Una Noche de los Libros con pocos lectores presenciales
Más de 350 autores y creadores han participado este viernes en una edición híbrida, que se ha apoyado en Internet pero se ha resistido a abandonar las calles
Al fin el 2020 ha permitido celebrar la lectura en Madrid como se debe; más o menos. Más de seis meses después de su fecha original -iba a ocurrir el 23 de abril, por el Día del libro- La Noche de los Libros se ha celebrado este viernes en más de 250 bibliotecas, librerías e instituciones de toda la región. Más que una velada de conferencias y encuentros, la programación de este 2020 ha ocupado un día entero, con una variedad enorme de actividades presenciales y online para reivindicar la lectura como un lugar de encuentro, de imaginación y de historia. A pesar de que el contexto pandémico ha obligado a mantener los aforos bajos, para los madrileños que han participado en el evento ha sido una buena oportunidad de acercarse a más de 350 autores, sus historias y libros, y descubrir algún que otro tesoro.
Uno de esos actos se mantuvo a lo largo de todo el día. Fue el Green BookCrossing en el Jardín Botánico, que es ya casi una tradición en La Noche de los Libros. La propuesta personaliza esa práctica cada vez más popular que es el intercambio de textos. Se dejan en diferentes puntos de los jardines madrileños para que otros los encuentren, los disfruten y vuelvan a dejarlos en algún lugar en el que otro lector pueda llevárselos. Pero esta versión verde tienen una particularidad: todos los escritos están dedicados a la botánica. Así, hasta 50 libros sobre esta temática han comenzado un viaje que, en ediciones pasadas, ha llegado hasta Japón y Argentina, cuenta Jesús García Rodrigo, el jefe de comunicación del centro.
El Botánico también ha abierto sus puertas durante este especial viernes para un grupo selecto de curiosos que se inscribieron a la visita guiada de su biblioteca, a la que se accede por la Cuesta de Moyano, ese rincón madrileño tan transitado por amantes de la lectura. Este tipo de actividades son un privilegio para quien puede entrar, pues los volúmenes que se muestran, incluidos los tres incunables de la colección, con sus pioneras ilustraciones, son de los más antiguos tratados de botánica que existen y normalmente no están disponibles para el público. Las cuatro mujeres que pudieron apuntar a la visita, pues la reducción de aforo convirtió el evento en algo todavía más exclusivo de lo normal, quedaron atónitas ante el nivel de preservación de los delicados dibujos. “A mí me encanta venir al botánico, pero ver estos libros de primera mano es alucinante. Saber que esto está aquí es un descubrimiento aparte”, comenta una de ellas.
Una oportunidad similar se presentó en el Museo del Romanticismo, que ha abierto a lo largo del día su biblioteca de más de 15.000 ejemplares antiguos, principalmente del siglo XIX, a quienes quisieran acercarse, con cita previa, a admirarlos. Una de esas visitantes, Teresa Rodríguez, se enteró de la ruta guiada a través de la newsletter del museo y se apuntó sin saber qué esperar de esta actividad. “Me dio mucha curiosidad saber qué tenían aquí, pero me sorprendió ver cosas tan, tan bonitas”, señala al salir del edificio. En un salón cuyas paredes parecían estar armadas de lomos de libros antiguos como si fueran ladrillos, el bibliotecario del museo, Alfredo Jurado, ha dispuesto una selección en la mesa central y ha explicado a partir de una decena de ejemplares la variedad de tesoros que él custodia. Desde novelas ilustradas, a compendios de revistas satíricas de la época, pasando por libros personales de aristócratas de aquellos tiempos. Esta biblioteca está llena de sorpresas que él mismo todavía está descubriendo, asegura Jurado.
La mayoría de los eventos que se han podido seguir presencialmente, como una conferencia de la joven escritora granadina Cristina Morales en el Caixa Forum Madrid, han tenido que enfrentarse igualmente a una estricta limitación del aforo por las condiciones impuestas por el coronavirus, lo que ha deslucido algo las celebraciones literarias pero no ha evitado que La Noche de los Libros haya seguido su curso. Aunque este año no ha habido escenario en Sol como en otras ediciones, los eventos organizados en la Real Casa de Correos han estado disponibles exclusivamente a través del canal de YouTube de la Comunidad de Madrid. A través de la pantalla, los lectores han disfrutado de una charla sobre cine y literatura entre el autor Arturo Pérez-Reverte y el escritor y director David Trueba. Otros actos, como la conversación sobre sus bibliotecas personales entre Carlos Boyero y Juan José Millás en la Biblioteca Nacional y un encuentro con el productor de la serie Patria, Aitor Gabilondo, en el Círculo de Bellas Artes, sí pudieron contar con la presencia de algunos espectadores, para dar algo de calor a la obligada emisión en streaming.
Los escritores fueron libreros por un día en la Cuesta de Moyano
Sumándose a la Noche de los Libros, pero independientemente de la programación oficial, la asociación Soy de la Cuesta, con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid, organizó una jornada en la que algunos reconocidos escritores recibieron a lectores y curiosos en las emblemáticas casetas. Rosa Montero, Eloy Tizon, Javier Santamarta, y otros más, se volvieron libreros por un rato como parte del plan #MadridSubeLaCuesta, que consiste en una serie de actividades para atraer de nuevo al público y contribuir así a la recuperación de su mítica actividad comercial y cultural.
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