desde que completaron su primera gira en 1997 junto a los granadinos Cecilia Ann. “Recuerdo la ilusión e ingenuidad que teníamos entonces. Ilusión seguimos teniendo; ingenuidad, un poco menos. Cualquier cosa relacionada con la música nos gustaba. Viajar en furgoneta, parar a comer y dormir, compartir tiempo con otro grupo... Eran sitios pequeños y lo hacíamos en condiciones precarias, pero nos dábamos cuenta de que estábamos en el camino de conseguir lo que soñábamos. Y eso nos hacía sentir más importantes de lo que éramos”, comenta Pau Roca.

Aunque estén de aniversario, la nostalgia no entra en sus planes. Periodistas y admiradores enmarcan su trayectoria en una edad de oro de la música independiente española, pero ellos le quitan épica al asunto. “No era nada que no hayan vivido ahora Carolina Durante, por ejemplo”, dice Martí. “De hecho, ha sido en los últimos 10 años, cuando se han consolidado festivales como Sonorama, cuando los grupos españoles hemos vivido grandes momentos. Hemos empezado a ocupar las cabezas de cartel que antes se daban a bandas extranjeras solo por ser de fuera. Y eso que llenaban menos que las de aquí”.

Los valencianos definen ese boom de los años 90 como una mezcla de músicos con actitud muy profesional y espíritu amateur. “Es verdad que todo eso tenía una parte bonita y romántica. Nadie pensaba en petarlo ni en llevar un montaje espectacular. Era más bien apostar por la música pura y dura. Y ese amateurismo nos hacía sobrevivir a la precariedad. Sin él, no haces las cosas que hemos llegado a hacer. La verdad es que hemos sido supermajos en ese sentido. Nunca hemos ido de estrellitas”, ríen. “Pensábamos que era mejor hacer algo, aunque fuera un poco cutre, que quedarse en casa. La curiosidad y ganas de aprender nos ha hecho combinar momentos de gloria con otros en los que hemos sido casi mochileros con guitarra”.

Los componentes del grupo La habitación roja, en sus inicios.
Los componentes del grupo La habitación roja, en sus inicios.DANIEL GARCÍA-SALA

En medio de ese contraste continuo, La habitación roja ha visto cómo la promoción que antes se hacía visitando muchas emisoras de radio y recorriendo muchos escenarios, ahora se consigue sonando durante unos segundos en una serie de Netflix. Que la juvenil Élite incluyera su tema Indestructibles en una de sus secuencias les convirtió en un fenómeno viral en varios países del mundo en cuestión de minutos. Ocurrió ocho años después de haber publicado a canción. “Antes, todo el asunto de la repercusión era un castillo mucho más difícil de construir. Recuerdo que, sacabas un disco y había una especie de silencio hasta que empezaban a llegar reacciones. Poco a poco, si El País de las Tentaciones y otros dos o tres medios te hacían una crítica positiva, eso definía todo lo que venía después. Podías ir a una ciudad y vender cientos de entradas más que la vez anterior. Noto que esas nuevas reglas del juego, donde tienes que impactar en un entorno muy concreto como las redes sociales o las plataformas de streaming, influye a los músicos a la hora de componer sus canciones”, comenta Roca.

De tanto repasar tiempos pasados durante esta charla, a Jorge Martí le sale hacer balance de esos 25 años que tendrán que celebrar cuando sean 25 +1: “Hemos pasado por todas las fases posibles de una banda. Hemos vivido las buenas y las que te forjan el carácter como músico y como persona; hemos estado en el analógico y en el digital; nos han engañado y espero que no hayamos engañado a nadie; hemos intentado vivir por la música y no de la música, como quien exprime un limón. Las hemos pasado de todos los colores. Pero yo no me cambiaría por nadie. Bueno, si me dices por Radiohead…”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Héctor Llanos Martínez
Redactor especializado en nuevas narrativas audiovisuales (streaming, pódcast, redes sociales) y en el género documental, con varios años como autor del blog 'Doc&Roll'. Formado en Agencia Efe y elmundo.es, antes de llegar a Verne y la sección de Madrid de El País, escribió desde Berlín para BBC, Deutsche Welle, Cineuropa, Esquire o Yorokobu.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_